Richard Clode (Janus Henderson): “Preferiría tener en cartera una tecnológica a 20 veces beneficios que una petrolera o un banco”

Richard Clode. Foto cedida (Janus Henderson)

El sector tecnológico ha gozado de unos dos años muy dulces. No solo eran los ganadores indiscutibles del confinamiento global, sino que la pandemia aceleró décadas de adopción tecnológica y la liquidez impulsada por los bancos centrales aupó el sentimiento inversor. “Fue una mezcla de fundamentales con algo de euforia”, reconoce Richard Clode.

Y no es la primera vez que los inversores se dejan llevar por la narrativa. “Esas valoraciones ridículas, esa manera de asociar el growth a compañías que ni siquiera lograban generar beneficios. El sentimiento en los últimos años me traía recuerdos de la burbuja de las punto com”, cuenta el gestor de Janus Henderson.  Y nos ofrece una cifra que captura perfectamente la realidad de las finanzas del sector: en 2021 el 40% de las tecnológicas no generó beneficios. Pero eso no impidió que el sector en general volviese a despuntar con valoraciones muy por encima de la media del mercado. “Eso era el mercado apostando de manera desmedida por compañías que creían que serían las próximas Apple o Alphabet”, ve el experto.

Ahora, con la corrección de las últimas semanas, muchos de los nombres más seductores del sector, los ganadores de la pandemia, como Zoom o Peloton, han vuelto a la casilla de salida en cuanto a valoraciones. En opinión del gestor del Janus Henderson Horizon Global Technology Leaders Fund, fondo con Rating FundsPeople, el crecimiento de muchos de esos valores era insostenible. Hay valores que cotizaban a 50 veces las ventas. “Era presuponer que esa compañía sería el ganador no solo de los próximos años sino de la próxima década. Y esa es una apuesta muy difícil de hacer”, defiende Clode.

Vientos de cola a largo plazo

Aunque no podemos hablar de caídas indiscriminadas, sí es cierto que el sentimiento en el sector está atravesando por un periodo de volatilidad. El propio Janus Henderson Horizon Global Technology Leaders Fund se anota una corrección del entorno del 8% en lo que va de año. Esto, tras tres años consecutivos de retornos de doble dígito. “Vamos a tener que digerir una complicada temporada de beneficios ahora”, reconoce.

Aún así, el gestor no sentenciaría al sector a su muerte tan rápido. Primero, porque no todo el sector tecnológico se beneficiaba del confinamiento. Pensemos en los servicios de pagos especializados en empresas de viajes. Ahora, tienen la oportunidad de crecer con la reapertura de la economía global.

Segundo, porque la inflación también puede ser un viento de cola para la tecnología. “Si una empresa siente una presión demasiado alta por las subidas de sueldo llegará el punto en el que le compense más invertir en tecnología para ser más eficiente”, explica Clode. La clave en este caso es contar con poder de fijación de precios.

Precisamente por eso el gestor está optimista tras la toma de beneficios en el sector de las últimas semanas. A cuenta de los resultados previstos para 2023, muchos de estos negocios ahora se mueven en valoraciones de 20 veces beneficios.

“Y lo cierto es que estoy más tranquilo invirtiendo en tecnológicas a esos precios que en las petroleras tradicionales o en la banca. Si tuviera que pensar a quién van a destinar más dinero de su paga mis tres hijos en los próximos diez años, me jugaría que será al sector tecnológico frente a los otros dos”, afirma el gestor.

Un nuevo ciclo en los semiconductores

Una tecnología interesante no lo convierte en una buena inversión”, advierte Clode. ¿Qué tiene en cartera entonces, el gestor del Janus Henderson Horizon Global Technology Leaders Fund? Pues la otra cara de esa euforia desmedida. “Si un 40% del sector que no genera beneficios eso significa que un 60% sí lo logra”, recuerda el gestor. De hecho, en su cartera solo un 3% está en valores no rentables. Una de las excepciones es Uber, donde el equipo tiene una confianza en su potencial a largo plazo.

Una de las grandes convicciones en la cartera está en los semiconductores. En un contexto de alta inflación y se escasez, la industria incluso ha logrado hacer crecer sus márgenes. Los problemas en las cadenas de producción de los semiconductores no frenarán la tendencia a largo plazo. “Hay que ser conscientes de la importancia brutal que tienen los semiconductores en la economía mundial, en todos los sectores de la economía”, resalta el gestor. Por ejemplo, el consejero delegado de Ferrari es un ejecutivo especializado en semiconductores.

Así, Clode vaticina que la industria de semiconductores está entrando en un nuevo ciclo de crecimiento, a un ritmo superior al aumento del PIB. Además, es un sector con fuertes barreras de entrada donde, tras un periodo de consolidación, se ha vuelto muy difícil arrebatar mercado a los grandes jugadores como NVIDIA o AMD. El negocio está muy concentrado. Apenas hay diez equipos especializados en computación de alto rendimiento y de ellos ocho están en Estados Unidos. Incluso para construir la infraestructura se necesitan miles de millones en inversión para tan solo una nueva factoría.