La firma mantiene su escenario macro gobal para 2022, con una demanda agregada fuerte, crecimiento económico por encima del potencial, inflación persistente y tipos de interés reales al alza.
Así de contundente se ha mostrado Álvaro Sanmartín, economista jefe de MCH Investment Strategies, en la presentación de perspectivas para 2022. Aunque la variante ómicron sirve de recordatorio de que la pandemia sigue siendo un riesgo que no podemos olvidar del todo, desde la firma consideran poco probable que se convierta en un obstáculo duradero para la recuperación económica global. "La pandemia va a afectar, pero no va a descarrilar la recuperación", ha tranquilizado el experto.
De hecho, mantienen su escenario macro global para 2022: demanda agregada fuerte, crecimiento económico por encima del potencial, inflación persistente y tipos de interés reales al alza (esto último como elemento necesario para evitar riesgos de recalentamiento y de espirales indeseadas de precios y salarios). Un contexto que perjudica a los bonos de largo plazo y, también, implementa presión a la baja para algunos de los múltiplos que actualmente se están pagando en renta variable.
Según la entidad, los síntomas de fortaleza de demanda de consumo son evidentes. Además, ya no se centran sólo en bienes sino que se están extendiendo también de forma cada vez más clara al sector servicios. Esto se una a una caída del paro y la presiones salariales al alza, sobre todo en Estados Unidos. Así las cosas, la entidad apunta a que el exceso de demanda que hoy caracteriza al mercado de trabajo americano va a mantenerse incluso en un eventual escenario de fuerte recuperación de la tasa de participación. En Europa, sin embargo, todavía no existe esta presión en los salarios. Sanmartín ha explicado que, durante los próximos meses, dada la elevada inflación, la fuerte caída del paro y las subidas de salarios mínimos en varios países, ven muy probable que los sindicatos europeos vayan a demandar subidas salariales significativas de cara a 2022 y 2023.
Cambios en la política monetaria
Con respecto a la inflación, las expectativas de inflación a medio plazo de familias y empresas se mantienen muy por encima de los objetivos de los bancos centrales. Y, como consecuencia de todo lo anterior, la propia evolución de la inflación subyacente apunta de forma cada vez más clara a que las actuales presiones de precios no pueden explicarse ya por meros cuellos de botella asociados a la apertura económica tras la pandemia.
Todo ello irá forzando a los bancos centrales a dar pasos al frente. Desde MCH IS creen que en la reunión del 15 de diciembre se decidirá a acelerar la reducción del programa de compras de deuda, de forma que éste pueda acabar en marzo. En este sentido, "la clave no es cuándo va a subir los tipos la Fed sino hasta dónde", ha dicho Sanmartín. Por su parte, creemos que las crecientes evidencias de inflación persistente llevarán al BCE a anunciar en su próxima reunión la suspensión del programa extraordinario de compras de deuda a partir del próximo mes de marzo.
En cuanto a los riesgos, la entidad alerta de que está aumentando con fuerza es el riesgo de recalentamiento económico. "Los fortísimos crecimientos de los precios de la vivienda que estamos viendo en muchos países son en nuestra opinión una señal de que ese recalentamiento económico ya podría haber empezado", ha avisado.