Los gestores de la firma tienen en estos momentos un feeling especial con los negocios de materias primas. Un 40% tanto de la cartera ibérica como de la cartera internacional está destinado a este tipo de compañías.
Apenas han pasado cuatro meses y, respecto a su anterior etapa, los socios de azValor Asset Management reconocen que pocas cosas han cambiado. Sin embargo, hay una que tienen muy clara debe modificarse: no sacrificar la rentabilidad por el tamaño de los fondos. Por este motivo, se han comprometido a no exceder los 2.500 millones de euros de patrimonio, un nivel que no les queda muy lejos al haber superado casi el 50% de este límite, según anunciaron en su primera conferencia anual de inversores.
La gestora capitaneada por Álvaro Guzmán, Fernando Bernad y Beltrán Parages atesora más de 1.200 millones de patrimonio, repartido en un 25% en cliente retail y los 875 millones restantes en inversores institucionales, a los que gestionan cuentas agregadas. Actualmente, cuentan con tres vehículos, dos locales que suman más de 300 millones y 1.652 partícipes, y uno luxemburgués -cuya cartera es en un 80% como el fondo internacional y en un 20% como el ibérico- que supera los 25 millones.
Lo normal sería que, una vez transcurran los meses, converja el patrimonio hacia un reparto equitativo entre institucional y retail. A que aumente el peso de este último ayudará seguro la bajada del mínimo de inversión actual, de los 40.000 euros a los 5.000 euros, que esperan tener aprobado por la CNMV en abril. Hasta la fecha, marcaron ese nivel ya que “era la única forma de dar entrada a los inversores inicialmente y de que la plataforma fuera más sólida”, destaca Sergio Fernández-Pacheco, CFO-COO de la firma.
Otro de los cambios respecto a su proyecto anterior es que la comisión de reembolso ya no se la queda la gestora, sino que se revierte al fondo si el partícipe sale en menos de un año (premiando a aquellos que permanezcan a largo plazo, acorde con la filosofía del fondo). Se va a poner próximamente en marcha que haya una excepción para aquellos que realicen un traspaso a otra IIC de la gestora.
Antes de verano piensan tener listo también un plan de pensiones y que a través de su plataforma, tanto en fondos como en pensiones, se permita realizar aportaciones periódicas. Además, a nivel operativo y adaptándose a las nuevas tecnologías, quieren ser plenamente digitales. Entre los avances, esperan que a través de Internet se puedan hacer segundas operaciones -compra, traspaso y reembolso- sin necesidad de que exista documentación impresa.
No descartan, por otro lado, registrar en un futuro su sicav luxemburguesa en España, pero su prioridad es hacerlo antes en otros cinco o seis países del entorno europeo. Un hedge fund que reúna sus mejores ideas o un vehículo como el luxemburgués pero en versión local también podría entrar en sus planes de futuro.
El feeling de azValor con las materias primas
Si la política comercial de la boutique apenas ha cambiado con respecto a la etapa anterior del equipo, su filosofía de gestión lo ha hecho menos aún. Sus gestores y analistas siguen centrados en la fórmula que tanto éxito les ha proporcionado con el paso de los años: buenos negocios, bien gestionados y a buen precio. La mínima o casi inexistente burocracia, la focalización en la rentabilidad frente al aumento de patrimonio y el doble rol de sus profesionales al ser dueños de la gestora y partícipes de sus fondos al mismo tiempo son algunos de los factores que hoy por hoy logran mantener la esencia del value investing en su concepto de la gestión de activos. “Hay años en los que hemos ganado más dinero siendo partícipes de nuestros fondos que empleados de la firma”, reconoce Guzmán.
Curiosamente, su concepción del value investing les ha llevado a tener en la actualidad un 40% de exposición a negocios de materias primas, tanto en su cartera ibérica como en su cartera internacional, algo difícilmente observado en su etapa anterior. Sin embargo, el mercado les ha abierto una puerta de entrada a este tipo de compañías. Desde el máximo de 2011, el precio de las materias primas y las compañías relacionadas ha caído, según el caso, entre un 50% y un 80%. Concretamente, el retroceso en el ETF de mineras más importante del mundo ha sido del 61,4% entre 2011 y 2016, recuerdan desde azValor.
“El mercado descuenta a perpetuidad las condiciones actuales, insostenibles a largo plazo”, justifican sus gestores, que se decantan por productores de bajo coste, con un balance sólido y gestionados por dueños prudentes en la asignación de capital. Antofagasta es un buen ejemplo. “Es una empresa eficiente, bien gestionada, sin deuda y con una cotización muy por debajo del valor de reposición de sus activos”, explican. Se trata de una de las principales mineras de cobre del mundo, con minas en Chile. A su juicio, “el cobre es un metal con importante exposición al consumo y, por tanto, al crecimiento global de la riqueza y a la incorporación progresiva de la población mundial a la clase media”.
Para acertar en el futuro, es indispensable echar la vista atrás y repasar los aciertos y errores del pasado, algo que tienen muy en cuenta Guzmán y Bernad. De los riesgos y errores destacables de su pasado como gestores, dos tercios vinieron propiciados por exceso de deuda en las compañías invertidas y el tercio restante, procedente del sector retail y de la disrupción tecnológica, enumeran.
Dentro del contexto más reciente, “lo bueno y lo bonito durante los últimos dos ó tres años han sido compañías sustitutivas de los bonos. Sin embargo”, advierten, “entre esas empresas buenas y bonitas las valoraciones son altas, y a nosotros nos gustan las compañías que no se han beneficiado de los QE de los bancos centrales”.