Tras la popularidad que han alcanzado el Invesco Pan European Equity y el Invesco Pan European Structured, la entidad está presentando a los inversores una nueva estrategia gestionada por Jeff Taylor, director de renta variable europea de la firma.
Invesco es una casa muy conocida por sus estrategias de renta variable europea, donde cuenta con dos productos –el Invesco Pan European Equity y el Invesco Pan European Structured- que han alcanzado una gran popularidad, tanto en España como en Europa, como evidencia el importante volumen de activos bajo gestión que atesoran. Ahora la entidad ha lanzado el Invesco Euro Equity Fund, un producto de renta variable de la eurozona gestionado por Jeffrey Taylor (en la imagen), director de renta variable europea de Invesco en Henley, centro de gestión donde John Surplice, miembro del equipo que dirige Taylor, gestiona el Invesco Pan European Equity. Ambos fondos comparten la misma filosofía de gestión, aunque actualmente solo tienen un 32% de solapamiento (porcentaje de la cartera que está invertida en las mismas compañías). Si excluimos el posicionamiento del Invesco Pan European Equity en Reino Unido, el overlap seguiría siendo muy limitado, de sólo un 37%.
Respecto al enfoque de inversión del Invesco Euro Equity, se trata de un fondo de gestión activa, que busca aprovechar las oportunidades en las anomalías de valoración de las compañías, factor que consideran determinante para las rentabilidades futuras. El producto no tiene ningún sesgo de estilo de inversión, combina un proceso bottom-up con un análisis macro, siendo las valoraciones el factor principal. Los resultados del gestor son sólidos: es el primero de su categoría en el ranking a tres años tanto en rentabilidad como en los ratios de Sharpe y de información.
El gestor es optimista con la recuperación económica en Europa. Considera que va por el buen camino. Así, las ganancias de las empresas europeas están mejorando desde el segundo semestre de 2014 que entraron en terreno positivo y que hoy continúan creciendo a un ritmo del 9%, ayudadas por la depreciación del euro frente al dólar, los bajos márgenes de apalancamiento operativo y por los bajos costes financieros en muchos países. Otro factor clave son las reformas estructurales que se han llevado a cabo hasta el momento, que también juegan un papel positivo. Es el caso de Italia, que ha estado intensificando el ritmo de las reformas y están comenzando a ver los beneficios de las mismas. Un ejemplo que cita sería el rebote de las expectativas de empleo y el fuerte crecimiento de nuevas hipotecas año a año. Por otro lado, está la crisis griega, la volatilidad en las materias primas y la desaceleración de los países emergentes que causaron el último ‘sell off’ durante agosto y septiembre. A pesar de ello, se muestra constructivo por distintos motivos.
“Las condiciones financieras son mucho mejores que hace un año (precio del petróleo más bajo, el tipo de cambio del euro contra el dólar más barato, las primas de riesgo en la periferia estabilizadas y las continuas compras mensuales del BCE). A fecha de hoy creemos que el problema con Grecia, las dudas con la demanda de las materias primas, y la desaceleración de los mercados emergentes no son noticias nuevas. Mucho de estas incertidumbres ya está descontado en las cotizaciones”. En cuanto a los temores de deflación, observa que la inflación subyacente (ex alimentación y energía) está por encima del 1%. “La inflación general en los próximos meses no tendrá en cuenta la caída de las materias primas porque ya se han estabilizado, pudiendo ver incluso un pequeño repunte. El QE del BCE es como comprarse una póliza de seguros para crear inflación”, afirma.
Con la mejora de los datos macroeconómicos en Europa y los rendimientos de los bonos europeos alejándose de los tipos cero, Taylor cree que en este entorno los valores financieros y cíclicos pueden tomar el liderazgo en los mercados. “Un ejemplo serían los bancos. Una de las mayores apuestas es ING, ya que en términos generales ve al sector financiándose a costes más bajos, en una fase de crecimiento positivo del ciclo de crédito desde unos niveles deprimidos, una reconstrucción del capital de los bancos más sólidos, e incluso podríamos tener sorpresas positivas en forma de aumento del dividendo”. Junto con el sector financiero, considera que las compañías industriales y recursos básicos son las acciones más baratas con los mejores crecimientos potenciales en sus beneficios. Además, está positivo en sectores como las telecomunicaciones -por la consolidación del mercado- y la energía, por las oportunidades a largo plazo que está encontrando.
En cuanto a áreas geográficas, el equipo combina el potencial de recuperación con bajas valoraciones históricas, existiendo grandes diferencias entre países, dado que Reino Unido está cotizando con primas de descuento del 26% frente al 32% de la zona euro. “Dentro de la zona euro, tenemos Alemania con descuento del 7%, Francia del 25%, España del 34% e Italia del 51%”. El gestor piensa que la sorpresa positiva sobre la economía interna en Europa está siendo subestimada por muchos inversores. “Las exportaciones intracomunitarias son mayores que las exportaciones a los mercados emergentes, por lo que la dependencia al crecimiento de los países emergentes es menor”. Taylor encuentra atractivas oportunidades en la renta variable euro, aunque el posicionamiento es la clave, según el gestor.