Tres pasos prácticos para empezar a descarbonizar tu cartera

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Firma: cedida (Schroders).

TRIBUNA de Carla Bergareche, directora general para España y Portugal, Schroders. Comentario patrocinado por Schroders.

La descarbonización de las carteras de activos juega un papel importante, tanto para los inversores como para la sociedad en general.Advertisement No se trata sólo de cómo mejorar la puntuación de carbono de la cartera, sino también de cómo las inversiones que realizamos pueden conseguir la descarbonización real de la economía. Así pues, en Schroders hemos identificado tres pasos que los gestores deberían dar para que sus esfuerzos en este campo sean eficaces.

1. Ajustar las previsiones a largo plazo para el cambio climático

Es importante tener en cuenta cómo la transición a una economía con bajas emisiones de carbono puede afectar a las perspectivas de las distintas clases de activos. Cuando pensamos en las repercusiones del cambio climático en las previsiones de rentabilidad de los activos a largo plazo tenemos en cuenta varios escenarios: desde la negación del cambio climático, donde no se llevaría a cabo ninguna acción específica para mitigar el cambio climático y la temperatura crecería por encima de los tres grados, hasta el escenario de cero emisiones donde la temperatura alcanzada estaría en línea con el Acuerdo de París.

Entre estos escenarios, hay un tercero (el que nos parece más probable) en el que el aumento de la temperatura es más moderado gracias a la aplicación de políticas de mitigación de las emisiones de carbono a partir de 2025. En general, en este escenario, las acciones podrían tener un mejor compartimiento que otros activos, especialmente las vinculadas a mercados emergentes. No obstante, hay que tener en cuenta que el cambio climático tiende a impactar más en los mercados emergentes de media que en los desarrollados. Nuestras previsiones también sugieren que el crédito y el sector inmobiliario seguirán ofreciendo mejores resultados que los bonos soberanos.

2. Mejorar la alineación de temperatura de las inversiones activas

En aquellos casos en los que las inversiones sean gestionadas por un número importante de gestores activos, se requerirán recursos de gobernanza para evaluar el enfoque que utiliza cada gestor respecto a la reducción de las emisiones de carbono, así como para juzgar si dicho enfoque cumple con los objetivos del inversor. Para aquellos inversores que disponen de un tiempo limitado para dicha gestión, podría tener sentido elegir primero a los gestores que gestionan mandatos que probablemente tengan un mayor impacto, ya sea por el tipo de mandato o por el porcentaje de asignación en la cartera.

3. Mejorar la alineación de temperatura de las inversiones pasivas

Los inversores pueden invertir en activos pasivos a través de tres vías fundamentales: mandatos segregados, ETS o derivados.  En los mandatos segregados, los inversores tendrán que coordinarse con sus gestores pasivos del mismo modo que con los gestores activos. Esto conllevará ajustar las ponderaciones de las acciones en los índices de renta variable, por ejemplo, rebalanceando hacia aquellos emisores que tengan una mejor alineación climática. Cuando lo hagan a través de fondos cotizados (ETF) podrán elegir ETF de bajas emisiones, que excluyan o infraponderen compañías con altas emisiones. Sin embargo, estos instrumentos pueden no estar alineados con los objetivos generales de riesgo o rentabilidad de la cartera de los inversores y, además, suelen ser más caros que las estrategias pasivas estándar. Finalmente, los inversores también pueden invertir en derivados, aunque la capacidad de descarbonización dependerá en gran medida de la disponibilidad de modelos líquidos y respetuosos con el clima de los derivados más utilizados, y, hoy en día, hay relativamente poca oferta disponible.

Así pues, aunque hoy en día el impacto en la temperatura de cualquier cartera descarbonizada pueda parecer limitado, aplicando estos tres pasos los inversores podrán preparar sus carteras para el futuro y beneficiarse de un proceso de descarbonización progresivo a medida que crece el universo de la inversión sostenible. En este sentido, para gestionar tanto el riesgo como las oportunidades que traerá consigo una descarbonización más generalizada, el uso del compromiso empresarial (engagement) y la implementación de soluciones climáticas positivas serán clave para ayudar a los inversores a mejorar progresivamente su cartera desde una perspectiva climática y alcanzar su objetivo de cero neto.

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