Los inversores institucionales consideran que está surgiendo una versión más sólida de la inversión sostenible, más centrada en sus resultados y efectos.
No sé si la palabra reflexión es la adecuada. Invita a pensar en el pasado y no a mirar al futuro con determinación, con energía, con ganas, con ilusión, con…lo que sea. El caso es que antes de lanzarnos al futuro, hemos preferido hacer un ejercicio más meditativo para ver desde dónde empezamos el año en la inversión sostenible.
- El año 2023 tampoco fue positivo en términos de rentabilidad para algunos de los temas que más centran la atención de los inversores sostenibles, como es el caso de las energías limpias. El índice S&P Global Clean Energy cayó algo más de un 20% a pesar del rally de noviembre y diciembre, pero durante la mayor parte del año el panorama de los tipos de interés pesó mucho en compañías con proyectos a largo plazo que funcionan como un bond proxy.
- Esa falta de tirón en los resultados puede estar pesando en los inversores minoristas, que siguen sin sentirse muy atraídos por la inversión sostenible, aunque la complejidad de los cuestionarios MiFID tampoco ayude.
- Según una noticia del FT, la guerra cultural sobre la sostenibilidad se cobra nuevas víctimas: los nombres. Algunos fondos estarían optando por cambiar de nombre y dejar la sostenibilidad para el interior, sin que se vea en la fachada.
- Los riesgos permanecen. Julio de 2023 fue oficialmente el mes más caluroso jamás registrado. La temperatura media mundial fue 1,5 °C superior a la media del mismo mes en el periodo 1850-1900. No fue una casualidad, sino el reflejo de una tendencia a largo plazo. El dato es de The Little book of data de AVIVA.
- También hay buenas noticias. Según adelantó Fatih Birol, director ejecutivo de la Agencia internacional de la Energía (AIE), en 2023 la inversión en energía limpia pudo alcanzar los 1,7 billones de dólares, lo que supondrá casi duplicar, por primera vez, el gasto en producción de combustibles fósiles. La energía solar estaría atrayendo ya más de mil millones de euros de inversión diaria. En 2013, se dedicaron 636.000 millones de dólares a producción de petróleo y 127.000 millones en energía solar.
- En la industria también hay algunas señales alentadoras. A lo mejor el inversor minorista está menos animado, pero entre los institucionales, hay más motivación. Según un informe de Create-Research y Amundi sobre cómo evolucionará la inversión ASG, basado en una encuesta a 158 planes de pensiones de todo el mundo con activos bajo gestión de 1,91 billones de euros, el 53% de los encuestados espera que aumente la proporción de inversión ASG en sus carteras activas, y el 49% espera que aumente en sus carteras pasivas.
Otras conclusiones del informe que merecen la pena ser destacadas son:
- Los bajos rendimientos de los dos últimos ejercicios se consideran un contratiempo temporal, no una tendencia irreversible. La mayoría de los encuestados sigue considerando que la inversión ASG es fundamental para la creación de valor a largo plazo en esta era de calentamiento global y desigualdad social.
- La demanda de inversión ASG fue por delante de la capacidad de los reguladores para crear las normas y los marcos de información necesarios. Esto ha cambiado con una serie de iniciativas reguladoras y políticas anunciadas en 2022-23 en China, Europa, India, Japón y Norteamérica.
- Los inversores en pensiones también están ampliando la lista de criterios utilizados en el proceso de selección de gestores para los mandatos ASG, haciéndolos más sólidos y exigentes.
Como resultado, el informe concluye que está surgiendo una versión más sólida de la inversión ASG, centrada en los resultados y en sus efectos en el mundo real. Este cambio marca un momento decisivo en la próxima etapa de la evolución de la ASG. Ojalá.