Antonio Santoro (PRI): “El papel del inversor responsable ha cambiado, lo que valía hace 20 años ya no vale”

Antonio Santoro. Fuente: cedida.

La iniciativa de los Principios de Inversión Responsable (PRI) reúne a gestores y propietarios de activos, instituciones financieras, organizaciones intergubernamentales y de la sociedad civil con el fin de fomentar la colaboración y el aprendizaje sobre las implicaciones de las cuestiones ESG en la actividad financiera y de inversión. El objetivo es la incorporación de estos factores en la toma de decisiones financieras. La iniciativa nació en 2006, tras un proceso convocado por Kofi Annan, el entonces secretario general de las Naciones Unidas.

Antonio Santoro es el responsable de la organización en el Sur de Europa, así como de los Ecosistemas de Inversión. En esta entrevista repasamos la evolución de la práctica de la inversión sostenible en los últimos años y la estrategia de PRI para acompañar a sus signatarios ante los desafíos existentes. La palabra cambio surge nada más empezar la conversación. “El papel del inversor responsable a lo largo de los últimos 20 años ha cambiado mucho. Cuando surgió el PRI, la inversión responsable era algo más aspiracional y se sostenía en la iniciativa particular de cada inversor. Lo que ha cambiado en los últimos años, sobre todo dentro del contexto europeo, pero que ha tenido una repercusión a nivel mundial, es todo el impulso regulatorio”, señala.

En opinión de Santoro, la alineación con el marco regulatorio ha traído consigo una mayor sofisticación en la gestión sostenible, algo a lo que las gestoras han respondido haciendo un gran esfuerzo “al contratar perfiles que pueden desarrollar políticas y prácticas efectivas de inversión responsable”. Y es que, “el papel del inversor responsable ha cambiado, lo que valía hace 20 años ya no vale”, añade.

Cambio y vías de progreso

En línea con ese cambio constante, PRI también ha hecho una labor de actualización para poder acompañar de forma más efectiva a sus signatarios. “El año pasado empezamos con un proceso de consulta pública formal entre signatarios y stakeholders, con la iniciativa PRI in a Changing World. Las cuestiones fundamentales de la consulta se centraban en cómo apoyar mejor a los signatarios y en cómo éstos ven su papel como inversor responsable en un mundo cambiante”, explica Santoro.

“Tras la consulta, se abre otra fase en la que vamos a empezar a desarrollar la estrategia de cara a los próximos años”, afirma. El apoyo que dan a la comunidad a nivel de recursos, como las guías prácticas sobre distintos aspectos de la inversión responsable, va a seguir siendo un eje principal a nivel de sus servicios. Además, fruto de la consulta, ha surgido el ambicioso proyecto de las Progression Pathways o Vías de Progreso. “Los inversores están interesados en saber más sobre como la inversión responsable influye en resultados de sostenibilidad en el mundo real. Hay una gran demanda a la hora de entender y cuantificar cuáles son los resultados de sostenibilidad de una cartera”, señala Santoro. En esa línea se proponen desarrollar un programa de actividades junto a los signatarios en una iniciativa co-diseñada con ellos.

El proyecto Progression Pathways se lanzó en la reunión anual del PRI in person el pasado mes de octubre en Tokio, que reunió a más de 1400 signatarios de distintos países bajo el lema de From Comittment to Action (del compromiso a la acción).

La propuesta

“La idea central es cómo ayudar a los signatarios y cómo ellos pueden compartir lo que están haciendo a nivel de inversión ASG de una forma más sofisticada”. En el borrador se proponen dos modelos. “El primero se centra en el propósito del inversor y en su enfoque. Es el inversor el que define su enfoque en función de determinados parámetros de su interés y se van fijando distintas fases”, detalla. El segundo modelo se enfoca más hacia las temáticas. “PRI propondría las temáticas y las diferentes fases de desarrollo. Por ejemplo, si la temática es el cabio climático, cada fase supondría una serie de requisitos con los que tendría que cumplir el inversor”, matiza. En ambos modelos, lo importante es tener claro una serie de compromisos que hay que implementar para pasar de una fase a otra, se trata de ir marcando una evolución.

Santoro subraya que se trata aún de una propuesta, que los modelos pueden variar y lo fundamental es desarrollarla junto a los signatarios y las partes interesadas. Lo más relevante es que esta propuesta nace en respuesta “al altísimo porcentaje de los signatarios que quieren conocer sus resultados de sostenibilidad, según la consulta relaizada”. Las gestoras han hecho un gran esfuerzo por desarrollar equipos y procesos, pero en un paso más, quieren conocer los efectos de sus inversiones en la sostenibilidad. “Hay que pararse a reflexionar y pensar en los retos del futuro y en cómo desde la inversión se pueden afrontar de una forma más efectiva”, apunta.

Tres ejes

Santoro considera que a día de doy hay tres ejes fundamentales para las gestoras que quieren gestionar de forma responsable: el marco regulatorio y todo lo que ha traído consigo en términos de definición y ajuste de los procesos, Net Zero y las actividades de engagement y voto.

Sobre la evolución hacia las emisiones netas cero, Santoro destaca que ya hay muchas gestoras y propietarios de activos ya comprometidos en el sur de Europa. “Las gestoras de la región se están comprometiendo mucho, lo que no sólo manda una señal al mercado, sino que además implica un mayor grado de profundización en los procesos de integración ASG en la gestión”, apunta. En su opinión “la conversación sobre Net Zero ha cambiado de forma fundamental la inversión en cambio climático, porque introduce una serie de objetivos a determinados plazos”.

Para el directivo, también conviene destacar que puede haber actores del mercado que ya van trabajando con una lógica de Net Zero sin tener el compromiso formal. “Muchas veces la ausencia de un compromiso formal puede obedecer a un desarrollo previo de metodologías y de trabajo interno. Si sólo vemos el compromiso formal, quizás veamos una foto parcial”, afirma.

Engagement y voto

En cuanto al eje del engagement, Santoro apunta que “desde PRI estamos empujando lo que denominamos Active Ownership 2.0. Buscamos que sean acciones colaborativas y que se enfoquen a resultados de sostenibilidad con objetivos sistémicos, que solucionen problemas que afecten a todas las carteras”.  Considera que ya se está viendo una mejora en las prácticas de diálogo y voto, ya que las gestoras han trabajado mucho en desarrollar recursos. “Hay engagement de verdad, basado en una metodología, con KPIs y con relación de las carteras. El engagement no es algo accesorio, es algo complementario, que se debe poder hacer hasta con la empresa best in class”, subraya.

Por último, Santoro no olvida el factor social, la S de la ESG. “Es una conversación que todavía está menos desarrollada. PRI cuenta con la iniciativa Advance sobre derechos humanos. Son temas complejos que pueden ser abarcados desde diferentes perspectivas por lo que hay mucho trabajo pendiente, porque nos damos cuenta de que todos tenemos mucho qué aprender sobre lo que funciona y no funciona a la hora de fijar y conseguir determinados objetivos”, estima.

Consulte el documento Progression Pathways aquí.