La reacción de los mercados financieros a la negativa de los ciudadanos griegos a la propuesta puesta encima de la mesa por la Comisión Europea, el BCE y el FMI el pasado 25 de junio no se ha hecho esperar. Como era predecible, el ‘no’ en el referéndum ha dibujado un panorama aún más incierto y enrevesado que ha generado un importante terremoto en los mercados, tanto de renta fija como de renta variable. En lo que respecta al comportamiento de las bolsas, las pérdidas han sido cuantiosas a lo largo y ancho de Europa. En el caso del Ibex 35, el índice ha sufrido un castigo del -2,2%, lo que ha devuelvo al selectivo a niveles de febrero. El resto de mercados europeos también han sufrido importantes retrocesos.
Donde más abultados han sido los números rojos han sido en la Bolsa de Milán, que ha cerrado con pérdidas del -4%. París, Frankfurt y Londres tampoco se libraron de la andanada vendedora y cerraron con bajadas del -2%, del -1,5% y del -0,7% respectivamente. El EuroStoxx 50, principal índice paneuropeo, sufrió una merma del 2,2%, con las entidades financieras liderando las caídas, sobre todo las italianas, cuatro de las cuales vieron interrumpida su negociación. Los principales mercados del mundo tampoco escaparon a las correcciones. Mientras tanto, la bolsa griega sigue cerrada por las ‘vacaciones’ que viven los bancos del país desde hace más de una semana. "El resultado del referendum en Grecia abre un periodo de volatilidad en los mercados", augura Paras Anand, responsable de Renta Variable Europea de Fidelity.
En renta fija, los castigos han sido especialmente significativos en los mercados de deuda de la periferia europea. La rentabilidad del bono español a 10 años escaló hasta el 2,38%, la del italiano hasta el 2,36% y la del portugués hasta el 3,13%. Esto, combinado con la caída de la tir del bund alemán, cuya rentabilidad descendió hasta el 0,73% ante el ‘fly to quality’, provocó un fuerte ensanchamiento de la prima de riesgo de estos países, que en el caso de España aumentó en 15 puntos básicos con respecto a los niveles a los que había terminado la semana pasada (ahora está en 161 puntos básicos). El mercado de deuda griego es un caso aparte. La prima de riesgo helena se ha disparado hasta el entorno de los 1.700 puntos básicos y el bono a dos años ofrece una rentabilidad del 50%, lo que en la práctica supone descontar un impago, sin que se haya producido una traslación significativa de contagio a España e Italia.
Informe de daños, perspectivas sobre la evolución de los mercados y estrategia a seguir
"Los mercados cayeron como se esperaba; pero básicamente la reacción fue modesta", afirma Léon Cornelissen, economista jefe de Robeco. "No hay que olvidar que la economía griega representa menos del 2% del PIB de la eurozona, y su deuda es sólo un 3% de la deuda total de la UE, por lo que en términos económicos es pequeña. Y la exposición de los bancos europeos a la deuda helena ha disminuido, ahora está en manos de los gobiernos de la zona euro, directa o indirectamente, por lo que es el contribuyente quien tiene que toser, o no, a los bancos. Una quiebra y un Grexit de facto no supondría un riesgo sistémico para la eurozona”, indica el experto. La resistencia mostrada por los mercados financieros también se apreció en renta fija, donde "los mercados de deuda periféricos han resistido bastante bien", indica Ramón Forcada, director de Análisis de Bankinter.
