En la búsqueda por cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), los países se enfrentan a un desafío significativo conocido como efecto spillover. Ana Guzmán Quintana, directora de Inversiones y de Impacto de Portocolom AV lo analiza en esta tribuna.
COLABORACIÓN de Ana Guzmán Quintana, directora de Inversiones y de Impacto de Portocolom AV lo analiza en esta tribuna.
En la búsqueda por cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), los países se enfrentan a un desafío significativo conocido como efecto spillover. El efecto spillover hace referencia al impacto negativo que pueden tener las medidas acometidas por un país en su esfuerzo por cumplir con los ODS, sobre otros países con los que mantiene una relación directa o indirecta.
Factores de suma importancia
Es crucial que las estrategias diseñadas para alcanzar los ODS no generen efectos adversos en otros países. Así, tanto el grado de consecución de los ODS por cada país como el potencial daño colateral que pueda producirse son factores de suma importancia. En este contexto, la colaboración internacional y la consideración de los efectos transfronterizos son esenciales para garantizar un progreso sostenible y equitativo a nivel global.
Los ODS 12 (Producción y Consumo Responsables) y 13 (Acción por el Clima) son especialmente vulnerables al efecto spillover. Las acciones emprendidas en estos ámbitos, aunque necesarias, pueden tener consecuencias negativas para otros países, especialmente aquellos en vías de desarrollo. Estos países suelen ser los más afectados por las externalidades negativas de las políticas implementadas en naciones más desarrolladas.
Grandes potencias vs. países más vulnerables
A estas alturas de la lectura, seguramente se intuye que los bloques económicos que mayor efecto negativo provocan son las grandes potencias, y son los países más vulnerables los que sufren las consecuencias. Veamos ejemplos concretos:
- Las políticas comerciales y ambientales de EE.UU. tienen un impacto significativo en América Latina. Por ejemplo, la externalización de industrias contaminantes hacia países con regulaciones más laxas en la región aumenta la carga ambiental en estas naciones.
- Las decisiones económicas y ambientales de China tienen repercusiones globales al ser uno de los mayores productores y exportadores del mundo (si no el mayor). El traslado de industrias altamente contaminantes a países del sudeste asiático, como Vietnam y Camboya, es un ejemplo claro de spillover negativo.
- La estricta regulación ambiental en la UE puede llevar a la exportación de residuos peligrosos a países africanos con menos capacidad para gestionarlos adecuadamente, exacerbando los problemas de salud y ambientales en esas regiones.
Una cuidadosa gestión de los riesgos
Existen cuatro riesgos principales relacionados con los spillovers internacionales que deben ser gestionados cuidadosamente:
- Impacto ambiental derivado del comercio: las políticas ambientales estrictas en un país pueden llevar a la externalización de industrias contaminantes hacia países con regulaciones más laxas, aumentando la carga ambiental en estas regiones.
- Flujos transfronterizos directos: los movimientos de personas y bienes pueden generar impactos significativos, como la transferencia de residuos peligrosos a países menos desarrollados.
- Flujos económicos y financieros: las decisiones económicas y financieras en un país pueden tener repercusiones globales, afectando la estabilidad económica y el desarrollo sostenible de otras naciones.
- Seguridad transfronteriza y mantenimiento de la paz: las políticas nacionales pueden influir en la estabilidad y seguridad de regiones vecinas, exacerbando conflictos y desafíos en el mantenimiento de la paz.
La inversión de impacto juega un rol fundamental en la mitigación del efecto spillover al dirigir capital hacia proyectos y empresas que buscan generar un impacto social y ambiental positivo junto con un retorno financiero. Puede ayudar mediante el apoyo a empresas sostenibles en países en desarrollo, contribuyendo a mitigar los impactos negativos generados por las políticas de países más desarrollados, dirigiendo inversiones hacia proyectos de infraestructura verde, como energías renovables y gestión de residuos, apoyando iniciativas que busquen soluciones innovadoras y mediante inversiones que faciliten la colaboración entre países para abordar desafíos comunes pueden reducir los efectos negativos al compartir recursos y conocimientos, entre otras.
Proyectos concretos
Ejemplos concretos de estas iniciativas positivas incluyen proyectos como los promovidos por IIRSA (Iniciativa para la Integración de la Infraestructura Regional Suramericana), que se enfocan en la integración y desarrollo de infraestructura sostenible en la región amazónica. Esta iniciativa busca mejorar la conectividad y fomentar un desarrollo más equitativo y sostenible en la región.
Otro ejemplo es el proyecto Visión Amazonía, que impulsa la conservación y el uso sostenible de los recursos naturales en la región amazónica mediante la cooperación internacional. Este proyecto se enfoca en la protección de la biodiversidad y el apoyo a las comunidades locales, asegurando que las estrategias de desarrollo no perjudiquen el medio ambiente ni a las poblaciones vulnerables.
Para cumplir con los ODS de manera efectiva y equitativa, es esencial que las políticas nacionales consideren y minimicen los efectos negativos transfronterizos. La cooperación internacional, junto con el rol activo de los mercados financieros y la inversión sostenible, es fundamental para asegurar que el progreso de unos no se traduzca en el retroceso de otros. Al abordar el efecto spillover, podemos avanzar hacia un futuro más sostenible y justo para todos.