¿Cuál habría sido la rentabilidad que habría conseguido un inversor que hubiese entrado en el S&P 500 en marzo de 2009? ¿Y el que hubiese invertido en high yield? Las cifras que demuestran que la paciencia tiene premio.
En marzo se cumplen cinco años de los mínimos bursátiles de la última crisis financiera, cuando las bolsas hicieron suelo en 2009. Como hacen notar los expertos de Legg Mason Global AM en el que destacan como gráfico de la semana, “los inversores con estómago que se mantuvieron en el día a día del mercado han sido largamente recompensados por su fortaleza”. Sobre todo teniendo en cuenta que en este periodo las bolsas han sido mucho más volátiles que la renta fija: la desviación histórica estándar a 30 días del S&P 500 fue del 17,06%, frente al 3,5% del principal índice de deuda de alto rendimiento, el Barclays US Corporate High Yield Bond.
Las rentabilidades generadas por estas clases de activo percibidas de más riesgo han sido impresionantes tanto en el caso del S&P 500 como del indicador de deuda high yield. Desde el 9 de marzo de 2009 -fecha en la que el mercado tocó mínimos- hasta el 5 de marzo de 2014, el índice S&P 500 ha acumulado una rentabilidad anualizada del 25,4%. Para el inversor que hubiera comprado el índice en los máximos de octubre de 2007, también hay buenas noticias, ya que la rentabilidad anualizada del índice ha sido del 5,15%.
Por su parte, el índice Barclays US Corporate High Yield Bond ha generado un retorno anualizado del 20% entre el 9 de marzo de 2009 y el 5 de marzo de 2014. No obstante, Legg Mason cree que existe un factor aún más notable: la rentabilidad media anual de este índice desde el anterior máximo bursátil, un +9,3%, ha sido la más alta de los cuatro índices que figuran en el gráfico (ver gráfico en la parte inferior). La gestora observa también que “aunque los rendimientos de los bonos con calificación de grado de inversión han sido más bajos, no han dejado de ser positivos" y concluye que "en la historia de la inversión la paciencia puede ser una gran virtud en tiempos de adversidad".
“Es difícil arrojar conclusiones sobre un periodo tan excepcional de la historia de la inversión, excepto que la paciencia puede ser una virtud al encarar la adversidad”, reflexionan desde la firma americana. Los expertos avanzan que, de continuar el proceso de normalización de la economía global, se podrán ver periodos de volatilidad a medida que el mercado va reaccionando a los distintos datos de inflación, inversión corporativa, empleo, PIB… “por lo que una dosis de paciencia también podría ser gratificante”, añaden.