Los retos de la inversión sostenible en renta fija y cómo evitar el greenwashing

Carla Bergareche_noticia
Firma: cedida (Schroders).

TRIBUNA de Carla Bergareche, directora general para España y Portugal, Schroders. Comentario patrocinado por Schroders.

Vivimos un boom en la financiación sostenible. Las cifras lo demuestran pues, según Bloomberg, en 2020, la emisión de bonos verdes en todo el mundo alcanzó los 226.000 millones de dólares, lo que supone multiplicar por más de cinco veces los 40.000 millones de 2015. Además, según el Servicio a Inversores de Moody’s, la emisión global de bonos verdes, sociales y ligados a la sostenibilidad marcará un récord de 650.000 millones de dólares en 2021, lo que supone un incremento del 32% con respecto al año pasado.Advertisement

Este auge de emisiones se ha visto impulsado por la recuperación de la pandemia, ya que los Gobiernos están tratando de estimular la economía y crear empleo cumpliendo, a la vez, ambiciosos objetivos medioambientales. En este sentido, algunos mercados van claramente por delante de otros en la carrera de la inversión sostenible. Por ejemplo, Europa va en cabeza, pero Estados Unidos y Asia cogen ritmo.

Por su parte, los inversores institucionales también esperan cumplir sus propios objetivos ASG mientras buscan rentabilidad en un mercado mundial de renta fija muy desagradecido. No obstante, en la medida en que la crisis del COVID-19 ha hecho que este tipo de bonos ligados a objetivos sostenibles pasen de ser un nicho, a tratarse de inversiones más mayoritarias, se presentan varios retos a los que hacer frente.

Desafíos del mercado de renta fija sostenible

Uno de los primeros retos viene dado por los criterios de selección de activos u objetivos de sostenibilidad de los emisores; si no son todo lo estrictos o ambiciosos que podrían ser en estas áreas, algunos emisores podrían ser señalados por hacer greenwashing. Este término inglés se ha popularizado para referirse a las malas prácticas de algunas empresas que presentan propuestas como respetuosas con el medio ambiente cuando en realidad no lo son.

Otro aspecto que podría suponer un desafío es la falta de consenso sobre la definición de los distintos tipos de bonos sostenibles o sobre los criterios que los respaldan. En este sentido, los bonos verdes, que hasta ahora han acaparado toda la atención, los emiten países y empresas con la finalidad específica de financiar proyectos, nuevos o ya existentes, que presentan ventajas para el medioambiente como energías renovables o eficiencia energética. Por otro lado, los bonos sociales han financiado una amplia variedad de causas, desde el acceso a la educación hasta la protección del acceso a los alimentos, pasando por el transporte asequible. Según Bloomberg, la emisión de bonos sociales se multiplicó por siete el año pasado, en parte debido a la respuesta al COVID-19. Finalmente, los bonos ligados a la sostenibilidad son ahora mismo un tema candente. Su emisor se compromete expresamente a lograr en un futuro mejoras en la sostenibilidad de su actividad, siguiendo un calendario predefinido.

Además, la ausencia de principios comúnmente aceptados es otro de los principales retos. Con el afán de solventar esta problemática, la Asociación Internacional de Mercados de Capitales ha publicado unas directrices para los bonos verdes y los ligados a la sostenibilidad. Ahora bien, estas normas son voluntarias y explican a los emisores cómo pueden captar fondos y mantener informados a los inversores. Entretanto, Climate Bonds Initiative, una institución internacional sin ánimo de lucro, tiene sus propios criterios y habla de ellos como “un esquema de etiquetado de los bonos parecido al de FairTrade”.

No obstante, desde Schroders creemos que los propios inversores y los gestores de activos también debemos hacer una profunda labor de análisis, a través de la evaluación de las credenciales y los objetivos de los emisores de bonos y mediante una supervisión de los resultados en cuanto a sostenibilidad. Hay que evaluar cada emisión caso por caso para evitar a las empresas oportunistas.