Desde hace cuatro años el Jupiter Merian Global Equity Absolute Return Fund aplica un mayor peso al factor de señales cortoplacistas en su proceso de inversión sistemático, algo aún más relevante en un entorno de optimismo e incertidumbre con el actual.
La última vez que nos sentamos con Amadeo Alentorn, en mayo de 2020, el equipo gestor del Jupiter Merian Global Equity Absolute Return Fund estaba inmerso en un momento de reflexión sobre el proceso de inversión. La estrategia había cerrado un 2019 decepcionante y la primera mitad de 2020, el año del growth a cualquier precio, estaba siendo igual de complicado para este fondo market neutral sistemático. “La lección que nos llevamos de ese periodo de underperformance es la importancia de entender el sentimiento cortoplacista, que el mercado puede no reconocer los fundamentales más tiempo de lo que parece y que no hay que luchar contra ello”, cuenta el gestor.
Fue entonces cuando en el fondo implementaron una mejora a su modelo para incorporar señales de medición de sentimiento. Un factor especialmente clave han sido los flujos. El fondo ahora procesa a diario información de cambios de asignación de activos en fondos, ETF, etc. “Esto es clave en periodos de mercado en los que hay comportamiento de rebaño o sincronización”, explica. Si hay una narrativa y se produce esa sincronización, ese efecto rebaño, eso es lo que al final hace que la presión de compra de venta agregada pueda hacer que los precios se desvíen de su valor fundamental de forma importante. Por ejemplo, en el segundo trimestre de 2022 hubo una salida masiva de fondos y ETF de sesgo growth y tecnológicos, lo que provocó esa caída de mercado tan fuerte.
“La agilidad y el dinamismo de la estrategia, que siempre había sido una parte importante, ahora lo es aún más con ese enfoque más cortoplacista”, explica. El factor de sentimiento cortoplacista supone ya un 25% del fondo. En cambio, factores como la valoración, que suele estar en un rango del 2 al 20% del fondo, y a día de hoy, se mueve en la parte más baja, cerca del 3% en cuanto a peso en la cartera.
El resultado, valora Alentorn, ha sido muy bueno. El fondo encadena 15 trimestres en positivo a cierre de septiembre y ha cerrado por encima de su objetivo (cash +5%) en 2021, 2022 y 2023, y volverá a hacerlo en 2024. “Y lo que más nos enorgullece es la consistencia de esos resultados, de que el proceso ha demostrado que funciona en entornos de mercado muy diversos”, añade el gestor.
Qué dice el modelo sobre el mercado actual
Y la previsión de Alentorn es que esas señales cortoplacistas seguirán siendo las dominantes en cuanto a la fuente de alpha del fondo, con Rating FundsPeople en 2024. “Estamos en un entorno de mercado liderado por el sentimiento a corto plazo”, afirma el gestor. Las conclusiones que extraen del backtesting del fondo en períodos parecidos al actual, donde había mucho optimismo, como ahora, pero mucha incertidumbre, es que realmente son esas señales más cortopacistas de sentimientos, de flujos, las que hubieran ayudado a navegar esos entornos.
Como bien señala el gestor, es la parte del behavioral finance, esos sesgos de comportamiento, la sobrerreacción, el FOMO (miedo a quedarse fuera), como lo llaman ahora, lo que dicta cuánto apetito para el riesgo hay. “Hay entornos donde sí hay mucho apetito al riesgo y el mercado está eufórico, empresas que sean baratas, aunque tengan hojas de balance más débiles pueden funcionar muy bien. Habrá otros entornos donde sí hay mucho pánico, miedo, ya que, como humanos, aún seguimos programados para reaccionar de forma muy emocional frente a una situación. Y eso es lo que causa esas ineficiencias”, reconoce.
Otro factor que está cobrando especial relevancia en el mercado actual es el de análisis de los consejos directivos. Es decir, no solo mirar el balance de una compañía, sino también la calidad de su CEO. “Lo que la historia nos muestra es que, en los entornos de más incertidumbre macroeconómica, aquellas empresas que tienen equipos directivos más conservadores, por ejemplo, en términos de disciplina de caja, de uso externo de capital, donde hay más alineación entre los intereses de los ejecutivos y los accionistas, a través de compra propia de acciones a nivel personal de los ejecutivos, etc. lo hacen mejor”, cuenta Alentorn.