El analista de Invesco AM vaticina un periodo de ajuste generalizado que dará lugar al saneamiento de los balances del sector de la energía y a la adopción de políticas favorables a los bonistas.
La persistencia de los precios extremadamente bajos del petróleo ha provocado que algunos ángeles se hayan caído del grado de inversión dentro del universo de renta fija corporativas, sorprendiendo al mercado por tratarse en algunos casos de compañías del sector de la energía de alta calidad. “Junto con los bajos precios de las materias primas, estos movimientos pueden estar llevando a un ajuste positivo, hacia una gestión más prudente del balance corporativo, algo muy beneficioso para los acreedores”, comenta Bixby Stewart, analista de Invesco AM. Éste acara que, aunque los expertos de la gestora están muy cautos con el sector por la elevada incertidumbre, al mismo tiempo creen que “dicha volatilidad y el cambio en el comportamiento corporativo pueden crear oportunidades genuinas para los gestores activos”.
El analista recuerda que, en el caso de las compañías del segmento de energía, las previsiones sobre los precios de las materias primas son piezas clave para determinar el rating de estas empresas. De esta forma, después de acordar los países miembro de la OPEP en la reunión de diciembre mantener el ritmo actual de producción, las agencias de rating rebajaron sus previsiones sobre precios y estas revisiones, a su vez, se han traducido en rebajas de rating que en algunos casos han abarcado hasta cuatro o cinco escalones de golpe. “Creemos que algunas agencias de rating han tomado el punto de vista de que unos precios deprimidos de las materias primas han puesto en un severo compromiso la capacidad de generación de flujos de caja de la industria de la energía”, afirma Stewart. Recuerda que, históricamente, si una compañía anticipaba una generación negativa de flujos por tener grandes compromisos de gasto sobre capital, podría generalmente compensarlo de forma completa o parcial con emisión de deuda o una ampliación de capital. “Sin embargo, al mantenerse los mercados de capital elevadamente volátiles durante los meses recientes, muchas compañías de la energía han generado cash flows negativos sin ser capaces de tener acceso completo a los mercados de renta fija y renta variable”, explica.
¿Cuál es la cara buena de este proceso? Para el experto de Invesco, la clave está en que “ha obligado a reducir tanto el gasto operativo como sobre capital para alinear mejor el flujo de caja con el capex de cabo en la industria de cabo a rabo”. Además, considera que cuando se combina esta nueva disciplina con una rebaja de la previsión de riesgo por parte de una agencia de rating, “el resultado es un ajuste continuo en los balances de la industria y la gestión de los flujos de caja”. Por ello, el equipo de renta fija de Invesco se va a centrar en los próximos meses –mientras dure este proceso de racionalización- en realizar una previsión lo más acertada posible sobre el umbral de rentabilidad de los flujos de caja a niveles muy bajos en los precios del crudo, y en las compañías que van a reducir el riesgo de balance y el riesgo de flujos de cajas mediante la reducción del pago de dividendos, venta de activos, ampliaciones de capital y demás.
Cuatro exigencias para volver a invertir
“Dado el enfoque renovado de los equipos directivos sobre el mantenimiento de unos balances saneados, anticipamos más actividad corporativa que sea positiva para los acreedores”, declara el analista. Éste considera que, mientras continúe este proceso de reducción de los riesgos presentes en el balance, “debería mejorarse más la protección del acreedor contra las caídas, un requisito clave para nuestro altamente selectivo proceso de inversión”. En esta primera fase de ajuste, Stewart insiste en que aparecerán oportunidades, aunque no para todos los públicos sino destinadas específicamente a aquellos inversores que sean selectivos, con orientación value y con aversión al riesgo.
Para quienes decidan dar no obstante el paso, el analista recomienda buscar cuatro cualidades en particular antes de invertir en un bono del sector de la energía: que ofrezca una protección atractiva contra las caídas a través de ventajas operativas y/o competitivas presentes en la compañía; que ofrezca fuertes niveles de liquidez en el corto plazo; que haya catalizadores positivos identificables, y que ofrezca un potencial de retorno atractivo en términos ajustados al riesgo.