La entidad ha presentado sus cuentas del pasado ejercicio, en el que elevó su beneficio a 4.653 millones de euros, muy por encima de los 1.305 millones de euros del mismo período del año anterior. Desde BBVA relacionan este incremento con las provisiones realizadas por el Covid y el deterioro del valor de su filial en EE.UU., que poco después vendió.
También fue un buen ejercicio en lo que respecta a la gestión de activos. La entidad incrementó un 13% los ingresos por comisiones en fondos de inversión y pensiones, hasta los 700 millones, frente a los 619 millones del 2020.
Desglosados, 497 millones pertenecen a los fondos, ingresos que crecieron un 14% frente al año anterior. Del total, la gran mayoría se debe al coste de gestión (427 millones) frente a la comisión de depositaría (35 millones) y de resultados(32 milones).
Por su parte, en pensiones se ingresaron 202 millones por comisiones, un 9% más que en 2020. De los cuales 186 millones son por la gestión de los planes de pensiones individuales mientras que 16 millones corresponden a los de empleo.
En paralelo, los recursos de clientes presentaron un crecimiento del 4,5% con respecto al cierre de diciembre de 2020 gracias a la buena evolución tanto de los depósitos de la clientela (2,1%) así como de los recursos fuera de balance, que aumentaron un 12,5% hasta los 115.767 millones.
Desde la entidad han explicado que la situación de los tipos de interés ha propiciado la preferencia de los clientes por los depósitos a la vista y fondos de inversión, que crecieron un 15,3% con respecto al cierre del año anterior, hasta los 74.810 millones. Por su parte, los fondos de pensiones alcanzaron los 38.763 millones.
