Bankia defiende su solvencia para frenar la salida de depósitos

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Las entidades financieras viven de la confianza de sus clientes y si empiezan las dudas todo se torna mucho más complicado. Bankia atraviesa estos días momentos muy complicados por su nacionalización y por el reconocimiento de que puede necesitar cerca de 10.000 millones en ayudas públicas. Sin embargo, los problemas se complican de verdad si los clientes empiezan a sacar el dinero. Por eso, la entidad y las autoridades han tenido hoy que trabajar duro para intentar convencer a los ciudadanos de su solvencia y de que no hay ningún problema con sus ahorros. Es un banco tan grande que nadie se puede permitir dejarlo caer.

Preguntado sobre si existe una fuga de depósitos en Bankia, después de que El Mundo publicara hoy que habían salido ya 1.000 millones en depósitos en los últimos días, el secretario de Estado de Economía, Fernando Jiménez Latorre, intentó transmitir un mensaje de tranquilidad, al asegurar que se trata de un proyecto con "un tamaño y un potencial extraordinario".

Horas después, cuando los temores entre los ciudadanos cada vez arreciaban más, salió a la palestra el presidente de la entidad, José Ignacio Goirigolzarri, que en un vídeo remitido a todos los medios aseguró que "los clientes tienen que encontrarse muy confiados y seguros porque Bankia es una entidad tremendamente sólida". Reconoció, eso sí, que vivimos momentos económicos convulsos y que, pese a ello, "la actividad de Bankia es básicamente normal".

Al tiempo, la entidad remitía comunicado con el mismo mensaje: "Los depositantes de Bankia pueden estar absolutamente tranquilos sobre la seguridad de los ahorros que han confiado a la entidad". Y explicaba que la operativa ha transcurrido dentro de los parámetros habituales de la red de oficinas. "Los indicadores de evolución del balance evidencian, además, que el saldo de depósitos no registrará cambios sustanciales en los próximos días", apostillaba, y recordaba que tanto el Banco de España como el Ministerio de Economía dejaron claro tras la nacionalización que no había ningún riesgo para los clientes.

Los temores de los ahorradores no sólo fueron azuzados por las informaciones que hablaban de la salida de depósitos, sino también por el fuerte batacazo que volvió a darse en bolsa y que durante unos momentos rozó un desplome del 30%. Tras los insistentes mensajes de tranquilidad de la entidad y la moderación de las caídas del resto de bancos, terminó la jornada con un desplome del 14,08%, hasta 1,422 euros por acción (un 62% menos que cuando salió a cotizar).