Philipp Vorndran (Flossbach von Storch): “La renta variable es la única clase de activo líquida que está cerca de su fair value”

Philipp Vorndran, Flossbach von Storch
Flossbach von Storch

Cuando Philipp Vorndran empezó su carrera, en 1983, el parqué alemán sólo estaba abierto de 10:30 a 13:30. Esto le permitía compaginar su trabajo en Deutsche Bank con sus estudios universitarios. Tras una breve carrera como periodista, Vorndran ha dedicado la mayor parte de su vida a operar en mercados de derivados, a analizar las dinámicas de los mercados de deuda y a estudiar las distintas correlaciones entre clases de activos, entre otros aspectos de la inversión. Actualmente, es estratega sénior de Flossbach von Storch, y tiene un mensaje que divulgar muy coherente con la filosofía multiactivos de esta firma: los inversores tienen que empezar a replantearse sus acercamientos a la inversión.

“Cuando me reúno con un cliente, primero le pregunto cuál es su objetivo de retorno. Éste suele afirmar que es un inversor muy conservador y que busca algo entre el 2% y el 3%, una rentabilidad un poco superior a la inflación. El problema es que entre las clases de activo que está proporcionando una rentabilidad superior a la inflación no están los mercados de bonos”, cuenta el experto.

Ésta situación aboca a los inversores a un dilema: o mantener el perfil conservador y conformarse con un rendimiento próximo a cero, o asumir más riesgo para cumplir con el objetivo de rentabilidad. Vorndran opina que los inversores deberían plantearse incrementar su asignación a renta variable para poder al menos obtener un rendimiento que bata a la inflación: “Una porción entre el 25% y el 50% es la que tiene sentido en el largo plazo, si se tiene un horizonte de inversión de al menos 10 años y ninguna obligación de estar en cash”, aclara.

Cuestión de perspectiva

Es necesario aclarar que la aproximación del estratega para invertir en acciones es con un horizonte temporal de muy largo plazo: “Con mucha frecuencia dicen de Flossbach von Storch que somos un tanto diferentes. Pensamos que, si tienes tiempo y confianza, las acciones de buena calidad no tienen riesgos. Pero con el tiempo nos referimos a esperar diez años o más”.

La recomendación del experto es que se plantee la inversión en acciones en términos similares a una inversión en activos inmobiliarios: “Nunca invertirías en real estate con un horizonte de inversión de seis meses o un año, porque comprar y vender es oneroso y nunca conseguirías recuperar tu inversión en este periodo. Si tienes un acercamiento mental similar para invertir en compañías de alta calidad, entonces renta variable y real estate presentan el mismo perfil de riesgo”. Con una gran diferencia: “Hoy el real estate tiene una rentabilidad por flujos de caja de alrededor del 3%, mientras que las compañías de buena calidad ofrecen un 6%. Por tanto, eres recompensando con el doble de los flujos con el mismo perfil de riesgo”.

El experto es consciente del nerviosismo de los inversores con respecto a las valoraciones actuales de la renta variable, especialmente la estadounidense. Pero se muestra categórico a este respecto: “Yo pienso que la auténtica burbuja no está en la renta variable. No está barata en términos históricos, pero es la única clase de activo líquida que está cerca de su justiprecio”. En cambio, afirma que “la renta fija es cualquier cosa menos un activo libre de riesgo”.

Para reforzar sus argumentos, el estratega hace la siguiente comparativa: “Un bono español a diez años está cotizando a menos del 2%, lo que implica una rentabilidad anual sobre el precio de compra de 50 veces. La valoración del real estate en Madrid estaría cerca de 40 veces. La valoración de la renta variable global está en torno a las 15 veces. ¿Qué clases de activos están en burbuja y cuáles no?”.

La segunda parte del razonamiento de Vorndran tiene que ver con el enfoque largoplacista: “Muchos inversores no piensan en términos de invertir para contribuir al futuro de las compañías, sino en pura especulación para conseguir precios más altos. Creo que estamos matando esta mentalidad al promover los fondos indexados y los ETF, porque eso ya no es invertir en empresas con un modelo de negocio y espíritu emprendedor, es tan sólo apostar por la apreciación de capital. Es como apostar a que el Real Madrid vaya a ganar la Champions”, declara.

Lower for very longer

Vorndran publicó en 2011 un libro titulado “La avalancha de la deuda”. En él, exponía el siguiente planteamiento: “Estamos en un mundo de niveles de deuda que crecen sin límites. Esto sólo se puede financiar si la otra parte de la ecuación, que son los tipos de interés, caen. Necesitas un coste más barato para dar servicio a la deuda”. En consecuencia, afirma el estratega, “la avalancha de deuda implica que los tipos seguirán bajos durante muchos, muchos años, quizá una generación”.

La tesis expuesta en el libro es que “los tipos no serán capaces de cubrir la inflación”. Por tanto, los inversores deberán asumir más riesgos para conservar su nivel adquisitivo. Vorndran cuenta que, cuando publicó su libro, esta tesis no fue muy bien recibida porque “en aquel momento todavía había bonos que daban un 5%- 6% y los inversores no veían la necesidad de rotar la cartera”. Sin embargo, la tesis remite a la situación actual, al dilema ya expuesto que afrontan los inversores.

Por todas estas razones, Vorndran se reafirma en la conclusión a la que llegó hace seis años: “Los gobiernos no están dispuestos a recortar su gasto, por lo que va a seguir subiendo la tasa de deuda sobre el PIB. Como los gobiernos necesitan refinanciar cerca del coste 0, no habrá ningún tipo de cambio en los tipos de interés en el futuro próximo”. Por lo tanto, sentencia el experto, “los inversores necesitan aprender a invertir fuera del universo de la renta fija”. Pone como ejemplo la asignación actual del Flossbach von Storch Multiple Opportunities II, el fondo estandarte de su firma: “Está asignado en términos de rentabilidad riesgo y tiene un 60% de renta variable, cerca de un 5% en bonos, cerca de un 25% en efectivo y 10% en oro físico”.

El estratega se despide con un mensaje que quiere invitar al optimismo: “La situación en la que estamos ahora mismo está marcando el comportamiento de inversión futuro de los ciudadanos de una forma positiva. Hoy están siendo obligados por primera vez a pensar de una forma más abierta sobre la inversión”.