Miguel Luzárraga, managing director en Iberia de AllianceBernstein, comparte los beneficios que ofrece el yoga y la meditación tanto a nivel mental como físico.
COLABORACIÓN escrita por Miguel Luzárraga, managing director en Iberia de AllianceBernstein.
En 2018, justo cuando empecé en AllianceBernstein, a raíz de una lesión en el sóleo mientras corría estuve varios meses en rehabilitación. Durante este proceso, mi fisioterapeuta me advirtió en repetidas ocasiones que si no tomaba medidas, mi movilidad se vería afectada con el paso del tiempo. Fue en ese momento cuando decidí adentrarme en el mundo del yoga y la meditación como parte de mi proceso de recuperación y bienestar.
Tuve la fortuna de encontrar a una persona que me enseñó estas disciplinas de forma semanal en la comodidad de mi hogar, a veces acompañado por alguna de mis hijas. A lo largo de los años he descubierto la importancia de la respiración en la práctica del yoga y la meditación. Controlarla conscientemente no solo me ha ayudado a mejorar mi concentración y atención en el trabajo, sino que también ha sido beneficioso en la práctica de cualquier deporte que realizo. La respiración es un factor clave para adentrarse en un estado meditativo profundo, que permite conectar con el momento presente y con uno mismo de una manera más plena y consciente.
El yoga, en su esencia, busca la unión del cuerpo, la mente y el espíritu a través de posturas físicas, técnicas de respiración y meditación. Esta disciplina milenaria no solo promueve la flexibilidad y la fuerza física, sino que también fomenta la calma mental, la reducción del estrés y la conexión con uno mismo y con el entorno que nos rodea.
Por otro lado, la meditación se centra en entrenar la mente para alcanzar un estado de conciencia profunda y calma interior. A través de su práctica se pueden cultivar habilidades como la concentración, la atención plena y la autorreflexión, lo que contribuye a mejorar la claridad mental, la toma de decisiones y la gestión emocional.
Para mí, el yoga y la meditación son mucho más que simples prácticas físicas o mentales; son caminos hacia el equilibrio, la armonía y la salud integral. A través de la combinación de posturas físicas, técnicas de respiración y meditación es posible cultivar una conexión profunda entre el cuerpo, la mente y el espíritu, promoviendo la salud física, mental y emocional a lo largo de la vida. Estas prácticas milenarias nos recuerdan la importancia de cuidar no solo nuestro cuerpo, sino también nuestra mente y nuestro espíritu para alcanzar un estado de bienestar pleno y duradero.
Prácticas ancestrales
La historia del yoga y la meditación nos enseña que estas prácticas ancestrales han sido utilizadas a lo largo de los siglos como herramientas para el bienestar integral del ser humano. Originarias de antiguas tradiciones hindúes, budistas y otras culturas, han evolucionado y se han adaptado a lo largo del tiempo, convirtiéndose en disciplinas populares en todo el mundo.