¿Podrá la directiva SFDR acabar con el Greenwashing?

Inigo_Bilbao_Goyoaga_05_2016
Iñigo Bilbao

TRIBUNA de Iñigo Bilbao-Goyoaga, Managing Partner, Estudios Bursátiles SL, experto en Fondos de Inversión, ETF e Inversión Colectiva.

Según un informe de Bank of America con datos hasta agosto de 2021, tres de cada diez dólares que se invirtieron globalmente en renta variable durante este año, fueron hacia fondos y ETF que seguían criterios de sostenibilidad. El estudio observó 2,300 fondos y ETF que seguían criterios ESG, y concluyó que habían alcanzado la cifra récord de 1,65 billones de dólares bajo gestión. El incremento del crecimiento de flujos hacia inversiones que cumplen criterios ESG con respecto al año anterior, es el triple que en los fondos y ETF que no tienen credenciales sostenibles. Se estima que estos flujos van a continuar en los próximos años, aunque de momento es Europa la zona geográfica que muestra más apetito por esta tendencia.

Se utiliza el término Greenwashing en gestión de activos, para definir la acción de marketing ejercida por algunas firmas para exagerar las credenciales de sostenibilidad (ESG) de sus productos. De esta forma intentan lograr una mayor aceptación de su gama por parte de los inversores y ahorradores.

Según una encuesta llevada a cabo por Quilter Financial Advisers en el Reino Unido durante los primeros meses de 2021, el Greenwashing era el tema que más preocupaba al 44% los inversores, y la posibilidad de que incluso fuesen más caros ese tipo de productos alarmaba al 42% de los encuestados.

Para atajar este potencial problema, la Unión Europea ha publicado una directiva de aplicación en su primera fase desde el 10 de marzo 2021, conocida como la SFDR (Sustainable Finance Disclosure Regulation), que traducida al español podríamos definir como el reglamento sobre la divulgación de información relativa a la sostenibilidad de
los servicios financieros.

Según esta directiva todos los fondos de inversión y ETF deberán indicar en su prospecto de venta si cumplen el artículo 6 de dicho reglamento (aquí entrarían todos los fondos y ETF aprobados en la UE) y si además cumplen el artículo 8 de producto que promociona características de sostenibilidad, o si por el contrario cumple el articulo 9 y se trata de un producto con objetivo de sostenibilidad de impacto concreto.

Según un estudio elaborado por Morningstar con data de Morningstar Direct a fecha del 10 de Julio de 2021, el 24% de los fondos y ETF disponibles en la región EMEA se define como cumplidor de alguno de esos dos artículos de sostenibilidad 8 o 9. En concreto el 21% indica en sus folletos que cumple el 8 y el 3% indica que cumple los requisitos de impacto sostenible del artículo 9.

Si reducimos la búsqueda a aquellos productos disponibles en la Unión Europea, entonces el 34% de los Fondos y ETF dice cumplir artículos 8 o 9, estando catalogados en el 8 el 30,3% de los productos mientras que el 3,7% indica que cumple el artículo 9.

Aquellos fondos y ETF clasificados como artículo 9, como era de esperar, muestran en sus folletos que cumplen holgadamente criterios de impacto en sostenibilidad. Sin embargo, entre aquellos que dicen cumplir el artículo 8, hay una gran variedad de criterios utilizados, desde la exclusión de empresas al best in class, o empresas que mejor puntuación reciben al utilizar ciertos filtros, estando englobados en el mismo artículo, fondos y ETF con criterios más o menos laxos. Debido a esta anomalía, algunos expertos consideran que el artículo 8 es todavía impreciso, y que requiere de la implementación de la segunda fase de la directiva, la cual se ha pospuesto hasta Julio de 2022, para aclarar potenciales malentendidos.

Morningtar estima que en Europa casi el 50% de los fondos y ETF disponibles pudieran considerarse como cumplidores de criterios de sostenibilidad para mediados de 2022, lo que ya está creando confusión. Hay expertos para los que por ejemplo incluir en los fondos o ETF, empresas mineras o que utilizan energías fósiles o incluso bonos del estado de países sin credenciales democráticas claras como China, automáticamente les debiera
descartar del cumplimiento de dicho artículo.

Sin embargo, están viendo que eso no es lo que está ocurriendo actualmente, por lo que tienen dudas que la SFDR erradique el Greenwashing de la industria, y solicitan que se vuelva a revisar, antes de que esta práctica de marketing, amenace con deshacer todo el buen trabajo y progreso que se ha logrado hasta ahora en el campo de la inversión responsable.

Las aportaciones y dudas manifestadas por los expertos son fundadas, pero no es menos cierto que la Unión Europea al haber puesto en práctica la directiva SFDR durante 2021, va en la buena dirección, por lo que hay motivos para el optimismo.