Para Pedro Santuy, director de Ventas ETF e Indexados en BNP Paribas AM, existen tres factores que definen muy bien cómo seleccionar una temática. “El primero de ellos es la volatilidad relativa al índice. El segundo, la beta que la temática pueda aportar frente al benchmark. Y la tercera, la pureza”, explica. Son estos tres conceptos sobre los que han ido girando las reflexiones de los selectores, comenzando por Vicente López, quien reconoce que, para ellos, la volatilidad es fundamental. “Hay temáticas que pueden generar una mayor volatilidad a las carteras, sin que ello se vea reflejado en una mayor rentabilidad. Esa mayor volatilidad tiene que estar justificada”, advierte.
Marcos Aza revela que, para su equipo, lo más relevante es la pureza. “Nos gusta invertir en vehículos que ofrezcan exposición únicamente a una temática para nosotros poder hacer la composición en una cartera”. En su opinión, la pureza es algo súper importante, que hay que analizar al detalle porque, desde el punto de vista de construcción de cartera, te permite tener muy bien identificado a qué riesgos estás expuesto por capitalización de compañías, estilo de gestión, exposición geográfica… Una de las cosas que más ha aportado la inversión temática es esa flexibilidad que te da para ir adaptando tu cartera a los estilos que tú quieres con los distintos temas”, expone.
En el equipo de Unigest, una vez identificada la tendencia, analizan la correlación con el resto de los activos de la cartera para saber si tiene sentido su incorporación. “Intentamos limitar el solapamiento de los valores que hay en cada tendencia. Google puede estar en cuatro temáticas que no guardan ninguna relación”, señala Rueda. En CaixaBank AM, en cambio, ponen el énfasis en la experiencia de los equipos. “Confiamos en el track record de la entidad. Buscamos equipos especializados en la materia que sepan encontrar las oportunidades y construir carteras líquidas. Esto para nosotros es algo muy importante”, concluye.
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