El rasgo más destacado de este fondo de renta variable europea de Goldman Sachs AM es la exigencia de invertir sólo en valores con un retorno potencial de, al menos, el 50% a tres años vistas, partiendo de unas estimaciones muy conservadoras.
Nick Ford estaba en su mesa el aciago 19 de octubre de 1987, que ha pasado a la historia bursátil como el Black Monday. Por eso, cuando le preguntan si está preocupado por las turbulencias que están viviendo actualmente los mercados, este veterano gestor con 30 años a sus espaldas prefiere tomarse las cosas con calma y pragmatismo. Y aplica esta actitud vital al fondo GS Europe Equity Partners, que cuenta con el sello de consistencia de Funds People (ver barómetro de la revista).
Este producto de Goldman Sachs AM, que Ford gestiona junto con Suneil Mahindru, invierte en renta variable europea con unos rasgos muy delimitados. En primer lugar, la cartera está concentrada en una lista que oscila entre 25 y 35 posiciones, que son las mejores ideas del equipo de inversión (actualmente invierte en 32 valores). La selección de valores parte de un enfoque bottom up fundamental y un acercamiento en el que se buscan posiciones “core” para la cartera. “No tenemos un sesgo hacia el estilo value ni hacia el estilo growth, sólo buscamos calidad a un precio razonable”, declara el cogestor. A esto se suma el enfoque de largo plazo, pues los valores se mantienen en cartera una media de tres años.
El rasgo más llamativo del producto es que se exige a todos los valores del universo como requisito indispensable para entrar en la cartera que tengan la capacidad de ofrecer un retorno de al menos el 50% (medido por la suma del crecimiento de beneficios, el pago de dividendos y la revalorización de la acción) en un plazo de tres años. “Estos cálculos se realizan a partir de estimaciones muy conservadoras, somos muy selectivos”, aclara Ford. Además, la acción debe cotizar a un precio razonable; el equipo gestor puede tener una visión sobre la valoración distinta a la del consenso de mercado. Ford explica que no hay un stop loss concreto para cada valor, sino que se revisa uno por uno cada caso de inversión; si el valor ha corregido mucho, pero la tesis de inversión sigue intacta, existen más probabilidades de incrementar la posición que de deshacerla.
Para conseguir este exigente objetivo de al menos el 50%, el equipo se apoya en su amplia experiencia – una media de 16 años- y en la fortaleza del modelo de análisis, que además de tener en cuenta factores fundamentales también estudia la fortaleza de la cultura corporativa y el grado de responsabilidad de los equipos directivos de las empresas en que invierten, medido por la forma en que asignan el capital (buscan ROEs elevados y abundantes flujos de caja) y por su actitud hacia los accionistas. “Históricamente se ha ignorado la forma en que las compañías han reinvertido sus ingresos en el negocio. Por eso dedicamos tanto tiempo a investigar al equipo directivo”, comenta el gestor. Éste concluye sobre esta parte del proceso de selección: “Nos ayuda a perfilar nuestras más elevadas convicciones el invertir en ideas que sean muy predecibles. Sentimos preferencia por industrias que sean estables, con altas barreras de entrada e innovación”.
¿Qué se puede esperar de Europa?
“Los fundamentales subyacentes de Europa han mejorado, lo que va a permitir a las compañías europeas mejorar sus beneficios”, explica Ford. Éste opina que “Europa debería estar más cara en el largo plazo. Ahora está más barata que la media histórica y eso es anómalo, por lo que es muy atractivo invertir en compañías europeas”. Indica asimismo que los inversores deben tener en cuenta que la renta fija europea está ofreciendo una rentabilidad media del 1%, rente a la rentabilidad media del 4% de los dividendos europeos.
Éste añade que “las valoraciones ahora están atractivas, pero para una cartera de valores de calidad como esta, la valoración es algo relativo”. Se refiere a que el precio al que están dispuestos a comprar puede variar de la concepción generalizada sobre lo caro o lo barato, siempre que el modelo de análisis empleado indique que la compañía en cuestión “tenga un elevado poder de fijación de precios, es decir, que sea capaz de hacer crecer sus márgenes, en un escenario de bajo crecimiento y baja inflación”. Como resultado de este proceso de selección, el ROE medio de la cartera del GS Europe Equity Partners es del 17,3%, frente al 16,8% del índice de referencia, el MSCI Europe. Asimismo, el crecimiento del beneficio por acción (BPA) del conjunto de acciones en cartera asciende actualmente al 10%, frente al 8,3% del índice.
Ford comenta que “el consumo cíclico y las compañías industriales son las áreas en las que vemos más oportunidades en los próximos tres años”. El producto está sobreponderado actualmente en el sector financiero frente al índice, pero debido a la posición del 3,7% en una empresa de real estate, Klepierre, que figura entre las cinco estrategias con mayor protagonismo en cartera. En cambio, Ford indica que en estos momentos el fondo no invierte ni en utilities ni en compañías de telecomunicaciones por la simple razón de que ninguno de los dos sectores reúnen aptitudes para generar un retorno mínimo del 50% a tres años.
El top diez de posiciones suponen el 35% de toda la cartera. Sin embargo, al gestor no le preocupa la concentración, dado que recuerda que para su construcción se realiza un análisis exhaustivo por riesgos inherentes a cada valor, riesgo país, riesgo sectorial y riesgo por estilo de inversión. “Vigilamos que haya una baja correlación entre ideas”, sentencia Ford.