William Lock, head of International Equity Team, presenta 10 lecciones aprendidas a lo largo de sus 30 años de experiencia que abogan por un enfoque de alta calidad a la hora de gestionar la renta variable. Comentario patrocinado por Morgan Stanley IM.
TRIBUNA de William Lock, head of International Equity Team, Morgan Stanley IM. Comentario patrocinado por Morgan Stanley IM.
Los hitos y los aniversarios ofrecen la oportunidad de reflexionar. Gracias a algunos de los inversores más importantes del mundo, creo firmemente que gestionar renta variable activa con un enfoque hacia la alta calidad sigue siendo fundamental para revalorizar el capital de los clientes a largo plazo. Creo que el secreto de la longevidad en este negocio es mantener la curiosidad, no dejar de aprender y seguir haciendo las preguntas adecuadas.
10 lecciones aprendidas a lo largo de 30 años de inversión
1. Seleccione grandes empresas y no se interponga en el camino del 'compounding'
Creo que nuestro concepto de lo que constituye una compañía de alta calidad y nuestra determinación de mantener muy alto el listón de la calidad en nuestras carteras es lo que nos diferencia, así como nuestra perspectiva a largo plazo. Buscamos compañías gestionadas adecuadamente, capaces de crecer a rentabilidades sosteniblemente altas a largo plazo sobre el capital operativo, con una baja volatilidad de los beneficios de explotación, una capacidad de fijar precios y un apalancamiento limitado. Además, al igual que identificar compañías con estas características es de gran importancia, darles a estos 'compounders' naturales a largo plazo tiempo para crecer, también lo es. No alquilamos empresas, las poseemos a largo plazo.
2. Se gana dos veces con renta variable de calidad
Para los inversores, evitar la destrucción permanente de capital es, probablemente, tan importante como la oportunidad de ganar dinero. Me gusta decir que se gana dos veces invirtiendo en nuestro enfoque hacia la renta variable de alta calidad: se gana manteniéndonos fieles a empresas ganadoras que se revalorizan de forma superior a largo plazo y se gana de nuevo perdiendo menos en las caídas sostenidas de los mercados. Ciertamente, ganar por partida doble propicia una sólida rentabilidad absoluta a largo plazo.
3. Piense en términos absolutos, no relativos
Centrarse en el riesgo es importante, pero yo afirmaría que la industria se centra demasiado en el riesgo relativo. Céntrese en el riesgo absoluto, es decir, la posibilidad de perder dinero con una inversión, no en los riesgos relativos a un índice de referencia. Nos concentramos en tratar de comprender cualquier riesgo relevante desde el punto de vista de la franquicia, la valoración, la regulación, la gestión de la compañía y los aspectos ESG (medioambientales, sociales y de gobierno) asociados a las empresas en las que invertimos. Por ello, consideramos que pensar en términos absolutos nos facilita seleccionar ganadores a largo plazo y evitar a los perdedores, algo igual de importante.
4. Los valores que no se tienen en cartera son tan importantes como los que se tiene
Determinados sectores o industrias no cumplen los requisitos para formar parte de nuestras carteras de alta calidad, como son los casos de los sectores de bancos, servicios públicos, inmobiliario y energía. De esta manera, desde hace casi tres décadas, nuestra preferencia por renta variable de sectores de mayor calidad brinda a nuestros clientes retornos a largo plazo atractivos y resiliencia durante todo el ciclo económico.
5. La valoración importa
No solo somos exigentes en cuanto a la calidad, también somos exigentes en cuanto al precio (se podría decir que somos doblemente exigentes), y el proceder de este modo ha impulsado tanto nuestra rentabilidad a largo plazo así como la forma que toma esta rentabilidad. Como señaló el difunto Charlie Munger, toda gran empresa puede convertirse en una mala inversión si se paga demasiado por ella. Aspiramos a comprar y poseer empresas que se encuentren o bien en una estimación conservadora de su valor intrínseco a largo plazo, o bien por debajo de esta. Dado que la disciplina en la valoración es importante, nos centramos más en el flujo de caja libre que en los beneficios porque el efectivo es un activo real. Incluso si algo se encuentra demasiado caro actualmente, la experiencia nos ha enseñado que la mayoría de las cosas que se desea tener acaban estando disponibles en algún momento. Sea paciente.
