Los lectores habituales de esta columna la revisan los lunes o martes de cada semana, y dado que los feriados de navidad y año nuevo caen en eso días este año, hemos decidido comenzar con una ligera anticipación a despedir el 2012 y sobre todo a visual
En el mundo de la renta fija denominada en dólares, en el 2013 tendremos:
Comenzamos con estos instrumentos porque son la referencia sobre la cual se apoyan las curvas de rendimiento de papeles corporativos y soberanos. La comparación entre el rendimiento de estos y el resto de los títulos de renta fija es lo que en el argot del área denominan Spread.
En la última reunión del Comité de Mercados Abiertos de la FED, (FOMC por sus siglas en inglés) quedó claro que las tasas federales seguirán ultra bajas hasta que la tasa de desempleo llegue a niveles del 6,5% (7,7% fue la tasa reportada en noviembre 2012), y esta es la primera vez que la FED vincula la duración de una política a un indicador macroeconómico específico. Tal anuncio tenía entre otros propósito reforzar entre los inversionistas la impresión de que los niveles actuales de tasas de interés, o algunos aun más bajos, serán vistos en un futuro próximo.
Los analistas de la gran banca de inversión norteamericana esperan entonces que en el 2013 suceda el final del gran mercado al alza de los bonos denominados en dólares, que ya cumplió 30 años. Lo que no significa necesariamente que ya hayamos visto los verdaderos mínimos históricos; si estas tasas caen un poco más al comienzo del 2013, todavía queda dinero en la mesa para quienes tomen posiciones en estos instrumentos ahora y por un horizonte de muy corto plazo.
El gran consenso en el mundo de renta fija es que son improbables las ganancias de capital por tenencia de bonos denominados en dólares para aquellos con horizontes de inversión de mediano plazo, pues una vez que las tasas comiencen a subir, si lo hacen con cierto vigor, causaran grandes daños en los portafolios de renta fija.
El próximo año, en el mejor de los casos, será un año de retornos producidos por cupones y siempre con la angustia de que un comienzo en la subida de las tasas se lleve por delante todos los beneficios que se acumulen en el período. Tal comportamiento es extrapolable a toda la familia de renta fija denominada en dólares.
Lo único que podría beneficiar a los tenedores de treasuries es que eventos políticos, no predecibles en este momento, refuercen su rol como instrumentos refugios.
- En los corporativos grado inversión
El spread promedio de estos instrumentos con respecto a los treasuries debería colocarse en el orden de 300 puntos básicos (1% son 100 puntos básico), continuando el estrechamiento que se ha visto en los últimos meses, producto de una eventual subida de los retornos de los treasuries en algún momento del 2013 y a una caída del rendimiento corporativo AAA.
La abundante demanda de inversionistas institucionales, aunada a la inyección de liquidez de la FED que obliga a los inversionistas a buscar papeles de mayor perfil de riesgo, abre espacio para que sus retornos sigan reduciéndose aunque en modestas magnitudes. Difícilmente volverá a repetir un momento tan ideal para la emisión de títulos corporativos a tasas tan bajas como las actuales.
- En los bonos de alto rendimiento excluyendo Venezuela
La banca de inversión norteamericana espera que el spread de estos instrumentos se ubique, en promedio, en el orden de los 500 puntos básicos, alcanzando, para variar, mínimos históricos. Existe algún chance que produzcan ganancias de capital, nunca tan exuberante como los obtenidos en 2011 y 2012, específicamente por subidas de precios en el segmento de más baja calificación crediticia de esta familia.
La fuente de riesgo específico de este sector podría ser una desaceleración de la economía mundial que aumentaría la probabilidad de insolvencia de estos títulos, lo que castigaría sus precios.
El resto de estos preliminares los veremos en el reporte de navidad e incluirán a la deuda venezolana, destacada participante del año 2012.