El mercado registró tres grandes rotaciones en 2013: de bonos a acciones, de grado de inversión a high yield y de mercados emergentes a desarrollados. Según Ibra Wane, estratega de Amundi, estas tendencias se han dado la vuelta seis meses después.
Hace poco más de un año desde que Ben Bernanke sugiriese por primera vez que la Reserva Federal, por entonces aún bajo su mando, podría empezar a reducir gradualmente las compras mensuales de activos con las que venía inyectando liquidez al mercado desde hacía meses. La simple mención del ‘tapering’ provocó una auténtica estampida de los inversores fuera de los mercados emergentes —ante el temor de bruscas subidas de los tipos de interés estadounidenses— y despertó el ‘hambre’ de rentabilidad que explica los fuertes avances de la renta variable y la deuda de alto rendimiento (high yield).
Sin embargo, seis meses después de que la Fed iniciase oficialmente la retirada gradual de estímulos monetarios, “el entorno de mercado ha vuelto a cambiar considerablemente. La rotación a renta variable se ha dado la vuelta, el high yield ha perdido fuelle y el interés por los activos de mercados emergentes se ha reavivado”, apunta Ibra Wane, del equipo de Estrategia y Análisis Económico de Amundi, en el último informe Cross Asset Investment Strategy publicado por la gestora (ver gráfico 1, abajo).
Con respecto al primer punto, Wane explica que, aunque la renta variable de mercados desarrollados registra entradas netas positivas en lo que va de año, “el ritmo se ha ralentizado sustancialmente. A 28 de mayo de 2014, las entradas sumaban 74.000 millones de dólares frente a los 116.000 millones netos del mismo periodo de 2013 o los 156.000 millones registrados en la segunda mitad de 2013. Si tenemos en cuenta que, al mismo tiempo, los flujos hacia renta fija se han recuperado significativamente, podemos afirmar que la ‘gran rotación’ hacia renta variable se ha frenado”.
El analista señala que la ralentización ha afectado principalmente a Estados Unidos —donde las valoraciones empiezan a estar relativamente caras— ya que Japón y Europa han seguido anotándose flujos positivos en el año. “Europa viene siendo la gran ganadora en términos de captación de flujos desde principios de año, sobre todo los países de la periferia como España e Italia, cuyas bolsas han registrado ganancias mucho más sólidas que las del resto de la eurozona” (gráfico 3).
Según Wane, uno de los factores que podrían explicar que países como Alemania, que registró la tasa de crecimiento más alta de la eurozona en el primer trimestre, se hayan quedado rezagados en términos de flujos es que “una vez superada la crisis de deuda soberana y con la eurozona fuera de la recesión, la necesidad de ‘activos refugio’ es menos urgente”.
Con respecto a los mercados emergentes, conviene diferenciar entre bonos y acciones. “En renta variable de mercados emergentes, hemos observado un cambio interesante en las tendencias de flujos entre los ‘cinco fuertes’ (China, México, Arabia Saudí, Corea del Sur y Taiwán) y los ‘cinco frágiles’ (Brasil, India, Indonesia, Rusia y Turquía)”, afirma el estratega.
“Si durante la segunda mitad de 2013 los emergentes considerados más estables sufrieron reembolsos de ‘solo’ 12.000 millones de dólares, frente a 17.000 millones en los frágiles, desde principios de año la situación ha cambiado y las salidas registradas por los ‘cinco fuertes’ (15.000 millones de dólares) han triplicado las de los ‘cinco frágiles’ (5.000 millones), lo que explica que las bolsas de los primeros hayan avanzado un 3% en 2014 y las de los segundos, un 9% en moneda local”.
En renta fija, el cambio ha sido incluso más pronunciado ya que “las fuertes salidas de capitales tocaron fondo a finales de enero y la clase de activo vuelve a recibir flujos desde mediados de marzo a costa, principalmente al high yield estadounidense y europeo, que empiezan a acercarse a su valor razonable”. ¿Moraleja? “Una vez disipado el temor de que la Fed pudiese endurecer bruscamente su política monetaria, los inversores han retomado la búsqueda de rentabilidad”.