No hay suficientes horas en el día: el reto de liquidar en T+1

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Firma: cedida (Securities Servicies BNP Paribas).

TRIBUNA de Raquel García López, head of Client Services for domestic clients, Securities Services BNP Paribas. Comentario patrocinado por Securities Services BNP Paribas.

En mi vida cotidiana a menudo me enfrento, y creo que no soy la única, al desafío de no tener tiempo para realizar todas las tareas y responsabilidades. El tiempo parece escaparse de mis manos mientras intento equilibrar el trabajo, los estudios, las obligaciones familiares y también las personales. Esta sensación de falta de tiempo me obliga a priorizar constantemente mis decisiones y a estar en todo (y en nada) a la vez, como en Todo a la vez en todas partes, ganadora del Oscar a la mejor película este año.

Esta escasez de tiempo no sólo está presente en nuestra vida, también se refleja en las dinámicas de los mercados que están en constante evolución hacia modelos más eficientes, con menos riesgo y más rápidos. Se venía comentando en los foros de la industria: EE.UU. ha decidido reducir el ciclo de liquidación de T+2 a T+1 en 2024. Un incidente bursátil con la acción GameStop en enero de 2021 es el culpable de que el DTCC, el Investment Company Institute y la SIFMA (Securities Industry and Financial Markets Association) vayan a recortar el ciclo de liquidación de la renta variable estadounidense de T+2 a T+1.

¿Cuál es el objetivo fundamental de este cambio? Sencillamente, reducir el riesgo previo a la liquidación que implica que una contrapartida no liquide su parte de la operación y de que un movimiento adverso de los precios aumente el coste de cubrir la operación en el mercado abierto. Este riesgo siempre existe si la negociación y la liquidación no son simultáneas y se incrementa a medida que aumenta el tiempo entre la negociación y la liquidación. Cuanto más largo es el plazo de liquidación, más posibilidades hay de que la contrapartida incumpla y cambie el precio de los valores o los costes de cobertura de la operación. Así pues, acortar los ciclos de liquidación disminuye el riesgo previo a la liquidación, los márgenes y la cantidad de capital necesario.

No todo el mundo está de acuerdo, el debate estadounidense ha reavivado el interés mundial por este tema. Aunque se acepta que acortar los ciclos de liquidación reduce el riesgo previo a la liquidación, no todos los agentes coinciden que pasar a T+1 sea una buena idea. De hecho, a muchos participantes les preocupa que pueda aumentar el riesgo operativo y los costes, sobre todo para los inversores extranjeros.

El debate actual sobre el paso a T+1 no ha cambiado mucho desde la última vez que se planteó, cuando los mercados decidieron que T+2 era una opción mejor. Las ventajas de T+1 se ven contrarrestadas por los siguientes problemas:

  • El proceso de liquidación de los DCV suele tener lugar en un ciclo nocturno. Por lo tanto, con T+1, todo el procesamiento posterior a la negociación previo a la liquidación (por ejemplo, confirmaciones, asignaciones, case, compensación de la contrapartida central) y cualquier préstamo de valores que se requiera debe tener lugar el mismo día de la negociación.
  • Estos problemas de calendario son especialmente complicados si una entidad negocia en una zona horaria diferente a la de su ubicación. Por ejemplo, si Europa pasara a T+1, los inversores estadounidenses en Europa tendrían que completar todo el procesamiento posnegociación por la tarde de la negociación, y los inversores asiáticos tendrían que completar todo el procesamiento posnegociación fuera del horario laboral.
  • El mercado de divisas seguirá liquidando en T+2. Así que las entidades podrían tener que prefinanciarse, tomar divisas prestadas o utilizar mercados menos líquidos.

Otra ECC pretende lanzar la liquidación en T+0. Algunos agentes del sector piden una liquidación instantánea y los mercados ya se están adaptando a la tecnología de registro distribuido (DLT) que puede dar paso a la liquidación atómica.

Vuelvo a mi reflexión inicial, no hay suficientes horas en el día. Es poco probable que los mercados europeos y asiáticos sigan su ejemplo rápidamente. Así pues, es posible que el mayor mercado de renta variable del mundo opere pronto con un ciclo de liquidación más corto y diferente al del resto de mercados. Esto supondrá un reto para la actividad de los valores con doble cotización y las conversiones de ADR.

No hay nada nuevo, sabemos desde hace tiempo que hay que hacer frente al desafío de la inmediatez, convivir en un mundo donde la existencia de la información y la comunicación están al alcance de nuestras manos en cuestión de segundos. El cambio a un ciclo de liquidación de T+1 es una alerta que nos da la oportunidad de reaccionar a tiempo ya que requerirá ajustes significativos por parte de los participantes del mercado. Es importante que los diferentes agentes dispongan de sistemas robustos que integren procesos automáticos para garantizar un modelo operativo eficiente que pueda absorber esta reducción de un día en el ciclo de liquidación.

En un mundo en constante evolución, solo las entidades depositarias más preparadas serán capaces de ofrecer soluciones a las gestoras que les permitan adaptarse fácilmente a los cambios de mercado y regulatorios que se avecinan. Estos cambios, que demandan grandes inversiones en infraestructuras y tecnologías de la información, requieren una visión estratégica y una capacidad de adaptación ágil.

Aquellas organizaciones que sean capaces de invertir en infraestructuras y sistemas tecnológicos eficientes estarán en una posición ventajosa para afrontar los desafíos futuros y ofrecer soluciones de interés para las gestoras; como son, por ejemplo, el servicio de Execution to Custody, gracias al cual la gestora prácticamente puede olvidarse de todos los procesos poscontratación, delegando en el depositario la generación de las instrucciones de compensación, liquidación, afirmación, etc. y el servicio de fail coverage, que le permiten a la gestora tomar prestado títulos para cubrir entregas cortas.

La preparación y la anticipación a las necesidades del mercado y de los clientes, así como la capacidad de respuesta rápida y eficiente a los cambios regulatorios, son fundamentales para mantener la competitividad, garantizar la calidad del servicio y asegurar un acompañamiento estratégico a nuestros clientes. La cita es el próximo 28 de mayo de 2024, ya se ha iniciado la cuenta atrás.