6. Implíquese y confíe en su instinto con respecto a los equipos directivos
Dialogamos con la dirección de las empresas para conocer si comparten nuestra misma perspectiva a largo plazo sobre el modo de dirigir la compañía y si asignan el efectivo en consecuencia. Queremos saber si potencian o exprimen los activos intangibles a largo plazo como son la investigación y el desarrollo y el 'branding'/marketing digital. ¿Son capaces de innovar y crecer de manera sostenible? ¿Cómo de bien asignan el capital? Numerosos planes de remuneración incentivan resultados a corto plazo que retribuyen a los equipos directivos, pero que podrían tener consecuencias perjudiciales para el 'compounding' a largo plazo. Aspiramos a ser conocedores de qué comportamientos se incentivan y si la dirección actuará en función de estos incentivos, asimismo, también tratamos de fomentar cambios en los planes de remuneración que no nos gusten.
7. Las carteras asimétricas de alta calidad sirven bien como asignación ‘core’
Las estrategias de inversión que pueden revalorizarse con el tiempo con un perfil asimétrico de alta calidad pueden cosechar recompensas más sólidas y constantes con el tiempo; por ejemplo, es mejor captar el 80% del alza y perder solo el 50% en la bajada que lograr el 100% en el ascenso y perderlo todo (¡y posiblemente más!) en la bajada. Si bien un 'compounding' constante puede ser menos emocionante que la última tendencia, considero que la estabilidad en las buenas y en las malas épocas resulta atractiva como asignación ‘core’ para las carteras de los inversores. De este modo, podrá también permitirse dormir mejor que con algunas de las otras alternativas más salvajes del mercado.
8. Conserve la curiosidad
Los mercados ofrecen un entorno cada vez más interesante en el que intentar revalorizar el capital de nuestros clientes. Creo que el secreto de la longevidad en este negocio es mantener la curiosidad, no dejar de aprender y seguir haciendo las preguntas adecuadas. He aprendido a animar a mi equipo a cuestionarlo todo y a todo el mundo (¡incluyéndome a mí!) y fomentar una cultura que recompense la curiosidad. Tenemos la suerte de trabajar en uno de los sectores más interesantes que existen. Si los mercados le aburren, probablemente será cosa suya, ¡no del mercado! Procure siempre avivar esa curiosidad rodeándose de personas inteligentes e interesantes a las que también les apasione lo que hacen.
9. Conserve la relevancia
Gertrude Stein dijo que "el dinero siempre está ahí, pero que cambia de bolsillo después de los cambios". Llevamos más de 30 años buscando lo mismo: compramos empresas capaces de crecer a rentabilidades sobre el capital operativo sosteniblemente altas a largo plazo sin apalancamiento y con baja volatilidad de los beneficios de explotación sin apalancamiento. Sin embargo, dado que el mundo no para de cambiar, también ha cambiado el lugar donde encontrar empresas que reúnan estas características. En ocasiones, los ríos dejan de fluir por debajo de históricos puentes de peaje, desviándose hacia otros puentes. Tenga esto presente y reconozca la necesidad de seguir siendo relevante sin dejar de lado sus principios básicos y su disciplina.
10. La calidad merece la espera
Estoy de acuerdo con Charlie Munger en que "donde de verdad se gana dinero no es comprando o vendiendo, sino esperando". Nuestro enfoque de inversión se centra en identificar compañías de alta calidad capaces de revalorizarse. La clave, como hemos aprendido, es ser suficientemente pacientes y darles el tiempo necesario para que crezcan. Sea la tortuga paciente en una manada de liebres movidas por la especulación(1).
Fuentes y notas:
1 Fábula de Esopo: la carrera de la liebre y la tortuga. La liebre está tan confiada en que ganará que se para durante la carrera y se queda dormida. La tortuga continúa moviéndose lentamente y termina ganando la carrera.