La responsable de inversión de impacto de la firma suiza explica que muchos fondos de impacto sólo tienen pequeñas primas por valoraciones de mercado, y pueden acceder a una gama de empresas que van desde pequeñas a muy grandes.
El acrónimo ASG se ha asociado a menudo en los últimos años a cuestiones relacionadas con el clima. Con el tiempo se ha ido investigando y profundizando en este último aspecto, abarcando otros ámbitos como la biodiversidad, que es parte esencial del capital natural y está vinculada a otras formas de capital del sistema económico tanto directa como indirectamente. "La concienciación sobre la crisis de la biodiversidad es tan alta como lo era hace 5-10 años sobre el cambio climático, y ahora se presta mucha atención a esta cuestión. La evolución de la normativa y el apoyo a la inversión deberían impulsar el cambio en las oportunidades de inversión y con ello, a largo plazo, el rendimiento para los inversores", explica Victoria Leggett, responsable de Impact Investing en UBP, contactada en Londres por FundsPeople.
En este sentido, la gestora ha desplegado varias estrategias, entre ellas una dedicada a la protección y restauración de la biodiversidad y otra centrada en los mercados emergentes. Ambas están gestionadas por el equipo de inversión de impacto que dirige Leggett. Para la experta, uno de los principales aspectos y puntos fuertes es la colaboración entre las partes. Así se puso de manifiesto también en el evento organizado por la compañía en la City, una conferencia que reunió a ONG, expertos en biodiversidad, proveedores, empresas, gestores de activos, inversores particulares y beneficiarios de fondos de pensiones para abordar los retos y oportunidades de la biodiversidad en toda la cadena de valor.
"Intentar sentar a los profesionales implicados en torno a la misma mesa para entablar un debate fructífero es crucial para crear un sistema de valor compartido y un cambio tangible. Por eso no me interesan los estudios de casos individuales, quiero que la economía cambie de forma. No se trata de una sola empresa", afirma.
Circunscribir y medir
La especialización de esta profesional es la inversión de impacto. Se centra en cuestiones climáticas y sociales. “Sin embargo, no sólo hay biodiversidad. Vemos con buenos ojos los microcréditos, en particular en nuestro fondo de mercados emergentes, que es una forma estupenda de acceder a compañías cotizadas que apoyan a las mujeres y a las pequeñas empresas, especialmente las de las zonas rurales; otra área es la agricultura, en la que empezamos a invertir hace un par de años, centrándonos en empresas que intentan cambiar ciertas lógicas, como reducir el consumo de pesticidas o fertilizantes químicos, incluso en torno al 30-40%", prosigue.
Lo que se genera y se tiene es a un doble impacto. Uno financiero y otro, en este caso, relacionado con la naturaleza. "El primero tiene que ver con la reducción de costes, mientras que el que repercute en el medio ambiente se refiere a cuestiones como la entrada de residuos en la naturaleza", explica la experta de la UBP.
Otro universo de interés son las energías renovables. "Nos centramos en diferentes áreas, como la electrificación de los coches mediante la recarga. Son áreas que debemos replantearnos a la hora de avanzar hacia una transición verde. O la tecnología sanitaria y el sector farmacéutico en general".
Percepción errónea
Según Leggett, estas áreas de inversión no están exentas de peligros "pero no conllevan más riesgo que una inversión típica en renta variable. Tal vez exista la percepción de que los fondos de impacto son de alto crecimiento y tienen valoraciones elevadas, pero no siempre es así. Muchos fondos de impacto sólo tienen pequeñas primas por valoraciones de mercado, y pueden acceder a una gama de empresas que van desde pequeñas a muy grandes. El factor común es que las empresas de estos fondos deben resolver problemas a través de sus productos y servicios", comenta.
El enfoque que utiliza el equipo de UBP es el del compromiso, tanto para crear cambios en los sistemas como para supervisar cualquier cuestión crítica en materia financiera o de ASG.
Otro aspecto clave cuando se trata de inversión sostenible y de impacto son las métricas. "Creo que éstas ayudan a nuestros inversores a tener más confianza, permitiéndonos comparar un fondo con otro, proporcionando una base común, un conjunto de datos del que partir y analizar con la máxima transparencia. Así podemos ver el punto de partida, pero también la evolución que se ha hecho en este sentido", afirma.
Una limitación que la profesional encuentra en este campo es el uso de métricas diferentes. "Este aspecto hace que el analista, o el que asigna el capital, tenga que trabajar con información discrepante y, en consecuencia, tomar decisiones a veces inexactas", advierte.