Invertir en renta variable en un entorno inflacionista

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Firma: cedida (Capital Group).

TRIBUNA de Christophe Braun, director de Inversiones, Capital Group. Comentario patrocinado por Capital Group.

La inflación no supone siempre una mala noticia para las valoraciones de la renta variable. Cierto grado de inflación puede ser beneficioso para los resultados de las compañías, en la medida en que les permite subir los precios y proteger la rentabilidad de un modo que tal vez no hayan podido hacer en los últimos años. Asimismo, favorece a los bancos y a las compañías vinculadas a las materias primas que han tenido dificultades en un entorno de baja inflación y bajos tipos de interés.

Incluso en momentos de mayor inflación, las acciones han proporcionado generalmente rendimientos reales positivos. Históricamente, la renta variable mundial ha constituido una cobertura eficaz contra la inflación cuando la inflación estadounidense se sitúa entre el 2% y el 6%, impulsada por el crecimiento real de los beneficios y los dividendos. Suele ser en los extremos, cuando la inflación es superior al 6% o negativa, cuando la renta variable mundial tiende a resentirse. Sin embargo, los periodos prolongados de inflación elevada son poco habituales. La altísima inflación observada en la década de 1970 fue un periodo excepcional, mientras que las presiones deflacionistas, como durante la Gran Depresión, han sido a menudo mucho más difíciles de controlar.

El efecto sobre el comportamiento del sector puede variar. A lo largo de la historia, algunas compañías y sectores han obtenido una rentabilidad relativa relativamente estable en entornos inflacionistas anteriores, mientras que otras presentan un comportamiento más heterogéneo. Durante los periodos de mayor inflación, los bienes inmuebles, el consumo básico y la sanidad superaron al S&P 500 en más ocasiones que otros sectores. Por el contrario, el consumo discrecional y la tecnología de la información obtuvieron mejores resultados cuando la inflación era baja (inferior al 2%).

El canal mediante el cual la inflación repercute en los sectores puede variar en gran medida y, con frecuencia, el efecto se produce a través de factores secundarios, como el crecimiento y los tipos de interés.  A veces, el comportamiento del sector es un impacto directo de la inflación, especialmente en el caso del consumo discrecional. El gasto discrecional de los consumidores se ve afectado por el aumento de los tipos de interés y también por los precios de la energía (en concreto, de la gasolina). A medida que la carga de los consumidores disminuye (caída de la inflación), las perspectivas del consumo discrecional pueden mejorar en relación con el mercado en general.

El comportamiento del sector también puede verse impulsado por el impacto de la inflación en la economía y esto se observa en los productos básicos de consumo. Cuando la economía entra en dificultades y el gasto de los consumidores disminuye, el sector de bienes de consumo básico, que generalmente se beneficia de la estabilidad de los patrones de gasto de los consumidores a lo largo de un ciclo, puede obtener buenos resultados en relación con el mercado en general. Del mismo modo, cuando la inflación comienza a descender y la economía se recupera (junto con el gasto de los consumidores), otros sectores pueden recuperarse y los productos básicos de consumo pueden quedar rezagados.

Y otras veces, el comportamiento del sector se ve impulsado por lo que ocurre con los tipos de interés. Las empresas para las que los ingresos por intereses son una parte significativa de su negocio, como las compañías de seguros de vida y los bancos, se beneficiarán en un periodo de tipos de interés más altos que generalmente acompaña a una mayor inflación.

Aunque el comportamiento del sector durante anteriores episodios inflacionistas presenta algunas similitudes, también existen bastantes diferencias en cuanto a los factores que lo impulsan y al entorno del mercado. Estos aspectos requieren una evaluación detenida a la hora de emitir conclusiones contundentes sobre lo que podría ocurrir en el entorno actual. Sin embargo, un aspecto positivo a tener en cuenta a la hora de invertir en un entorno inflacionista son aquellas compañías cuyas cifras de negocios pueden inflarse a un ritmo mayor que sus costes. Cómo hacer frente a un entorno de aumento de la inflación y los tipos de interés. En vista de que la inflación está siendo más persistente de lo que los bancos centrales consideraron en un principio, cabe esperar que el aumento de los costes se mantenga durante los próximos meses. Las compañías con márgenes brutos medios elevados y bajo nivel de endeudamient o tienen más posibilidades de hacer frente a este nuevo entorno.

En particular, creemos que las empresas que podrían tener éxito en ese entorno son las que prestan servicios esenciales, como los gigantes de la sanidad Pfizer, UnitedHealth Group y Abbot Laboratories. El margen bruto medio en el sector farmacéutico-biotecnológico suele rondar el 65%. Lo mismo podría decirse de las empresas con productos de calidad. El liderazgo tecnológico de Tesla en los vehículos eléctricos le ha permitido seguir una estrategia de precios muy dinámica. En marzo de 2022, Tesla aumentó los precios de toda su gama hasta un 10%. 

En 2021 se produjo una fuerte recuperación de los dividendos a nivel mundial, compensando con creces los recortes realizados durante lo peor de la pandemia en 2020. De cara al futuro, la inversión en dividendos podría desempeñar un papel más importante en la rentabilidad total de una cartera. Los valores que pagan dividendos ofrecen una combinación de ingresos junto con el potencial de revalorización del capital, especialmente porque las valoraciones de muchas de estas empresas parecen razonables tras un largo mercado alcista para los valores de crecimiento. Sin embargo, es importante ser cauteloso con las empresas que tienen una gran carga de deuda o un apalancamiento excesivo en sus balances en un entorno de subida de tipos.

Por último, las empresas que permiten una mayor eficiencia en los costes también están preparadas para rendir en un periodo de mercado difícil. La infraestructura en la nube y el software como servicio han experimentado una fuerte aceptación a medida que los efectos de la red y la escala impulsan reducciones estructurales en los costes unitarios.

Conclusión

Durante la última década, muchas empresas de crecimiento han sido recompensadas en un entorno de modesto crecimiento económico mundial, muy poca inflación y tipos de interés ultrabajos. Ahora parece que nos encontramos en las primeras fases de un mercado de renta variable que empieza a mostrar cierta amplitud tras una fuerte concentración en los valores de crecimiento relacionados con la tecnología en los sectores de TI, consumo discrecional y servicios de comunicación.