Activos digitales: ¿pueden llegar a jugar un papel en las carteras de los inversores españoles?

En su negocio Fidelity Canadá, el equipo de Investment Solutions ha dado el paso de incorporar los activos digitales en las carteras de sus clientes, dándoles -eso sí- un peso muy pequeño: en torno a un 1% en los perfiles conservadores y un 3% en los más agresivos. Y también atendiendo al horizonte temporal y edad del inversor. “En Fidelity lo estamos viendo como un activo más que ayuda a descorrelacionar una cartera. El hecho de que 11 gestoras hayan lanzado ya ETF sobre el bitcoin y la entrada del inversor institucional podría ser un catalizador para su adopción a mayor nivel, aunque la mayor demanda por ahora proviene del retail”, explica Domingo Barroso, responsable de ETF y Fondos Índice en Fidelity International.

Según el experto, para que esto llegue a España se necesitan dos cosas. “La primera: hace falta regulación y seguridad. Y, en este sentido, el Reglamento europeo sobre el mercado de criptoactivos (MiCA) podría sentar las bases y dar las pautas sobre cómo invertir en activos digitales. La segunda: mayor conocimiento sobre los activos digitales. En Fidelity estamos haciendo una gran apuesta por los activos digitales, teniendo a Fidelity Digital Assets como punta de lanza en este negocio, ofreciendo servicios de custodia institucional, Plataforma de trading y gestión de activos digitales”.

Pues, por ahora, no. “La industria ha evolucionado mucho a lo largo de los últimos años. Las gestoras han hecho un gran esfuerzo en poner a nuestra disposición productos que nos ayudan a diversificar nuestras carteras. En este sentido, ahora mismo nosotros nos estamos apoyando en estrategias cuantitativas descorrelacionadas y fondos de cobertura sistemáticos en la gestión discrecional. Nos aportan retorno y diversificación. Quizás el bitcoin es lo que está en los titulares, lo que está más de moda. Pero en paralelo se están desarrollando otras herramientas de inversión más efectivas para las carteras, de las que se habla menos”, explica Fernando Gómez Mora.

Lo comentado por el responsable de Soluciones de Impacto y Fondos de Banca Privada en CaixaBank AM va en línea con la posición de José Cerón, quien también utiliza estrategias cuantitativas y distintas coberturas para cubrir riesgos asimétricos en las carteras. Una de las que más le gusta utilizar son las divisas. “Hay muy buenas oportunidades que se pueden expresar de una forma más eficiente a través de ellas. Lo importante es la idea y buscar la mejor manera para implementarla”, afirma. Pero, en lo que respecta a la inversión en activos digitales, coincide: por el momento, no.

“Como instrumento de inversión, considero que aporta cosas que son buenas para la cartera, como la descorrelación. Tener algo disponible es positivo, independientemente de la implementación en las carteras, que es otro asunto. La innovación está yendo por delante de la regulación y, desde el punto de vista normativo, todavía no está claro. Se encuentran en una zona gris que hace que no tengan cabida. Me encantaría poder utilizarlos, pero estamos en un camino de adaptación a estos nuevos productos para que realmente sean invertibles por parte de los inversores institucionales”, indica el responsable de Multiactivos en Fonditel.

En Abante Asesores tampoco se apoyan en los activos digitales y, en estos momentos, no están asesorando a los clientes sobre ellos. “A la hora de crear las carteras modelo para los clientes consideramos tres bolsillos: el financiero (en el que puede haber tanto activos líquidos como ilíquidos); el inmobiliario y el empresarial. Son esos tres aspectos donde nos estamos centrando actualmente. Los activos digitales, por el momento, no es una línea sobre la que nos estemos especializando porque tampoco tenemos los elementos para poder saber si esta clase de activo está bien valorada o no”, explica Álvaro de la Rosa, selector de fondos en la entidad.