Update del FF America Fund: infraestructuras, energía y sanidad como tres vectores en la cartera

Rosanna Burcheri. Foto cedida (Fidelity)

Una optimista entre el ruido del mercado. Entre todas las conversaciones sobre el techo de deuda, la inminente recesión y las altas valoraciones, Rosanna Burcheri se posiciona a contracorriente. En opinión de la gestora del FF America Fund, la renta variable estadounidense sigue siendo una buena oportunidad de inversión. Y su postura se respalda en el buen estado de salud que sigue viendo en la economía estadounidense.

Por un lado, porque las empresas estadounidenses cosechan ahora los frutos de una prudencia en su liquidez durante la pandemia, lo que les deja en una posición fuerte ante la ralentización económica. Por otro lado, Burcheri destaca también la solidez del consumidor. “Hay que entender que la economía estadounidense depende en gran medida de sus consumidores”, insiste. Alrededor del 70% del consumo estadounidense es interno, frente al 30% en Europa.

Y cuando echamos un vistazo al consumidor estadounidense vemos que se encuentra en una buena posición. “EE.UU. tiene pleno empleo; la inflación está subiendo, pero también los salarios. Y lo que es más importante, los consumidores actúan racionalmente: están aumentando su deuda, pero sólo ligeramente”, argumenta la gestora de Fidelity. “Además, la mayoría de las hipotecas son fijas y a largo plazo, por lo que, aunque hayan crecido, no hay que exagerar su impacto en el mercado”.

Actualización del FF America Fund

El FF America Fund cuenta un año más con el Rating FundsPeople, en 2023 por ser un producto Blockbuster en España y por ser uno de los fondos favoritos de los selectores del sur de Europa. “Miro a las empresas de forma diferente. A la hora de invertir, no me fijo en el índice de referencia ni busco acciones más baratas. Más bien busco flujo de caja y crecimiento de capitalización a largo plazo”, explica Burcheri. La gestora muestra una predilección por empresas que tengan vientos de cola estructurales, para lo cual busca sectores con grandes barreras de entrada; casi oligopolísticos.

La última cartera refleja un interés del equipo gestor por aprovechar el viento de cola que será el Inflation Reduction Act de EE.UU., que promete inversiones por valor de 370.000 millones de dólares, pero de manera indirecta.

Uno de los vectores de inversión es el onshoring (infraestructuras). Una de las peculiaridades del Inflation Reduction Act es que, para acceder a estos fondos federales, el 75% de los productos y materiales utilizados tienen que producirse en EE.UU. Pero el análisis de Burcheri fue más profundo. “Una de las cosas que vi fue que de cada 38 dólares utilizados, 25 fueron a parar a estados gobernados por republicanos. Eso indica que, aunque llegue un presidente republicano, probablemente mantendrán el plan, aunque le cambien el nombre o lo modifiquen ligeramente”, comenta.

En esa línea, han invertido en Union Pacific, una compañía ferroviaria que posee la mayor red ferroviaria del país. “Se trata casi de un oligopolio. Los activos físicos como el ferrocarril no son tan fáciles de replicar como los digitales”, explica Burcheri. Al mismo tiempo, las redes ferroviarias estadounidenses son muy diferentes de las europeas, lo que dificulta la entrada en el mercado de competidores de este continente. Además, los trenes impulsan la reducción de CO2, una tendencia muy potente.

Energía y sanidad: otros dos vectores de la cartera

Otro de los vectores de inversión del fondo es la energía. Un buen ejemplo es Cheniere, la empresa que exporta el 60% del gas natural licuado de EE.UU. “Tras la guerra de Ucrania, las exportaciones de energía se han disparado, por lo que está en muy buena posición”, argumenta la gestora. Además, se tardan varios años en obtener una licencia para producir este tipo de producto, por lo que su inversión está protegida durante un tiempo.

“Más aún, tiene un flujo de caja muy bueno y contratos a largo plazo, lo que la convierte en una inversión estable”, añade. Estos contratos comprometen el 90% de la producción, y guardan el 10% restante por si en algún momento hay algún problema de producción. Esto significa que en los años en los que todo va según lo previsto, como ocurrió en 2022, hay un buen exceso de ingresos.

El tercer vector de la cartera es el sector de la sanidad. “Es una apuesta segura, ya que la generación del baby boom se acerca a los 65 años”, opina Burcheri. El programa Medicare obliga al Estado a cubrir las facturas básicas de los mayores de 65 años que no trabajan, lo que supone una gran carga financiera para el Tesoro. Hay un conjunto de empresas que ayudan al Estado a cubrir esos gastos a cambio de tener la oportunidad de realizar otras ofertas comerciales a los ciudadanos. Para la gestora, estas empresas están en una posición clave para generar flujo de caja a largo plazo en el país.