El tsunami verde que se avecina

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Cedida por Aegon AM

TRIBUNA de Robert-Jan van der Mark, gestor de inversiones, Multiactivos, Aegon AM. Comentario patrocinado por Aegon Asset Management.

En los últimos años, la ola de proyectos y objetivos relacionados con la sostenibilidad ha sido liderada principalmente por Europa. El año pasado, la Unión Europea lanzó el Pacto Verde Europeo, que será uno de los pilares básicos de la agenda política en el futuro. Recientemente, aprobó un plan de recuperación de 750.000 millones de euros para reactivar la economía europea tras la pandemia de coronavirus. ¿Cómo están conectadas estas dos iniciativas?

El Pacto Verde Europeo está en la base del plan de recuperación, ya que el 25% de los fondos se destinará a inversiones para combatir el cambio climático, como energías renovables, transporte y logística menos contaminantes y mejora de edificios e infraestructuras. Uno de los objetivos del Pacto Verde Europeo es movilizar al menos un billón de euros en inversiones sostenibles a lo largo de la próxima década, lo que equivale a casi el 7,5% del PIB de la UE.

Pero el viento también podría estar cambiando al otro lado del Atlántico. El presidente Trump ha dejado claro en numerosas ocasiones que combatir el cambio climático no está entre sus prioridades. Puede que el símbolo más representativo de su reticencia a afrontar el mayor reto de nuestro tiempo fuese la decisión de su Gobierno de retirarse del Acuerdo de París de 2015 sobre el cambio climático.

El presidente electo Joe Biden está a punto de darle la vuelta a la situación. Biden no solo ha anunciado que volverá a adherirse al Acuerdo de París en cuanto sea investido presidente, sino que ha propuesto otro Pacto Verde para EE.UU. Su plan para una "revolución energética limpia y justicia medioambiental" (un título que, en nuestra opinión, debería tomarse en serio) abarca lo siguiente:

1. Garantizar que EE.UU. se convierta en una economía que funcione al 100% con energía limpia y que sea neutra en carbono de aquí a 2050
El plan especifica las áreas objetivo, como reducir las emisiones de gases de efecto invernadero generadas por el transporte y las emisiones de las compañías aéreas, acelerar el desarrollo y la implementación de tecnología de captura y almacenamiento de carbono, impulsar la adopción de vehículos eléctricos y reducir la huella de carbono del parque inmobiliario estadounidense en un 50% de aquí a 2035.

2. Apoyar un impuesto verde en frontera
El plan reconoce la naturaleza global del riesgo climático y propone imponer un mecanismo de ajuste en frontera de las emisiones de carbono, en forma de impuestos o de cuotas a los bienes intensivos en carbono. También plantea estructurar los acuerdos comerciales teniendo en cuenta los compromisos adoptados por cada país de conformidad con el Acuerdo de París.

3. Movilizar al resto del mundo para afrontar la amenaza del cambio climático
EE.UU. genera un 15% de las emisiones mundiales, por lo que su impronta es significativa. Biden no solo desea volver a adherirse al Acuerdo de París, sino que sus ambiciones van más allá.

En los primeros 100 días de su mandato, se ha propuesto organizar una cumbre mundial sobre el clima para convencer a otras naciones de que se unan a EE.UU. y asuman compromisos más ambiciosos que los actuales.

Biden aspira a que los líderes mundiales adopten la Enmienda Kigali al Protocolo de Montreal para restringir aún más el uso de hidrofluorocarbonos (HFC) y, sobre todo, de los potentes gases de efecto invernadero, lo que podría contribuir a reducir el calentamiento global en 0,5°C en los próximos 30 años.

El presidente electo plantea invertir fondos federales por valor de 1,7 billones de dólares en los próximos 10 años, lo que equivale al 8% del PIB actual de EE.UU. La idea es combinar esos fondos con inversiones locales, estatales y del sector privado hasta superar los cinco billones de dólares, equivalente al 23% del PIB actual de EE.UU. Si estos planes se hacen realidad, el país podría adelantar a la UE en materia de sostenibilidad.

¿Podrá Biden llevar a cabo su revolución en el tóxico entorno político estadounidense? Hasta el momento, los resultados electorales apuntan hacia un Congreso dividido, por lo que el presidente y la Cámara de Representantes serían demócratas, pero el Senado seguiría bajo control republicano. No obstante, el plan para volver a adherirse al Acuerdo de París no necesita ser ratificado por la Cámara Alta. En cuanto a los otros puntos de la agenda de sostenibilidad, la imposición de impuestos o cuotas verdes necesitaría recibir la aprobación del Senado, pero las inversiones en energías limpias podrían llevarse a cabo mediante órdenes ejecutivas.

Una ola verde procedente de EE.UU. empieza a perfilarse en el horizonte. Si le sumamos los importantes compromisos anunciados por la UE, la ola podría convertirse en un auténtico tsunami que traerá inevitables oportunidades de inversión para quienes invierten en sostenibilidad.

Solo para inversores institucionales y profesionales.