¿Qué le está pasando al precio del cobre?

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Paul's Lab, Flickr, Creative Commons

Después de que esta semana la cotización de la tonelada de cobre cayese por debajo del nivel de los 6.000 dólares, el precio de esta materia prima sufrió ayer otro duro castigo, con un desplome de más del 6% que empujó los precios por debajo de 5.500 dólares por tonelada (concretamente hasta los 5.350 dólares), su nivel más bajo desde el verano de 2009. ¿Qué explica este comportamiento? Según Carsten Menke, analista del equipo de research de materias primas de Julius Baer, parte de la debilidad del cobre se explica por el actual crecimiento de la oferta y la deflación. "Es decir, por eventos como la caída del precio del petróleo y del acero, así como el debilitamiento de las divisas de los países productores", asegura el experto.

Sin embargo, Menke reconoce que esto difícilmente explica el hundimiento de precios vivido ayer que, en su opinión, probablemente tuvo como detonante el tardío recorte de las perspectivas de crecimiento global por parte del Banco Mundial, que llevó a ejecuciones de venta automáticas después de que los precios rompieran a la baja la barrera de los 6.000 dólares por tonelada. "La incertidumbre sigue siendo elevada en el mercado de cobre por ahora, sobre todo por la demanda en China. Tras los descensos de final de año y principios de 2015, ésta debería mejorar estacionalmente tras las vacaciones de fin de año y hacia finales de febrero", augura el experto.

"Mientras los precios pueden parecer adecuados a los niveles actuales, por ahora nos vamos a abstener de entrar en la pesca". Hacen caso al viejo dicho de no intentar coger un cuchillo cuando está cayendo al suelo. En Julius Baer tienen una visión neutral sobre el cobre, con unas estimaciones de precio a 3 y 12 meses de 5.900 y 5.800 dólares por tonelada. Así pues, tal y como consideran desde la firma, mientras que el coste de la deflación ha pesado en los precios del cobre últimamente, la reciente caída tiene más que ver con una cuestión de ventas técnicas. "La incertidumbre sigue siendo alta", asegura Menke.