La rentabilidad también está en las inversiones de impacto

Isabel Martin Diaz_noticia
Firma: cedida (Didendum).

TRIBUNA de Isabel Martín Vázquez, socia, Didendum EAF. Comentario patrocinado por Didendum EAF.

En la actualidad el papel que desempeñan las empresas en la sociedad es fundamental, ya que forman parte de la base de los mercados y son actores claves para la economía y la responsabilidad social. De hecho, hay cada vez más empresas del sector privado que tienen como objetivo aumentar su impacto social y medioambiental a nivel mundial.

El bienestar de una sociedad no sólo depende de los resultados económicos obtenidos por sus compañías, sino que también del impacto que infieren en la población.  El vínculo entre el ciudadano y la empresa no sólo se establece cuando éste es un empleado o un cliente, sino que las acciones de ambos en el día a día afectan a los dos. De esta manera, las personas contribuyen con sus experiencias y puntos de vista a encarar desafíos sociales, económicos y ambientales. En estos momentos de cambios, hay muchas empresas que se han centrado en atender, por ejemplo, la igualdad de género lo que ha permitido que la sociedad ponga más enfoque en las desigualdades existentes entre hombres y mujeres desde un enfoque sistémico.

Nos encontramos en plena transformación de la sociedad en la que cada vez más personas desean contribuir con este cambio positivo en la sociedad. Los emprendedores apuestan por poner en marcha proyectos con impacto social y medioambiental. Las empresas ya establecidas comienzan a introducir los términos de impacto en sus modelos de negocio. Los gobiernos, por su parte, se implican por medio de estrategias de país y la aprobación de nuevas leyes que impulsen ese cambio.

La inversión de impacto proporciona capital para solucionar los problemas sociales más relevantes a los que hacemos frente en la actualidad, y, gracias a la popularidad que ha ganado este tipo de inversión en los últimos años, cada vez la inversión de impacto viene en más tipos de activos, desde fondos temáticos a inversiones directas. De esta manera, la inversión de impacto se impone como una herramienta clave para que el capital privado contribuya con la financiación necesaria para el desarrollo de empresas; bien sean startups o empresas con un track-record que redirigen su actividad o abren nuevas líneas de negocios para cumplir los objetivos de desarrollo sostenible.  

Hay que considerar que este tipo de inversión está catalogada como una de las clases de inversión más avanzadas, y conjuga no solo el binomio rentabilidad-riesgo, sino que busca generar retorno económico a la vez que un impacto social o ambiental. La sostenibilidad se convierte en un eje transversal ya que las inversiones de impacto o inversión social deben producir de manera intencionada, pero también medible, un impacto positivo en el planeta. Todo ello se traduce en generar una mayor competitividad de las empresas con el entorno y su posicionamiento en el mercado.

Los inversores de impacto tienen diversas expectativas de rentabilidad financiera, pero en su mayoría, según la Encuesta Anual de Inversores de Impacto 2020 de GIIN, buscan rendimientos competitivos en el mercado.

Fuente: GIIN, Encuesta Anual de Inversores de Impacto 2020.

Por esta razón, las inversiones de impacto han crecido notablemente en los últimos años. Según la misma encuesta, donde se incluye un análisis actualizado de la dimensión del mercado, se estima su tamaño en 715.000 millones de dólares estadounidenses (junio 2020). Esto ha provocado que el sector financiero tradicional haga un esfuerzo en traer este tipo de producto de inversión a la red de clientes minoristas, tomando en cuenta el tamaño del mercado y las rentabilidades esperadas, y hacer de este tipo de inversión algo más líquido y homogéneo.

Bajo este escenario, el rol de Didendum es apostar por inversiones directas en las empresas y no a través de fondos, por varias razones. El principal motivo es que la medición del impacto de la inversión es mucho más evidente con una inversión directa versus una inversión en un fondo temático. Además, las rentabilidades pueden llegar a ser mucho más atractivas dependiendo del sector y de la etapa de crecimiento en la que se encuentra la empresa a la hora de la inversión.

Mediante inversiones directas, se les permite a los inversores formar parte del desarrollo y crecimiento de la compañía, conocer el equipo gestor y ver el resultado en la sociedad o medioambiente, demostrando que la sostenibilidad y la rentabilidad pueden comulgar y ofrecer retornos hacia la competitividad.

En Didendum contamos con un amplio abanico de proyectos de diversos sectores y zonas geográfica, entre ellos:

  • Empresa en la India que incentiva el uso del vehículo eléctrico generando acceso al crédito y contribuyendo a la igualdad de la mujer.
  • Empresa de tecnología innovadora que permite llevar la electricidad a zonas en las que, por no haber suficiente densidad de población, las redes tradicionales son demasiado caras y por tanto ineficientes, principalmente en África.
  • Empresas de energía renovables (fotovoltaica y eólica) en Latinoamérica.
  • Empresa de electrificación de zonas rurales en Latinoamérica.
  • Empresa en España y Latinoamérica con tecnología propia para aprovechar recursos naturales existentes con el objetivo de reducir la huella de carbono y proporcionar ahorros energéticos.

En Didendum creemos que el valor añadido de la experiencia de nuestro equipo ayuda a cerrar el gap entre la popularidad de este tipo de inversiones y el conocimiento necesario para valorar los riesgos de las mismas. Nos ocupamos de hacer un análisis exhaustivo, minimizando el riesgo de inversión y buscando retornos económicos atractivos a través de préstamos participativos o inversión en recursos propios, con un horizonte temporal de las inversiones entre tres y seis años, proporcionando el know-how necesario en el mundo de venture capital y una atención muy próxima a los clientes, asegurándonos que estén cómodos con la inversión y todos los riesgos que conlleva la misma.