Robeco y la Universidad Politécnica: sostenibilidad y recursos naturales

Firma: cedida (Robeco).

TRIBUNA de Ana Claver Gaviña, CFA, directora gerente para Iberia, U.S. Offshore y Latam, Robeco, y presidenta del Comité de Sostenibilidad, CFA Society Spain; y Luis de la Torre, doctor ingeniero especialista en Sostenibilidad y Recursos Minerales. Comentario patrocinado por Robeco.

La sostenibilidad es un concepto muy amplio, multidisciplinar, y principalmente intergeneracional, la cual es su mayor dificultad. Si quisiéramos simplificar en dos temas clave sobre los que meditar de cara al compromiso de continuar el desarrollo social y económico conocido, sin menoscabar el ambiental, éstos serían el flujo de materia y el de energía.

Resultaría repetitivo incidir en la necesidad de los recursos energéticos y minerales en el mundo en que vivimos, donde ya más de 8.000 millones de personas tratan justamente de alcanzar una mayor calidad de vida a expensas de un consumo intensivo de recursos. Un ciudadano medio europeo consumiría en 2019, según Eurostat, más de siete toneladas de minerales no metálicos, 700 kilos de minerales metálicos, casi tres toneladas de combustibles fósiles, y más de tres toneladas de biomasa.

Y es que, ya hablemos de soluciones como el cambio de modelo económico a uno menos lineal o de la mayor eficiencia energética o material, de energías limpias, digitalización, transporte, infraestructuras, o edificación, siempre estarán presentes la tecnología y los recursos naturales que le dan soporte.

Es cierto que la rapidez buscada en la transición energética en su lucha contra el cambio climático está acelerando hasta límites nunca pensados la producción de ciertos minerales, en casos llamados críticos, otros estratégicos, que resultan especiales ante su necesidad y la amenaza ante la posible falta de suministro. En estos asuntos la simplificación lleva a conclusiones erróneas, exigiendo un merecido análisis singularizado.

Esta evolución desde los combustibles tradicionales a las energías limpias, demasiado apresurada según algunos y peligrosamente lenta para otros, propone una serie de dilemas como la presencia del gas y la energía nuclear, la recuperación en algunos países de la producción eléctrica mediante carbón, o la consideración temporal de diferentes soluciones tecnológicas. Temas que junto con la mayor presencia de la geopolítica estos últimos años, tras las tensiones entre China y Estados Unidos por estar a la cabeza del asunto climático, o las implicaciones de la invasión de Ucrania, bien merecen un debate serio.

Abordar estos asuntos, junto con otros pertenecientes al espectro de la sostenibilidad, como la descarbonización de carteras, la importancia del impacto y el acercamiento empresarial a los ODS, la medida de los parámetros ASG, la protección de la biodiversidad o la justicia social, permitirá a Robeco compartir su conocimiento desde su programa anual de actividades. La sostenibilidad se presenta como árbitro necesario en un mundo empresarial donde una apropiada gestión de la sostenibilidad permite lograr y mantener la licencia de operación como permiso social cada día más restrictivo.

Entendidas estas necesidades, en Robeco, como gestora de inversiones dedicada a la inversión sostenible durante más de 25 años, nos propusimos la creación de una Cátedra donde la relación universidad-empresa alcance todo su valor. Porque, hoy más que nunca, la sostenibilidad es árbitro en la obtención del permiso social para casi cualquier actividad. Energía y minerales parecen redescubrirse como aliados de nuestra sociedad, una necesidad que debe satisfacerse bajo criterios de sostenibilidad, de ahí que Robeco quiera aprovechar esta oportunidad para apoyar en su evolución hacia la sostenibilidad también al mundo de los recursos naturales. Este podría ser el siguiente paso del engagement, compartir nuestra manera de entender la sostenibilidad con la empresa y sus profesionales, pero también con los jóvenes que ingresarán en el mercado laboral.

El sector de la extracción de recursos es consciente de la problemática ambiental y social que le acompaña tradicionalmente. Sin embargo, desde que en los años 80 la sostenibilidad se convirtiera en punta de lanza del sector, mucho se ha avanzado en ese terreno. Es suficiente consultar los informes de sostenibilidad de cualquier empresa de cierto volumen para comprender cómo la sostenibilidad resulta crítica para su estrategia.

De ahí que hoy en día la vigilancia medioambiental que impone la sociedad, y las buenas prácticas de la empresa, deban atender a una legislación copiosa que vela por nuestro entorno, mientras que en el aspecto social, positivo en cuanto al desarrollo económico del territorio, si no se acompaña de una gestión sostenible puede relacionarse con malas prácticas donde aparezcan conflictos en el campo de los DD.HH.

Sin embargo, las externalidades relacionadas y de las que el mercado no es capaz todavía de hacerse eco deben ser analizadas y puestas en valor, ya que el inversor sostenible atiende a ellas. Este inversor sostenible, no lo olvidemos, en Europa viene a suponer la mitad de los activos bajo gestión. Para esto no hay mejor freno que el escrutinio de las responsabilidades ASG, y más aún el desafío que supone la medición del impacto y su relación con los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

Energía y recursos minerales son las herramientas básicas de nuestro progreso, pero obtenidas de la manera sostenible ambiental, social y económicamente. Es por ello por lo que, Robeco, en su afán pionero, ha puesto en funcionamiento junto con la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Minas y Energía de la Universidad Politécnica de Madrid, la Cátedra Robeco en Sostenibilidad y Recursos Primarios. De amplio espectro, la Catedra tratará en detalle aquellos aspectos relacionados con la sostenibilidad y la inversión sostenible, sin olvidar la necesidad que suponen los recursos minerales y energéticos en la consecución del nuevo modelo de sociedad buscado.