Un nuevo problema para los fondos de rentas: el tijeretazo a los dividendos

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A medida que la pandemia se ha ido extendiendo, su efecto en la capacidad de distribución de dividendos de las empresas de todo el mundo se ha tornado mucho más manifiesto, según la última edición del Janus Henderson Global Dividend Index. En el tercer trimestre, los repartos totales se redujeron en 55.000 millones de dólares, hasta los 329.800 millones, la cifra más baja desde 2016. El descenso del 14,3% en base general se tradujo en una caída del 11,4% en tasa subyacente, muy inferior al -18,3%  del segundo trimestre.

Este menor impacto refleja principalmente una combinación geográfica en el tercer trimestre que pone de relieve las zonas del mundo donde los dividendos han demostrado más resiliencia, sobre todo en Norteamérica y los mercados emergentes, pero también es indicativo de que hemos dejado atrás lo peor. En general, más de dos tercios de las empresas aumentaron sus distribuciones o las mantuvieron estables en el tercer trimestre, en comparación con poco menos de un tercio que las recortó o canceló.

El tercer trimestre es la temporada de grandes repartos en China, y los pagos fueron un 3,3% más elevados en términos interanuales. Tres cuartos de las empresas chinas aumentaron sus repartos o los mantuvieron estables. Canadá y Hong Kong fueron de los pocos grandes países en los que los dividendos también ganaron terreno. Los peores resultados provinieron del Reino Unido, Australia y los Países Bajos. Mientras, España experimentó una remuneración al accionista plana en tasa interanual subyacente.

Los repartos australianos han sido de los más afectados del mundo. Se dejaron un 40,3% en base subyacente hasta tan solo 9.600 millones de dólares, el total más bajo del tercer trimestre en al menos once años, dado que los recortes por parte de los bancos tuvieron un efecto especialmente notorio. Los repartos en el Reino Unido descendieron un 41,6%, mientras que la cancelación de las distribuciones en los sectores bancario y cervecero tuvo un notable efecto en los Países Bajos.

En España, el aumento de los repartos por parte de las empresas de suministros públicos (sobre todo, Iberdrola) compensó la cancelación de la distribución de Amadeus, ya que la empresa de tecnología para el sector de los viajes se vio muy afectada, al igual que sus clientes. Repsol y Telefónica pudieron mantener sus dividendos prácticamente intactos. España repartió 5.600 millones, un 0,1% más en tasa subyacente.

Las empresas estadounidenses desembolsan dos quintos de los dividendos mundiales. El descenso relativamente leve (-3,9% en el tercer trimestre y evolución plana en el segundo) contribuye a apuntalar el total mundial este año. Ocho de cada diez empresas estadounidenses mantuvieron o aumentaron su remuneración al accionista en el tercer trimestre, dado que la reducción de las recompras de acciones habría sido la principal medida de las empresas por preservar su liquidez. Janus Henderson estima que el rendimiento total para el accionista en EE. UU. (que suma dividendos y recompras de acciones) se situará en línea con los países europeos más resistentes de este año.

Si excluimos Australia, los dividendos de la región Asia-Pacífico (ex Japón) se mantuvieron estables en términos interanuales, gracias al efecto más leve de la pandemia en la población y en el crecimiento económico, unos balances más sólidos y unas ratios de reparto más reducidas, y dado que muchos de los pagos de este trimestre aluden a los beneficios de 2019 y se establecieron hace varios meses. Hong Kong se anotó el crecimiento de dividendos más acelerado del universo desarrollado en el tercer trimestre, con un aumento del 9,9% en base subyacente, hasta 21.700 millones de dólares, el segundo total trimestral más elevado para este territorio.

Las mayores caídas en la remuneración al accionista del tercer trimestre provinieron de las empresas de consumo discrecional, con un descenso del 43% en base subyacente, y los fabricantes de automóviles y las empresas de ocio fueron las que más recortaron sus distribuciones. Los medios de comunicación, la industria aeroespacial y los bancos también se vieron gravemente afectados. Los sectores más resistentes fueron farmacia y productores y minoristas de alimentación, tradicionalmente defensivos: todos ellos incrementaron sus dividendos en tasa subyacente.

En abril, en lo más profundo de la incertidumbre generada por la pandemia, Janus Henderson calculó que los dividendos mundiales podrían caer, como mínimo, un 15% este año, pero hasta un 35% en base subyacente. En julio, el equipo redujo esta horquilla a entre un -19% y un -25%. Janus Henderson confía ahora en que la cifra final rondará el límite superior de nuestras expectativas. La hipótesis más optimista prevé un descenso del -17,5% hasta 1,20 billones de dólares en base subyacente, lo que equivale a una caída general del -15,7%.

En la hipótesis más pesimista, los dividendos se dejarán un -20,2% en tasa subyacente hasta 1,16 billones de dólares, lo que supone una caída general del -18,5%. La hipótesis más optimista daría al traste con más de tres años de crecimiento de los dividendos, lo que costaría a los inversores 224.000 millones de dólares en pérdidas de rentas este año.