William de Gale (BlueBox Global Technology Fund): “Invertir en negocios que no generan beneficios no es invertir, es caridad”

William de Gale (BlueBox Global Technology Fund). Foto cedida

Las tan queridas tecnológicas, el gran motor de las bolsas en la última década, ahora se mueven en territorio de corrección. Aunque ahora se ha recuperado ligeramente, el Nasdaq 100 llegó a entrar oficialmente en una corrección tras ceder más de un 20% desde sus máximos de noviembre. Obviando las recientes bajadas con el estallido de la guerra en Ucrania, el sector tecnológico lleva inmerso en una tendencia bajista desde que los bancos centrales avistaron una política monetaria más restrictiva. El temor al impacto de unos tipos más altos en un segmento tradicionalmente de mayor duración está penalizando al sector. Y en opinión de William de Gale, los inversores se equivocan.

“Las compañías que tengo en cartera no tienen duraciones largas en absoluto. Al contrario, en periodos de inflación cuentan con poder de fijación de precios”, insiste. Para el gestor de Bluebox, los inversores cometen un error fundamental: llamar tecnología a lo que no lo es. “Uber no es una tecnológica, es una empresa de transporte; Tesla no es una tecnológica, es una automovilística; WeWork no es una tecnológica… aunque no tengo muy claro qué es WeWork más allá de una máquina de quemar caja”, sentencia.

¿Qué es entonces una tecnológica? Para De Gale, empresas de hardware, software, semiconductores y servicios IT. Eliminando las “falsas tecnológicas” del recuento, el experto resalta el siguiente gráfico. Refleja de manera clara cómo el grueso del crecimiento en beneficios de las bolsas globales se ha concentrado en un único sector. Sí, las tecnológicas estadounidenses. Estamos ante un crecimiento medio de casi el 450% frente al resto de sectores de la economía que han seguido un camino a ninguna parte. “Y eso es solo el crecimiento medio, no hablemos ya de una tecnológica de éxito”, subraya De Gale.

Fuente: BlueBox

Enablers frente a disruptores: lo aburrido es bello

Segundo error del mercado: meter en el mismo saco a disruptores y a enablers (facilitadores). “Los disruptores no hacen buenas inversiones. No generan dinero, solo lo gastan”, insiste. En su visión, el ruido del mercado viene principalmente de estas compañías. Negocios con ideas innovadoras y de moda, pero que aún no han demostrado ser capaces de generar beneficios empresariales. Para De Gale, esa es una línea roja. “Invertir en negocios que no generan beneficios no es invertir, es caridad”, sentencia. Él, en cambio, prefiere apostar por los enablers, compañías facilitadoras de la tecnología. “Esos son los negocios que generan dinero. Y lo hacen una y otra vez”, insiste.

Así, De Gale definiría su estilo como un sesgo hacia negocios aburridos pero útiles. Ideas que se encuentren en el lado correcto de la tendencia, que nadie más pueda replicar y con altas barreras de entrada. Un buen ejemplo de ello es el nicho de los semiconductores. Una tecnología extremadamente compleja de replicar pero inmensamente necesaria en el desarrollo de prácticamente cualquier industria.

Descubriendo el BlueBox Global Technology Fund

El BlueBox Global Technology Fund que capitanea De Gale junto con Rupert de Borchgrave, tampoco se ha librado de la corrección: acusa una caída del 15% en lo que va de 2022. Es un bache en la trayectoria de un fondo que ha sido capaz de generar una rentabilidad anualizada del 29,83% a tres años y situarse en el primer decil de su categoría en ese periodo. A eso se sumaría los nueve años anteriores que el equipo gestor estuvo al frente del BlackRock World Technology Fund, también con un track record de primer decil.

El proyecto en solitario del equipo gestor, lanzado en 2018, cuenta con unos 850 millones en activos bajo gestión. De hecho, el fondo cuenta con el Rating FundsPeople 2022. La gestora española ACCI lleva la distribución exclusiva del fondo en Iberia y Latinoamérica.

La cartera del BlueBox Global Technology Fund se caracteriza por su baja rotación. De Gale calcula que como mucho harán un cambio al mes, y tienden a ser rebalanceos (recortar o incrementar posiciones) de la nueva liquidez que entra. Y ese es otro punto clave de la estrategia: la caja no se usa estratégicamente. “Mi trabajo no es tener liquidez en nombre de mis inversores. Mis clientes quieren que yo invierta en tecnológicas”, sentencia De Gale.

Otro elemento diferencial es su baja exposición a las megacaps tecnológicas. “Nunca veras más de tres de los grandes nombres entre nuestras principales posiciones”, asegura. El gestor prefiere moverse en el terreno de 10.000-100.000 millones de dólares en capitalización.