Las investigaciones contra los ‘closet trackers’ –fondos que se comercializan como activos cuando en realidad se limitan a replicar un índice– se han cobrado su primera víctima: los fondos de gestión activa.
Las investigaciones contra los ‘closet trackers’ –fondos que se comercializan como activos cuando en realidad se limitan a replicar un índice– se han cobrado su primera víctima: los fondos de gestión activa.
En Suecia, donde la asociación sueca de accionistas particulares (Aktiespararna) presentó una demanda contra los productos de gestión pasiva encubierta en diciembre de 2014, los fondos índice y los ETF han registrado un fuerte crecimiento en los últimos tres años, al captar prácticamente el doble que los fondos activos de renta variable: 3.900 millones de euros en el caso de los fondos UCITS que replican índices bursátiles frente a 2.100 millones en el caso de los fondos activos, según datos de Morningstar que recoge Financial Times.
Este viraje hacia la gestión pasiva también se ha hecho patente en el rápido ascenso experimentado por las gestoras especializadas en este tipo de productos en los rankings de las preferidas por los selectores de fondos suecos. Según el informe anual que elabora Fund Buyer Focus (filial de MackayWilliams LLP), iShares ha pasado del puesto 63 al 16 en el último año, mientras que Vanguard ha saltado del puesto 104 al 22, un movimiento que la firma atribuye, en parte, al debate público existente en ese país sobre la gestión pasiva encubierta.
Además, desde el año pasado la asociación nacional de fondos de inversión (Fondbolagens förenin) exige que los fondos de renta variable comercializados en Suecia publiquen su active share en el informe anual, lo que ha puesto el foco aún más en esta cuestión.
Este mayor reconocimiento de las gestoras especializadas en gestión pasiva en el país nórdico –o en otros como el Reino Unido y Holanda, donde la prohibición de las retrocesiones que promulga MiFID II es una realidad desde hace años– contrasta con la situación que se vive en otros mercados como España, Italia o Francia donde, como señala la directora de Fund Buyer Focus, Diana Mackay, “no existe presión regulatoria en este momento” en relación con el coste de los fondos.