El director de gestión de materias primas en Ofi Invest AM analiza el papel de los metales preciosos en un contexto de alta deuda y transición energética. Además, explica los recientes cambios en la estrategia del fondo y su visión sobre el mercado del oro, la plata y los metales industriales.
El oro sigue consolidándose como refugio ante la incertidumbre global, mientras que la plata y el cobre son esenciales en la transformación energética. Los bancos centrales están aumentando sus reservas de oro, y la demanda en China e India compensa las salidas de ETF en Occidente.

Este entorno ha reforzado el papel de los metales preciosos como activos estratégicos para inversores institucionales y fondos especializados. En este contexto, Benjamin Louvet, director de gestión de materias primas en Ofi Invest AM, gestiona Ofi Invest Precious Metals, con Rating FundsPeople, un fondo que ofrece exposición a los cuatro principales metales preciosos en los mercados financieros: oro, plata, paladio y platino.
Una estrategia ajustada a la nueva realidad del mercado
El fondo Ofi Invest Precious Metals es un referente en exposición a metales preciosos dentro del marco regulador UCITS. Su objetivo es replicar la evolución de los precios de los principales metales preciosos (oro, plata, platino y paladio) de manera eficiente y líquida.
Para lograr esta exposición, el fondo no invierte directamente en lingotes físicos, sino que replica la evolución de los metales a través de un swap. “El uso de swaps nos permite replicar de manera eficiente el comportamiento del índice de Solactive sin los costes logísticos del almacenamiento de los metales”, detalla Louvet.
El fondo sigue el Solactive Precious Metals Index, un índice que mide la rentabilidad de estos cuatro metales y “se ajusta a medida que transcurre el tiempo”, explica Louvet.
Ajustes del fondo: menos paladio, más oro y plata
En 2024, la estrategia del fondo sufrió un ajuste clave: se redujo drásticamente la exposición al paladio, pasando del 20% al 5%.
“La decisión fue inevitable”, explica Louvet. “El mercado del paladio estaba en manos de Rusia, y la guerra en Ucrania lo volvió demasiado volátil e impredecible”. Tras la invasión, el precio del paladio se disparó hasta superar los 3.000 dólares por onza, solo para desplomarse un 45% en 2023.
Además del factor geopolítico, la demanda estructural de paladio está en riesgo. “El 80% del paladio se usa en catalizadores de coches de combustión, pero la electrificación hará que su demanda caiga drásticamente en la próxima década”, advierte Louvet.
Este reajuste fortalece la exposición del fondo al oro y la plata, aumentando su peso relativo hasta casi el 70% de la exposición a metales.
El oro, refugio ante un mundo endeudado
Para Louvet, el principal motor del precio del oro en los próximos años será el exceso de deuda global. “Hoy, la ratio deuda/PIB en EE.UU. es del 120%, y solo los intereses de la deuda ya representan más del 4,3% del PIB”, detalla.
Los bancos centrales tienen pocas opciones: mantener los tipos reales en niveles bajos, fomentar un entorno inflacionario o apostar por un fuerte crecimiento del PIB, algo poco probable en el escenario actual.
“Los bancos centrales ya lo han entendido”, asegura Louvet. “En la última encuesta del World Gold Council, el 28% de los bancos centrales dijeron que aumentarían su exposición al oro en los próximos 12 meses, la cifra más alta desde 2018”.
El oro también se ha beneficiado de la desconfianza hacia el dólar. Desde la guerra en Ucrania, China y otros países asiáticos han incrementado sus compras de oro, reforzando su papel. Los Estados Unidos “han convertido el dólar americano en un arma”.
India y China: los nuevos protagonistas del mercado del oro
Louvet destaca el cambio de patrón de compra entre Occidente y Asia. Mientras que en EE.UU. y Europa los inversores tienden a comprar oro cuando sube y venderlo cuando cae, en China e India sucede lo contrario.
Un ejemplo claro fue 2023: mientras los ETF de oro en EE.UU. registraban salidas por la subida de tipos, las compras en China compensaban con creces esas ventas, impulsando el precio del metal.
En India, la demanda se disparó en septiembre de 2024, tras la reducción de los impuestos a la importación de oro y plata, que habían estado en vigor desde 2012. “El impacto fue inmediato. India ha vuelto con fuerza al mercado del oro, y esto es un soporte clave para la demanda global”, afirma Louvet.
El potencial de la plata y los metales industriales
Dentro de los metales preciosos, Louvet ve un enorme potencial en la plata, que además de ser un activo refugio, juega un papel clave en la transición energética y digital. “La plata tiene una conductividad eléctrica excepcional, lo que la hace esencial para paneles solares, coches eléctricos y centros de datos”, explica.
Pero si hay un metal con una historia aún más poderosa en este proceso, es el cobre. Según Louvet, el mercado del cobre enfrenta un déficit estructural, ya que la oferta no está creciendo al ritmo de la demanda esperada.
“Hoy hay 250 minas de cobre en el mundo en operación. Según la Agencia Internacional de la Energía, para que la transición energética sea viable, necesitaríamos al menos 80 nuevas minas del mismo tamaño”, advierte. Esta escasez, combinada con el crecimiento de la demanda, hace que el cobre sea uno de los activos con mejor perfil de cara a los próximos años.
Perspectivas para 2025: oportunidades y riesgos
Louvet se muestra positivo con los metales preciosos e industriales a 12 meses, aunque advierte que el primer trimestre podría ser volátil. Sobre los metales industriales, cree que la volatilidad seguirá hasta mediados de año, en función de la claridad sobre las políticas económicas de EE.UU. “Trump ya ha dado marcha atrás en algunos aranceles a China, lo que ha impulsado a los metales, pero el mercado seguirá atento a sus decisiones”, explica.
Para inversores con visión a largo plazo, Louvet insiste en que la tendencia estructural sigue intacta. “La combinación de transición energética, alta deuda y geopolítica crea un entorno favorable para los metales. Es un nuevo ciclo alcista”, concluye.
