Cuando se habla de inversión en defensa, lo primero en que se piensa es en misiles, aviones de combate o soldados. Pero para un creciente número de expertos, esta visión se ha quedado corta en el contexto actual. En un escenario marcado por la guerra en Ucrania y la rivalidad tecnológica entre potencias, el concepto de defensa se ha ampliado, sofisticado, y se ha dejado de ver como un gasto. La suspensión temporal de la ayuda militar estadounidense a Ucrania en 2025 fue un punto de inflexión. Como señala la gestora CPR Asset Management (del grupo Amundi), “la autonomía estratégica ha dejado de ser una aspiración teórica para convertirse en una necesidad”.
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