TRIBUNA de Alfredo Ávila, managing director de Accenture.
Siempre he pensado que el nombre roboadvisor no era, para algunas geografías y lenguas, la mejor denominación para atraer a los inversores a invertir a través de servicios con alta automatización y digitalización en la gestión discrecional de sus carteras. Lo cierto es que, fuera cual fuera la denominación final, superan, a día de hoy, los 100 en la vieja Europa con más de 2.500 millones de euros bajo gestión (lo que supone un incremento del 20% frente a 2017). Poco a poco estos disruptores digitales se van haciendo con la confianza y la gestión del patrimonio de inversores que buscan experiencias diferentes en un mundo cada vez más desintermediado.
Lo que también es cierto es que los roboadvisor están democratizando el acceso a servicios de asesoramiento de mayor valor añadido permitiendo a las entidades o Fintech que proporcionan dichos servicios, ofrecerlos a coste marginal, una vez amortizada la inversión. Pero esto, teniendo en cuenta a la velocidad que se transforma el mundo que nos rodea, lo que ayer era una novedad hoy comienza a estar obsoleto y, los roboadvisor, sin llegar prácticamente a ser un modelo de negocio maduro, deben evolucionar hacia nuevos modelos si quieren ser sostenibles.
¿Hacia dónde tienen que evolucionar las entidades financieras que proporcionan servicios de inversión, sea cual sea su tamaño y modelo? Estoy totalmente convencido que la evolución de los servicios en inversiones tienen que mantener sus esfuerzos en refirmar el contrato de confianza y credibilidad con clientes y empleados, lo que se puede perder en apenas un minuto se tarda años en recuperar. Las entidades deben de poner en valor la importante inversión en modernización tecnológica para mejorar la experiencia real y percibida, así como las importantes inversiones en cumplimiento de la normativa cuyo objetivo no es más que conseguir un mercado más transparente y que ofrezca mayor confianza a los inversores.
Aquellas entidades que estén o definan una estrategia tecnológica que les permita ser capaces de entender el momento vital de cada cliente, capaz de digitalizar las interacciones entre cliente-entidad, gestor-entidad y cliente-gestor y acompañar las decisiones de inversión maximizando la ecuación de confianza, valor y personalización serán las que conseguirán fidelizar a sus clientes y también a sus empleados. En este punto es donde aparece el concepto de HER (High Expert Robo). Todos recordamos la película HER, donde una persona se enamora de su sistema operativo basado en inteligencia artificial, viviendo diferentes aventuras que ambos protagonistas pasan a lo largo del metraje. Fue precisamente viendo HER donde se comenzó a gestar la otra HER que será capaz -que ya es capaz- de utilizar la información disponible de cada cliente (desde todos los aspectos que un inversor tiene) para ayudar a los gestores (conociéndoles a ellos también) en personalizar las estrategias y potenciales acciones a trabajar.
HER es a día de hoy una puerta al futuro cercano. La Inteligencia Artificial está en los albores de una evolución definitiva. Como toda evolución debe llevar acompañada una reflexión ética. La Inteligencia artificial hay que conocerla, entenderla y humanizarla conjuntamente con la transformación de las personas que, de esta manera, conseguirán dedicar más tiempo a las interacciones humanas y al desarrollo de la propia persona en tareas de mayor valor. La Inteligencia Artificial es un nuevo elemento en nuestras vidas y viene para quedarse.
Por último, las nuevas tecnologías nos permitirán evolucionar nuestras interacciones, pasando de interacciones por pantallas, a interacciones en lenguaje natural, donde ni siquiera el idioma será una barrera y nos ayudará entonces a capacitar a clientes y gestores y a resolver dudas en tiempo real. El futuro es un futuro donde el conocimiento estará poco a poco al servicio de todos de la forma más natural posible.
HER, nuestro médico financiero, es el elemento que unirá lo nuevo y lo tradicional y ayudará a la transformación de las organizaciones en su ánimo de ofrecer experiencias relevantes, ser sostenibles y construir un mundo personalizado a cada uno de nosotros.