COLABORACIÓN de Carlos Jaureguizar, miembro del Instituto Español de Analistas y presidente de
Instituto para el desarrollo de la IA en el sector financiero y asegurador (IDIASEF).
¿Quién no desearía asegurarse la empleabilidad y convertirse en un candidato solicitado por las empresas? La experiencia nos ha demostrado que una formación constante y profunda en Inteligencia Artificial (IA) es un camino idóneo para alcanzar dichas metas. La cuestión es que la IA avanza a una velocidad sin precedentes que demanda la adquisición de nuevas capacidades a un ritmo mucho más elevado de lo que nos podíamos permitir hasta hace solo unos años.
De este modo, aunque la IA lleva entre nosotros décadas, es en los últimos años, con el desarrollo del Deep Learning y la IA Generativa, cuando su impacto en el mundo empresarial se ha hecho patente en todos los sectores.
La IA está cambiando cada rincón del mundo empresarial, incluyendo, por supuesto, tanto el sector financiero como el asegurador. De este modo, cualquier empresa que quiera operar y competir en el mercado debe ya estar desplegando su capacidad a través de la IA desde la automatización de procesos (reduciendo costes, tiempos e incidencias), hasta la toma de decisiones basadas en datos. La automatización de procesos libera de tareas rutinarias y repetitivas generando tiempo y recursos para aquellas actividades de mayor valor añadido. Un chatbot es un buen ejemplo de ello, brindando una atención al cliente que no requiere de la participación humana en las tareas repetitivas y que permite centrarse en las tareas que sí lo requieren.
Más eficiencia
Pero ¿por qué es tan importante la IA? La IA es una forma de estadística moderna, infinitamente más potente que la tradicional. Para entenderlo, imaginemos que vivimos en un mundo lineal en dos dimensiones y en una década pasamos al mundo en 3D en el que vivimos. La pregunta no sería qué cambiaría, sino más bien si iba a quedar algo que no cambiara. ¿Qué exigiría un cambio así? Lo primero, la comprensión de un mundo completamente nuevo con dimensiones y formas de pensar absolutamente disruptivas. Ahora apliquemos esta metáfora al entorno de la IA.
La IA es una forma de estadística capaz de analizar datos de manera rápida y precisa, de identificar patrones y tendencias que antes eran difíciles o imposibles de descubrir y, lo que es prácticamente revolucionario, de analizar datos que no son tabulares -los que se almacenan en filas y columnas- sino imágenes, sonidos o texto que antes no podíamos analizar. Esta estadística moderna se traduce en una capacidad analítica que permite a las empresas tomar decisiones mucho más fundamentadas, optimizando su rendimiento y su ventaja competitiva.
Y visión de futuro
Los sectores financiero y asegurador disponen de una enorme variedad de datos, la auténtica gasolina de los algoritmos de los que la IA extrae información y ayuda en la toma de decisiones. En la esencia del sector está la identificación de inversiones y de riesgos. Predecir de manera eficiente y rápida dónde existen oportunidades es tan importante como detectar los posibles riesgos e incluso los fraudes. El campo de actuación es casi infinito y la formación debe acompasarse al ritmo de avance de esta nueva revolución.
Es crucial que los equipos encargados de tomar decisiones de inversión en las instituciones financieras cuenten con una sólida formación en Inteligencia Artificial, ya que esto les proporcionará una visión de futuro y una garantía para enfocar estratégicamente sus decisiones en un mundo en el que la IA es y será durante mucho tiempo, la clave de las decisiones. La alianza de IDIASEF con la Escuela del Instituto Español de Analistas continúa su labor de formación y certificación creando el Certified Artificial Intelligence Business Analyst (CAIBA), que permite a estos equipos alcanzar una visión clara sobre la IA, explorar diferentes áreas y aplicaciones de negocio, comprender la viabilidad actual, desarrollar proyectos con y sin programación, conectar la tecnología con el negocio, y abordar los aspectos éticos de manera responsable.