¿Será la política la impulsora del crecimiento económico para Latinoamérica en 2018?

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TRIBUNA de Pablo Riveroll, responsable de Renta Variable latinoamericana. Comentario patrocinado por Schroders

América Latina se enfrenta en 2018 a uno de los “cisnes negros” que suele estar presente cada año en la mente de la mayoría de inversores: el riesgo político, materializado a través de las elecciones. 2018 se postula como un ejercicio claramente electoral en la región, donde varios países con economías clave como Colombia, México y Brasil tendrán que pasar por las urnas. Si bien al ser gestores activos, el ruido político no entra dentro de aquellos factores que influyen en nuestras decisiones de inversión a largo plazo, es verdad que los sondeos pueden ofrecer una pista de hacia dónde se dirigirán las futuras políticas monetarias y, por ende, si estas sustentarán la inversión y el crecimiento del país.

El aumento de la clase media, los bajos costes laborales y la abundancia en materias primas son factores que respaldan el apetito inversor por la región en su conjunto. No obstante, cada país tiene su propia idiosincrasia. Por ello, la correlación entre las rentabilidades de la renta variable latinoamericana es relativamente baja, por lo que la diversificación puede proporcionar ventajas.

Colombia: calma relativa previa a una aceleración suave

El país tiene cita con las urnas el 27 de mayo con uno de los escenarios políticos menos alentadores del continente. Juan Manuel Santos, del partido centro-derecha Partido Social de la Unidad Nacional, ha conseguido uno de los mayores logros en la historia reciente de Colombia, la firma del acuerdo de paz con las Farc. Sin embargo, los bajos precios de las materias primas han impactado en las cuentas del país ralentizando el crecimiento económico.

Aunque no se espera un giro ideológico en las elecciones de mayo, creemos que el gobierno resultante se centrará en priorizar la estabilidad por encima del crecimiento y la reducción del gran déficit presupuestario. De forma agregada, el mercado cotiza cerca de 13.4 PER, con un crecimiento de las ganancias por acción del 21.2%.

México: El Nafta y la incertidumbre política podrían mantener la volatilidad del peso

Las elecciones del país azteca están fijadas para el primero de julio, y por lo que indican las encuestas el candidato Andrés Manuel López Obrador, conocido como AMLO, de corriente izquierdista, es uno de los mejor posicionados para llegar al ejecutivo. Aunque esta vez AMLO está intentando involucrarse con la comunidad inversora y empresarial, existe cierta preocupación en torno a este candidato alrededor de una posible reforma del sector energético. Sin embargo, no lo vemos como un asunto del que preocuparse sobremanera, ya que la reforma energética requeriría el apoyo de ambas cámaras, algo que AMLO no tendría.

A pesar de que Mexico se encuentra en una fase de ajuste de políticas monetarias y presupuestarias, se espera que el crecimiento pueda mejorar durante la segunda mitad del año, respaldado por la una posible política monetaria más laxa, entre otros factores. Sin embargo, la sombra de la incertidumbre planea sobre las negociaciones del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (NAFTA en sus siglas en inglés). Creemos que su posible ruptura podría provocar a largo plazo un impacto negativo en las inversiones directas al país. En este contexto, la volatilidad del peso ha vuelto a aumentar, aunque las valoraciones siguen siendo elevadas.

Brasil: La recuperación económica se expande, pero el contexto político es incierto

Después del huracán Dilma Rousseff y sus efectos en la política brasileña, el presidente actual, Michel Temer, ha implementado un programa de reformas con medidas centradas en controlar la principal debilidad de la economía carioca: el déficit fiscal. En este escenario, las perspectivas económicas para Brasil son inciertas. Las elecciones, que tendrán lugar el 7 de octubre, postulan a Lula como favorito en las encuestas, aunque su participación cada vez es más dudosa debido a sus cuentas con la justicia.

Así, creemos que la incertidumbre política y la volatilidad aumentarán a medida que se acerque la fecha de los comicios. En nuestra opinión, el ritmo de recuperación podría girar en torno a las perspectivas de futuras reformas que ofrezcan mayor estabilidad fiscal. A pesar de estos factores, la baja inflación y las políticas monetarias más acomodaticias que ha disfrutado la economía brasileña en los últimos tiempos han impulsado un rebote de la confianza empresarial y del consumidor. Nuestras previsiones sitúan la tasa de crecimiento este año en un 2,5% desde un 0,6% en 2017.

Mirando más allá del ruido a corto plazo…

La presencia de unas instituciones sólidas y un gobierno con políticas favorables a la inversión son vitales para crear un ambiente propicio para la inversión. Un cambio de política puede ser un catalizador a tener en cuenta y Latinoamérica presenta muchas evidencias de que suceda algo parecido. Somos positivos con América Latina, apoyados sobre todo por la recuperación de la economía más grande de la región, Brasil. Aunque todo apunta a un buen comportamiento de los países latinoamericanos, mirar más allá del ruido a corto plazo que pueden provocar los eventos políticos será clave para desbloquear el buen comportamiento de la inversión. Marquemos en el calendario estas fechas y curémonos del efecto mariposa.