"En Asia se esperaba que los diferenciales de países como España e Italia se ampliaran hasta los 200-300 puntos básicos. No ha sido así. El mercado lo ha asumido con mucha serenidad, lo cual pone en perspectiva la dimensión de Grecia y del problema”, señala. Lo que sí se anticipa es volatilidad. Según Steen Jakobsen, jefe economista de Saxo Bank, lo que viene a continuación políticamente es difícil de predecir, pero los mercados son un poco más fácil. Augura una corrección del 10% del DAX durante las próximas semanas “a menos que el BCE y la Fed vuelvan a lanzar sus equipos de protección como en 2010-2011”. En renta fija, estima que los spreads de los países periféricos aumentarán entre 20-50 puntos básicos durante las próximas semanas, una ampliación que “será considerable en el caso de otros países como Bulgaria, Croacia y Rumanía”. En lo que respecta al cruce euro/dólar, espera un rango del 2-5% en las próximas 24/48 horas. Forcada, por su parte, ve un sólido soporte del euro en los 1,095 dólares.
Eric Chaney, del equipo de investigación de AXA IM, cree que los mercados probablemente se mantendrán indecisos hasta que quede claro que las negociaciones para un crédito puente o de un tercer rescate han comenzado en serio. La volatilidad no se irá hasta que surja un acuerdo, probablemente, hasta el 20 de julio. Una vez alcanzado el acuerdo, los mercados volverán su atención al siguiente tema clave: la política de la Fed. Pero, en caso de que se perciban desacuerdos entre Alemania y Francia o, incluso peor aún, de un default de Grecia el 20 de julio, el euro y los activos de riesgo, incluidos los bonos de la periferia, serán castigados”. Entonces… ¿cómo moverse por los mercados en el actual entorno?
Según Valentijn van Nieuwenhuijzen, responsable de multiactivos en NN IP, “aunque no han razones para entrar en pánico, existen motivos para ser cautos: el primer impulso es reducir y no aumentar el riesgo en las carteras”. Coincide con Markus Allenspach, responsable de renta fija de Julius Baer, quien tiene claro que es momento de proteger el capital. “Los mercados estaban convencidos de la victoria del sí en la consulta. Ahora es momento de huir hacia la calidad, permaneciendo en activos defensivos, como el mercado de high yield de Estados Unidos, y esperar a que aparezcan oportunidades en los mercados de renta fija periféricos, donde permanecemos constructivos dado el poder para incrementar su programa de compra de activos. Una fuerte corrección de estos mercados abriría una oportunidad para construir posiciones”, afirma.
Giordano Lombardo, director de Inversiones de Pioneer Investments, cree que los inversores deben continuar lidiando con esta fase de mercado con un enfoque defensivo. "Es muy pronto todavía para poder tomar una decisión drástica sobre los posibles escenarios y están basados en una decisión política muy difícil de prever, siendo muy difícil de cuantificar el posible impacto. La probabilidad de Grexit ha aumentado y está recogida en el precio del mercado. Los próximos días nos darán una mejor visión sobre el drama griego. La volatilidad continuará y recomendamos un enfoque cauto en todas las clases de activo", revela el experto.
¿Qué esperar de la relación entre Atenas y sus acreedores?
Para José Luis Martínez Campuzano, estratega de Citi en España, lo realmente relevante no es el no de los griegos, sino la respuesta del resto de los países que conforman el euro a través de sus representantes democráticos. “El FMI ya se queda al margen tras el impago de la deuda la semana pasada. Ahora le toca al BCE que, si no recibe el pago de los 3.500 millones de deuda el 20 de julio, podría cuestionar el mantenimiento de los más de 80.000 millones actuales de la línea de financiación extraordinaria (ELA) abierta con Atenas. En principio, con el no por delante obtenido en el referéndum resulta complicado alcanzar cualquier tipo de acuerdo. Grecia parece quedar en una situación similar al limbo, sin ayuda financiera exterior y sin poder financiarse, pero dentro del euro". En lo que llevamos de año, una media de 59 empresas griegas han cerrado cada día. Según Stephanie Flanders, responsable de estrategia de mercados de J.P.Morgan AM para Europa, "ese número se disparará con el cierre de los bancos y el momento no podría ser peor para la principal industria del país —el turismo— ya que los extranjeros están cancelando sus vacaciones familiares en Grecia".
