En Newton, boutique de BNY Mellon, prevén de cara a los próximos años que los rendimientos obtenidos en los mercados sean más bajos y volátiles de lo que lo han sido durante gran parte de los últimos 30 años.
Las acciones de los gobiernos y las autoridades monetarias para evitar las peores consecuencias económicas de la crisis crediticia global –entre ellas los recortes de los tipos de interés y la implementación de un amplio abanico de medidas de estímulo– representan una forma de ‘represión financiera’. Para los inversores, dicha represión supone niveles de rentabilidad considerablemente más bajos de valores más seguros como la deuda pública de calidad (con frecuencia inferiores a las tasas de inflación) y la necesidad de asumir más riesgo para lograr rendimiento. ¿Mejorará radicalmente esta situación en el futuro? En BNY Mellon creen que no.
Según Iain Stewart, director del equipo que gestiona el BNY Mellon Global Real Return Fund en Newton, “dada la fuerte carga de deuda de la mayoría de gobiernos del mundo desarrollado, nuestra previsión de cara a los próximos años es que los rendimientos obtenidos en los mercados financieros serán más bajos y volátiles que los que han ofrecido durante gran parte de los últimos 30 años”. En su opinión, es necesario un nuevo planteamiento. “Durante el mercado alcista de los ochenta y los noventa, la fortaleza de los activos financieros llevó a los inversores a concentrarse en los índices de renta variable y de renta fija, a medir la rentabilidad de sus inversiones frente a estos indicadores y, de forma creciente, a emular su rendimiento mediante vehículos de inversión pasiva”.
En adelante, en la firma creen que los inversores deberán cambiar su modo de pensar. “Concretamente, pensamos que las condiciones de los mercados financieros justifican el atractivo de un enfoque multiactivo ajustado a la inflación”. El experto explica en su última Newsletter los tres puntos más importantes. El primero: adoptar un enfoque de rentabilidades ajustadas a la inflación. “Un enfoque de este tipo se concentra en proporcionar un nivel atractivo de rentabilidad ajustada a la inflación durante un periodo determinado, en lugar de tratar de igualar o batir el rendimiento de un índice de renta variable o de deuda”, asegura. El segundo: perder menos cuando caen las cotizaciones.
“Los enfoques de rentabilidad ajustados a la inflación ponen énfasis en la protección del capital invertido y en la reducción de la volatilidad. Si una estrategia puede ganar dinero cuando suben los precios de los activos y perder menos cuando caen las cotizaciones, podría ser capaz de generar rentabilidades atractivas a largo plazo”. Tercer y último aspecto a tener en cuenta: un enfoque multiactivo, integral y flexible. “En nuestra opinión, el difícil entorno constituye un argumento adicional a favor de optar por un enfoque multiactivo a la hora de invertir con una estrategia de este tipo: reunir a varias clases de activo distintas (por ejemplo acciones y bonos) en una sola cartera, en lugar de en distintas carteras a cargo de gestores distintos”.
Núcleo generador de rendimiento y una capa aislante
Un modo de lograr rentabilidad real, protegiendo el capital y disminuyendo la volatilidad es, según Stewart, combinar de forma flexible un núcleo de activos generadores de rendimiento –como por ejemplo las acciones y la deuda corporativa– con una capa aislante de activos dirigida a estabilizar la rentabilidad de la cartera y reducir su volatilidad. Algunos ejemplos de activos estabilizadores pueden ser la deuda pública, las materias primas (incluido el oro), ciertos derivados relativamente sencillos (como las opciones sobre índices de renta variable y de renta fija) y el efectivo.
“Este es el enfoque que preferimos frente a otras estrategias, entre ellas las que aplican los ‘fondos de crecimiento diversificado’, que tienden a presentar composiciones bastante rígidas de clases de activo (por ejemplo acciones, bonos y materias primas). En general, pensamos que estos fondos confían demasiado en el comportamiento pasado de los mercados financieros, en lugar de sus perspectivas de futuro, y que carecen de la flexibilidad necesaria para moverse de una clase de activo a otra según requieran las condiciones de mercado”, afirma.
Concentrada en rentabilidades ajustadas a la inflación
En Newton ven poco probable que los mercados vuelvan a hacer gala de la fortaleza de periodos previos y, por lo tanto, piensan que los inversores necesitan replantearse sus rentabilidades y riesgos futuros. “En este difícil entorno inversor, una estrategia transparente y prudentemente diversificada, concentrada en generar rentabilidades reales y no relativas a un índice, podría beneficiar a fondos de pensiones sin financiación adecuada, a particulares en edad de jubilación y a todo inversor que persiga rendimientos estables con una volatilidad limitada”, apunta.