Meta antes llamada Facebook

Guillermo García Morillo. Firma: Ibercaja (Cedida)
Guillermo García Morillo. Firma: Ibercaja (Cedida)

TRIBUNA de Guillermo García Morillo, EFPA, responsable Banca Privada y Banca Personal, Andalucía, Extremadura y Canarias, Ibercaja.

Seguramente cuando Neal Stephenson escribió en 1992 la novela de ciencia ficción Snow Crash, y acuño el término Metaverso no se imaginó que una compañía como Facebook reconociera en sus datos fiscales de 2020 haber invertido cerca de 18.500 millones de dólares en investigación y desarrollo (I+D), siendo la mayor parte de ellos para el desarrollo del Metaverso, a través del Facebook Reality Labs, su división de desarrollo de realidad virtual y realidad aumentada. Y lo más llamativo que ese importe se trate nada menos que del 21% de su facturación.

En la presentación de resultados del tercer trimestre de este año, la compañía reconoció un incremento añadido de 10.000 millones de dólares en esta partida en 2021.

A partir de hoy, 1 de diciembre la compañía dejará de llamarse Facebook y pasará a denominarse Meta, a nadie escapa que también por una cierta actuación de lavado de imagen tras los pasados escándalos protagonizados, pero sin duda también en palabras del propio Zuckerberg para dejar de ser percibidos como una simple compañía de redes sociales y ser entendida como una compañía de desarrollos tecnológicos para conectar a personas.

En que va a consistir Metaverso, pues más allá de su propia denominación que combina la palabra griega meta que significa más allá y verso que hace referencia al universo, será una red de plataformas online que replicarán en ultra definición el mundo real, y así permitir a las personas interactuar entre ellas y con objetos virtuales a través de avatares virtuales que podrán quedar, hablar, jugar, bailar, comprar, vender, asistir a eventos, en definitiva generar actividad como parte de una sociedad y economía reales.

Inicialmente harán falta gafas de realidad virtual (VR), y guantes y trajes con sensores, siendo los avances tecnológicos clave para la implantación del proyecto, el cual dependerá en gran medida de progresos que sean capaces de aliviar estas circunstancias e incrementen la comodidad de acceder a Metaverso.

Nos puede parecer de ciencia ficción, y propio de la película The Matrix, pero debemos pensar que se dirige inicialmente a generaciones muy jóvenes, nativos digitales que vienen estando acostumbrados a través de los videojuegos. Second Life puede ser el antecedente más exitoso al respecto.

Realmente no está tan lejos ni es algo tan extraño para nosotros en la actualidad, ya que hoy día no es tan raro y ello potenciado por la propia pandemia, asistir a un concierto en 3D o visitar lugares a través de la realidad digital. También todos hemos experimentado la superposición de realidades virtuales sobre el plano físico, por ejemplo en museos y escenarios históricos.

Metaverso sería mucho más que eso, por cuánto  permitiría la interoperabilidad entre diversas plataformas y servicios. Un mismo avatar podría viajar por  muy diversos espacios virtuales que estarían interconectados entre sí a través de unos estándares tecnológicos comunes e incluso existirían órganos reguladores de esa nueva realidad.

Facebook hoy ya Meta sería la base tecnológica para conectar personas en esa realidad virtual pero en ella interactuarían otras muchas compañías (que también están aplicando enormes sumas a este desarrollo) y que están muy interesadas en este mundo virtual, pensemos en Disney, lo beneficiada que estaría si pudiera evitar los desplazamientos físicos para acceder a sus parques de atracciones, y a través de esta tecnología se pudiera disfrutar de unos parques virtuales, o pensemos también en Amazon, principal proveedora de mantenimiento en la nube de las grandes empresas tecnológicas, y su implicación en transacciones comerciales en Metaverso.

Sin olvidar las grandes compañías del sector Media, como Fox, Netflix o Tencent.  O la fabricante de chips y semiconductores Nvidia, cuyos dispositivos serán imprescindibles para tan elevada capacidad de procesamiento. 

Y claramente todo ello tendrá una incuestionable repercusión económica, según la plataforma Bloomberg Intelligence, Metaverso tendrá una valoración de 800.000 millones de dólares en 2024 y se espera un crecimiento de sus sectores dependientes como la Realidad Virtual o la Realidad Artificial del 59% en los próximos 5 años. 

Ya invertimos en el Metaverso, y no solo directamente a través de Meta que sería la opción más directa sino a través de otras muchas compañías completamente relacionadas con este mundo virtual en construcción, como refleja el cuadro que os adjunto elaborado por el Wall Street Journal y que recoge el ecosistema de compañías que se verán potenciadas por Metaverso.

“Dependerá de muchos factores que finalmente Metaverso se convierta en una verdadera revolución y una “nueva internet”, como muchos pronostican, serán necesarios desde avances tecnológicos que soporten toda la innovación que viene, hasta unos contenidos realmente atractivos que hagan preferir esa otra realidad, pero esta reflexión es incontestable, las compañías en las que ya invertimos son atractivas y muy rentables “per se”, como serán si le añadimos Metaverso.”