El país necesita urgentemente dinero fresco y el referéndum y el ‘no’ hacen la situación mucho más difícil, asegura Klaus Wiener, economista y responsable de asignación de activos en Generali Investments Europe. Los nuevos fondos tendrán que venir ahora a través del mecanismo Europeo de Estabilidad (ESM). Aquí, cualquier programa se basa en una fuerte condicionalidad, algo que el Gobierno de Alexis Tsipras no ha estado dispuesto a aceptar hasta el momento. La posición de los acreedores era realizar reformas primero y hablar de reestructurar la deuda después. Por el contrario, el gobierno heleno quería reestructurar la deuda en primer lugar. La clave estará en ver si, en los próximos días, se cierran estas diferencias. La actividad política tras el no será intensa”, señala el experto.
¿Se irá Grecia del euro? Los expertos ahora están muy divididos
Aunque tanto el primer ministro griego, Alexis Tsipras, como el presidente del Parlamento Europeo, Martin Schulz, lanzaban sendos mensajes conciliadores tras la celebración del referéndum, lo cierto es que el resultado de las urnas ha hecho que el número de profesionales en la industria financiera que creen que Grecia abandonará el euro aumente considerablemente. Lo que antes era una opción a la que se le asignaban bajas probabilidades, ahora es un escenario con que no se puede descartar. Uno de los que creen firmemente en el 'Grexit' es Ignacio Méndez, director de Análisis de Mirabaud Securities en España, quien se muestra convencido de que “tarde o temprano, el país saldrá del euro. Creemos que la ruptura de las opiniones públicas entre Atenas y el resto de la UE ha llegado a un punto de no retorno, lo que, a la larga, implicará que Grecia salga del euro. El resultado del referéndum dispara las probabilidades de que lo haga en las próximas semanas”.
La visión de Ramón Forcada es otra. “Grecia se va a quedar parada y el PIB se va a reducir. Empezó antes de la crisis con 215.000 millones de dimensión y hoy está en 181.000 y, si se bloquea, su tamaño podría caer hasta 125.000-145.000 millones, lo cual será la medida de presión que utilizarán las instituciones para alcanzar un acuerdo”. En su opinión, Grecia aceptará recortar pensiones, subir el IVA y que se le supervise el superávit por cuenta corriente al que se tiene que comprometer si quiere seguir en el euro. “Puede que, en una primera fase, exista asistencia adicional para salvar unos meses pero se llegará a la renegociación de la deuda. Esa renegociación llevará a extender los plazos mucho (10 o 20 años el primer vencimiento), pero a respetar el nominal de la deuda sin intereses, porque eso es muy importante para que no haya quitas que pueda alentar a otros populismos en otros estados miembros. Si el resultado final es ese, la crisis griega será menos grave de lo que parece”.
También hay quien considera que la crisis griega es irrelevante para la dirección de los mercados. Una de las gestoras es Vontobel, quien esgrime cinco motivos que le llevan a pensar así. “Uno: la exposición de los bancos occidentales a Grecia es insignificante. Dos: en torno al 80% de la deuda griega está en manos de acreedores públicos. Tres: la situación macroeconómica en Irlanda, España, Portugal e incluso Italia ha mejorado. Cuatro: el BCE tiene los medios y la intención de contener cualquier efecto de contagio a los países periféricos de la eurozona. Y cinco: la crisis griega constituye el impago más lento y mejor vaticinado de la historia, contrariamente a otras situaciones que sucedieron de repente como lo ocurrido en Argentina en 2001, en Rusia en 1998 o con Lehman en 2008. Esto significa que los inversores en gran medida ya han descontado este resultado”. En la misma línea se pronuncia Simon Ward, economista jefe de Henderson, quien considera que "el impacto de la crisis griega se verá limitado por un escenario económico favorable, de abundancia de liquidez y en el que las autoridades europeas harán lo necesario para evitar el contagio".
Fuente: Fidelity.