Analizamos con Álvaro Martínez-Echevarría, director general del IEB, cuáles son actualmente los aspectos más valorados por las entidades financieras en las entrevistas que mantienen con los candidatos.
En las plantillas de las distintas entidades que configuran la industria española de gestión de activos están entrando profesionales jóvenes, con una amplia formación académica y que, poco a poco, van desempeñando roles y adquiriendo responsabilidades cada vez más importantes en las firmas en las que trabajan. Actualmente, al menos 40 profesionales gestores o analistas con menos de 30 años están involucrados activamente en la gestión de un fondo nacional. En un reciente artículo, Funds People ha puesto nombre y apellidos a esos nuevos talentos. Pero… ¿qué cualidades técnicas y humanas se piden a los profesionales que quieren trabajar en la industria de gestión de activos en España?
Se lo hemos preguntado a Álvaro Martínez-Echevarría, director general del IEB, escuela de negocios que en 2019 celebra su treinta aniversario y por la que, desde su fundación, han pasado ya más de 100.000 alumnos, muchos de los cuales trabajan hoy en el sector financiero. Durante estos 30 años de vida, el centro ha vivido en primera persona la transformación que ha experimentado la industria española. De hecho, se ha tenido que ir adaptando a estos cambios. El ejemplo más reciente es el impacto que ha tenido MiFID II en los programas de estudio del IEB, con nuevos Másters acreditados por la CNMV para informar y asesorar sobre todo tipo de actividades financieras, que están teniendo una gran demanda.
La adaptación de los programas a las demandas del sector es la prueba más evidente de hacia dónde ha ido caminando la industria. Otro ejemplo sería la puesta en marcha del Máster en International Management & Analytics, un Máster en Gestión y Dirección Estratégica de Empresas con una importante impronta de relaciones internacionales y big data. “Es un Máster Nuevo que se está impartiendo para alumnos universitarios, para los del Grado de Derecho y de Administración y Dirección de Empresas. Fuimos pioneros en impartir un Grado con un Máster, algo que no hacen muchas escuelas”, afirma. Sin embargo, además de la formación académica, Martínez-Echevarría reconoce que existen una serie de cualidades muy valoradas en estos momentos por los departamentos de recursos humanos de las distintas entidades.
“Actualmente, entre las cualidades más demandadas están la capacidad del profesional de generar confianza entre los clientes y la de su habilidad para moverse en un entorno global dada la relevancia que ha ido adquiriendo la internacionalización de la actividad económica, lo que hace que el manejo de la lengua inglesa sea fundamental. Las entidades también buscan que sus profesionales sepan moverse en entornos intergeneracionales, porque está claro que el inversor más tradicional o de otra generación tiene una forma de actuar determinada mientras que las nuevas generaciones son mucho más tecnológicas y digitales y tienen una mentalidad completamente distinta”, explica.
En este sentido, Martínez-Echevarría recuerda que, ahora mismo, grandes fortunas o patrimonios más o menos elevados son gestionados por profesionales de otra época. “Hoy se busca que un gestor tenga capacidad de tratar con ambos públicos y que sepa manejar tecnologías emergentes. La banca que se está digitalizando a una velocidad vertiginosa y es una cualidad que exige en sus nuevos profesionales. Esa necesidad existe a pesar de que muchos clientes se resisten a realizar determinadas operaciones de cierta envergadura a través de medios digitales. El factor humano tiene un peso aún muy importante, de ahí que las habilidades sociales jueguen un papel clave”.
Según explica el director general del IEB, los estudiantes graduados que salen de la escuela de negocios buscan mayoritariamente iniciar su andadura profesional en empresas de reconocido prestigio. Algunos se quedan en dichas firmas porque hacen carrera en ellas y tienen un desempeño profesional impresionante. Otros, una vez que han pasado por entidades de referencia, tratan de dar el salto y montar su propia estructura.