La reversión a la media y la vuelta a los fundamentales

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Firma: cedida (Amiral Gestion).

TRIBUNA de Raphaël Moreau, gestor del fondo Sextant PME, Amiral Gestion. Comentario patrocinado por Amiral Gestion.

Tras la espectacular recuperación en V después del inicio de la pandemia, los mercados vivieron un periodo alcista con una volatilidad tan baja que el S&P 500 batió varios récords en este sentido. Esa tregua de una tranquilidad extrema duró aproximadamente 18 meses. Ya a finales de 2021 vivimos la vuelta de la volatilidad y el inicio de la rotación sectorial que se ha magnificado este 2022. La inflación está en máximos de 40 años, nunca en la historia ha habido tanta deuda con rendimiento negativo y para colmo estamos viviendo la guerra entre Rusia y Ucrania.  

Tras una década de excelentes rentabilidades, hemos asistido a un brusco ajuste en términos de valoración por parte de las compañías cuyos crecimientos deslumbraban a los inversores tanto, que pareciera que se olvidaban de mirar el múltiplo que pagaban por las mismas. La purga de estos excesos ha sido asombrosa pero no por ello menos lógica.

Por citar un ejemplo de la locura que hemos vivido, a finales de 2020, el 60% de las compañías del índice Russell 3000 Growth no obtenían beneficios. Es la cifra más alta de la historia, superando a periodos como la crisis subprime de 2008 o la puntocom de 2000. Esta circunstancia no ha impedido la fuerte apreciación de dicho índice, que ha subido un 84% en dos años. Creemos que se pierde un poco la perspectiva cuando no hay un techo en las valoraciones de las compañías que no generan beneficios.

Un sector que ha concentrado parte de los excesos ha sido el tecnológico. Desde máximos históricos durante los últimos 12 meses, el 40% de las compañías del Nasdaq ha caído un 50% o más. Lo curioso es que el Nasdaq cerró el pasado 2021 con una rentabilidad del 21% (a tan solo un 3,5% de sus máximos históricos), lo que demuestra que dentro de algunos índices las correcciones son mucho más abultadas que lo que las cifras a primera vista nos pueden hacer creer.

El dominio de las famosas FAANMG también tiene bastante que ver. Los múltiplos de muchas compañías que han sufrido recientemente han vuelto, tras muchos años totalmente disparadas, a una sana y natural reversión a la media. Sin duda la tecnología debe ser una posición estructural en todas las carteras, pero siempre supeditado a valoraciones sensatas. El inversor inteligente siempre mira el precio de lo que compra.

En Amiral Gestion defendemos, ahora más que nunca, que la mejor protección de nuestras inversiones es el análisis fundamental y la diversificación. El análisis fundamental es el faro que te ayuda a comprar poniendo el foco en lo importante: un buen precio y negocio. La diversificación, por otra parte, es la mejor forma de gestionar los riesgos que toda inversión conlleva. La rotación de estilos y sectorial vivida, también ha puesto en valor la gestión que favorece el estilo blend, que ni apuesta por el deep growth, tan de moda en los últimos años y que ahora nadie quiere, ni tampoco el deep value, aquellas compañías que cotizan a PER 3 o menos, pero por las razones adecuadas.

 En este contexto en donde parece que los inversores están volviendo a los fundamentales, en el que prima el análisis detallado del negocio y por ello una tipología de activo interesante a considerar nos parece que son las small caps en Europa. Se trata de un segmento con una baja cobertura de análisis, con un gran número de cotizadas, en constante crecimiento gracias a centenares de nuevas salidas a bolsa cada año y plenamente diversificado, al encontrar representación de todos los sectores. El liderazgo mundial de muchas compañías y su solidez choca en ocasiones al fijarse en la capitalización de estas.

Los múltiplos a los que cotiza este segmento (ligeramente por debajo de su medía histórica), visto el panorama mundial, representa una atractiva oportunidad. Poder invertir en empresas líderes, con valoraciones atractivas, cuando la categoría aún no ha vuelto al apogeo vivido en 2017, parece algo sensato. Sextant PME es nuestro fondo que aúna este enfoque de inversión y se beneficia de este segmento, ya que se centra en este tipo de small caps europeas: compañías con una posición de liderazgo en un nicho de mercado.

La inflación es uno de los mayores miedos que tienen los inversores actualmente en la cabeza. Las compañías, pequeñas y grandes, que gocen de pricing power, serán capaces de proteger su margen. Nuestra experiencia reciente es que las compañías que producen bienes y servicios muy demandados son capaces de subir los precios sin problemas. Los famosos cuellos de botella han contribuido al menos en tensionar la demanda y favorecer a las empresas de mejor calidad en este aspecto.

Nuestra experiencia los últimos 20 años es que las small caps superan en rentabilidad a las large caps, como se demuestra en prácticamente todos los índices a nivel global. Ha merecido la pena alejarse de los índices, hacer stock picking de verdad y analizar las compañías de cero, sin más información que la publicada por la compañía y el trabajo de análisis in-house. Lo que para algunos inversores supone un inconveniente, para otros puede ser una gran ventaja. 

No sabemos cómo terminará la guerra que estamos observando con preocupación desde hace unos días. Tampoco cuál será el nivel de inflación en Estados Unidos y Europa este 2022, ni el número de subidas de tipos de la Reserva Federal. Lo que sí intuimos, es que, si compramos buenas empresas a valoraciones bajas, ganaremos dinero, con independencia del sector o estilo. Por eso, tras casi una década en la que a los inversores prudentes con las valoraciones se nos ha tachado de antiguos, nos resulta gratificante ver cómo el mundo vuelve a primar algo que nunca debemos olvidar: el sentido común.