Una veintena de profesionales conforma el equipo de banca privada de la entidad suiza en España, dirigido por Luis Sánchez de Lamadrid.
Pictet celebra este año el décimo aniversario de su llegada a España y, en breve, celebrará 210 años de vida. La entidad suiza, perteneciente a ocho socios, ofrece en España las dos áreas de negocio que tiene: gestión de fondos de inversión y banca privada. “Somos especialistas e independientes. Además, el banco tiene una filosofía muy conservadora, no cotiza en bolsa y tiene un rating de AA-”, explica Luis Sánchez de Lamadrid, director general de Pictet WM en España.
En total, el banco gestiona y custodia actualmente 400.000 millones de dólares, cuenta con 3.300 empleados y tiene presencia en 27 ciudades.
En España, ofrece servicios de banca privada desde 2005 como sucursal bancaria de su banco luxemburgués. En los últimos años, el equipo ha ido creciendo y Sánchez de Lamadrid lo dirige desde hace dos años, cuando se incorporó a la firma proveniente de BSI. Actualmente, trabajan 20 personas entre banqueros privados y el equipo de gestión, en las oficinas de Madrid y Barcelona, con las que cuenta la entidad. La oficina de Barcelona está dirigida por Calamanda Grifoll. La parte administrativa la tienen centralizada en Luxemburgo, si bien, en España cuenta con un director de operaciones y compliance.
La entidad no ofrece datos sobre sus activos en España pero, aseguran, han crecido en los últimos años. Tienen clientes a partir de un millón de euros y, de media, están entre los dos y los diez millones de patrimonio. Para ofrecerles servicios, cuentan con banqueros senior con, al menos, 12 años de experiencia.
Entre la marca diferenciadora de la entidad, Sánchez de Lamadrid destaca su capacidad global tanto en la gestión como en la domiciliación de los activos de los clientes. En Pictet fueron pioneros en ofrecer a sus clientes la posibilidad de domiciliar su patrimonio en Luxemburgo y, de hecho, según explica Sánchez, las primeras cuentas que abrieron, en 2005, fueron de derecho luxemburgués. “Hoy en día, ofrecemos al cliente lo que mejor se adapta a sus necesidades y, en todo caso, la gestión se hace desde España y la relación del cliente es siempre con su banquero privado”, dice Sánchez de Lamadrid. “Para poder ofrecer este servicio, necesitas capacidad global e invertir en recursos humanos y técnicos. Es algo diferencial, pero que no va a encajar a todo el mundo. Hay que escuchar al cliente, sus miedos y conocerle bien; saber sus necesidades y, a partir de ahí, ayudarle. Nuestra labor es acompañar al cliente para que pase su patrimonio a la siguiente generación”.
Equipo local de gestión
Sánchez destaca el hecho de contar con equipo local de gestión que, si bien se nutre de las capacidades globales del banco y sigue la política de inversión marcada globalmente, ajustan las carteras de los clientes para darles “un sesgo más local”. “El cliente busca que le gestionen sus activos, nosotros proponemos carteras ajustadas a sus necesidades, carteras globales y con el mejor producto en cada categoría”, dice. Esto significa que combinan la inversión directa con los fondos de inversión, tanto propios como de terceros. Lo que no tienen vehiculizado en sicav está en un 80% en fondos de inversión y en las sicav utilizan tanto fondos como ETF. Para la selección de fondos, el banco cuenta con un equipo global.
Ofrecen servicio de gestionan de sicav (algo que pueden hacer pese a no tener SGIIC, pero como sucursal bancaria a través de un depositario español), gestión de carteras y también ofrecen la posibilidad de realizar distintos tipos de mandatos a medida para el cliente.
En Pictet, tienen agentes, aunque “pocos y muy seleccionados” y también trabajan con EAFI. Sánchez considera que esta figura es interesante pues profesionaliza la labor de asesoramiento pero cree que para que avancen sería bueno desburocratizar su registro y permitirles que gestionen.
En cuanto al sector de banca privada, Sánchez de Lamadrid cree que la crisis ha hecho que entidades independientes españolas y extranjeras con presencia local hayan ganado cuota, según los clientes han apreciado que había alternativas a su banca de toda la vida. “Los clientes buscan solidez, arquitectura abierta y capacidad globales, tanto en inversiones como en la domiciliación de sus activos”, dice.
Cree que hay sito para las entidades que sean sólidas y sean capaces de dar servicio global y que estén en España con un proyecto a largo plazo pues, advierte, este no es un negocio que sea rentable en dos años. Considera que, en los próximos meses, el negocio de banca privada en España vivirá un proceso de consolidación.