La inversión core-satellite es un tipo de metodología en la que se trata de aunar las ventajas en cuanto ahorro de costes de la inversión en productos pasivos o indiciados con el valor que aporta la gestión activa en términos de exceso de rentabilidad y mejora del binomio rentabilidad-riesgo.
Los fondos de inversión con una filosofía core-satellite se fundamentan en el sencillo concepto de dividir una cartera en dos segmentos: un núcleo (core), compuesto por productos indexados pasivos, y un segmento compuesto por inversiones más activas (satellite). Frente a la inversión pasiva del núcleo de la cartera, la gestión más activa de las inversiones satélite posibilita el aprovechamiento de oportunidades de inversión concretas al margen de los productos que siguen un índice.
Ahondando en estos conceptos, partamos de la base de que la gestión pasiva implicaría exclusivamente el seguimiento riguroso de un índice determinado, renunciando a la posibilidad de batir a dicho índice, ya sea en términos de rentabilidad o de rentabilidad-riesgo. No obstante, la aproximación pasiva al mercado ofrece una minimización de todos los costes asociados a la réplica del índice.
Por el contrario, en la gestión activa, el objetivo es obtener un comportamiento superior al índice o mercados de referencia, bien en términos de rentabilidad a largo plazo o ajustado por riesgo. En este caso, la variable más relevante a la hora de seleccionar un producto u otro es la evaluación de la capacidad del gestor para obtener en el largo plazo rentabilidades superiores a los mercados de referencia y ajustadas por riesgo.
En las inversiones core-satellite, el núcleo es el pilar de la estrategia y suele representan la mayor parte de la cartera, con una asignación típica del 70% aproximadamente, y con un menor riesgo. Alrededor de este núcleo se suman las inversiones satélite, que son oportunidades de inversión normalmente más especializadas que el gestor selecciona y que vienen a generar una rentabilidad activa superior, aunque asumiendo más riesgo. Existen muchos tipos de inversiones satélite, desde fondos que siguen un estilo de inversión concreto o que invierten en mercados especializados, hasta ETF específicos de un sector o valores individuales.
Con todo ello, esta modalidad de inversión es una forma sencilla de combinar inversiones activas y pasivas para construir una cartera mixta.