Los fondos de pensiones chilenos tienen una posición en acciones locales de 15.900 millones de dólares, el 10% de sus activos. Y eso a pesar de que los afiliados, a diferencia de los partícipes de fondos mutuos, soportan una doble tributación sobre
La integración tributaria entre empresas y personas en Chile permite que una vez que las compañías pagan impuestos por sus beneficios, los accionistas descuenten esos tributos de la liquidación del impuesto de primera categoría (sobre el capital) que realizan cuando reciben los dividendos. Es lo que se conoce como crédito de primera categoría, para evitar una doble tributación. Los partícipes de fondos mutuos que invierten de forma directa en acciones locales también se benefician de ello.
Sin embargo, no se libran de esta doble tributación los afiliados a las administradoras de fondos de pensiones (AFP) chilenas. “Esos descuentos lo pueden hacer todas los accionistas personas físicas, y también todos los accionistas a través de participaciones en fondos mutuos. Los únicos que no pueden librarse son los trabajadores chilenos que tienen acciones a través de sus fondos de pensiones. Es doble tributación porque pagan impuestos por los dividendos que reciben y después nuevamente por las pensiones que reciben en el retiro y sin descontar esa cuantía”, explica el gerente general de la Asociación de las administradoras (AAFP), Francisco Margozzini.
Esta diferencia tributaria entre accionistas y partícipes de fondos mutuos por un lado, y afiliados de AFP por otro, se arrastra desde hace 28 años. “Aunque depende de la cantidad de acciones de empresas chilenas que tengan las AFP, y de cómo les vaya, el coste del que solemos hablar es de una cantidad de en torno a 150 millones de dólares al año”, señala Margozzini. “Parte del año 1985 esta doble tributación, si actualizamos estas pérdidas anuales teniendo en cuenta la inflación y las rentabilidades de los fondos de pensiones, estamos hablando de una cuantía de cerca de 4.000 millones de dólares”.
Próximo gobierno
Conseguir que los afiliados dejen de sufrir esta “doble tributación” es una de las reivindicaciones ya históricas de la AAFP. “Hemos hablado con Gobiernos, ministros, parlamentarios, etc. Es una causa que hemos defendido con mucha fuerza durante mucho tiempo, y se nos ha dado la razón con la famosa comisión Marcel”, recuerda el gerente general de la asociación. Optimista, Margozzini espera que se afronte en el inicio de la próxima legislatura, sea quien sea quien forme gobierno. “Públicamente se ha dicho que hay que corregirlo, pero hay que llevar a cabo la reforma. Tenemos la esperanza de que sea así”.
Si se produce el cambio tributario que demandan las AFP, evitaría un cierto desincentivo que arrastran para invertir en bolsa local. “Por supuesto es un tema más que se tiene en consideración”, expone Francisco Margozzini, que añade que el aumento de eficiencia sería muy importante. “Haciendo una cuenta simple, permitiría subir las pensiones en un 3% o 4%”.