En 2021, la región de Asia-Pacífico fue la que más creció en emisiones de bonos verdes en todo el mundo, impulsada por un pequeño número de países. En conjunto, la región colocó 124.530 millones de dólares, lo que supuso un aumento del 128%. Sin embargo, China fue el principal emisor.
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En 2020, la región de Asia-Pacífico fue la responsable del 52% de las emisiones mundiales de CO2 relacionadas con la energía. Esto se encuentra en línea con su proporción de la población mundial. Sin embargo, su tasa de descarbonización fue del 0,9%, muy por debajo de la media mundial del 2,5%. Este lento avance se debe a que la descarbonización de los mercados emergentes de Asia se enfrenta a una serie de obstáculos. Entre ellos: la dependencia energética de los combustibles fósiles (especialmente al carbón) y el continuo crecimiento de la población, la urbanización y la industrialización.
La región también se enfrenta a barreras institucionales, como el acceso restringido a soluciones de financiación verde, la limitada cooperación entre los sectores público y privado y los marcos y prácticas deficientes que influyen en los objetivos de emisiones y recopilan datos sobre ellas. Además, en algunos mercados el estado mantiene un férreo control sobre la economía. Ocurre incluso sobre algunos de los sectores que deberían encabezar la trayectoria de descarbonización. Y, por lo tanto, puede influir en el ritmo de la transición.
Todo eso se suma al hecho de que la región sigue recuperándose de la pandemia de COVID-19, que ralentizó la construcción de numerosos proyectos de energías renovables. Por ejemplo, el número de nuevas instalaciones solares fotovoltaicas en Singapur descendió un 52,1% interanual en los primeros nueve meses de 2020. Las soluciones de financiación de iniciativas contra el cambio climático deben ir de la mano de las políticas de los estados para contribuir a la descarbonización de las economías.
En este sentido, Janus Henderson ha presentado su informe Investors Decarbonisation in Emerging Markets – Perspectives and Insights from Asia. En él evalúa los esfuerzos de descarbonización a los que se enfrentan los mercados emergentes en Asia en función de tres parámetros: la energía renovable como porcentaje del mix energético total, las fechas previstas para alcanzar la neutralidad de carbono y, en lo que toca a los mercados financieros, la emisión de bonos climáticos como porcentaje de la emisión total de bonos.
Emisiones de bonos verdes en el mundo emergente
Tal y como explican, el mercado internacional de bonos climáticos alcanzó el billón de dólares en 2021. La emisión anual de bonos verdes a nivel mundial superó el medio billón por primera vez, hasta 522.700 millones de dólares, siendo estos títulos las emisiones preferidas para el reducido grupo de mercados emergentes de Asia que se han comprometido a financiar iniciativas contra el cambio climático.
En 2021, la región de Asia-Pacífico fue la que más creció en emisiones de bonos verdes en todo el mundo. Lo hizo impulsada por un pequeño número de países. En conjunto, la región colocó 124.530 millones de dólares en bonos verdes en 2021, lo que supuso un aumento del 128%. Sin embargo, China fue el principal emisor de bonos verdes. Su contribución fue de 66.090 millones de dólares, 4,5 veces más que la cantidad emitida por el segundo emisor en importancia.
En Asia, las empresas no financieras fueron los principales emisores de bonos verdes en 2021. Este hecho está en consonancia con el panorama mundial de las emisiones de bonos verdes, aunque los emitidos por estados han aumentado en los últimos cinco años, ya que en 2021 los países emitieron el 6,83% de los bonos verdes, frente al 2,08% del año anterior.