Aunque siguen con reticencias respecto al sector financiero, Bestinver ha ampliado su exposición al mismo hasta el 12%, una posición significativa aunque no dominante dentro de la cartera. “Que las valoraciones hayan llegado a niveles atractivos no quien decir que todas las entidades sean ni mucho menos atractivas o que, aún siéndolo, ofrezcan un balance de calidad”, destaca Beltrán de la Lastra, presidente de la firma.
Después de poner un pie en ING este verano, que ya gana un 17% desde que la incorporaron a la cartera, el valor elegido del índice español ha sido Bankia. La decisión, además de su valoración, se justifica en que es un banco bien gestionado, que ha sido capaz de recuperar el pulso comercial después del shock que supuso recibir ayudas públicas. También han entrado en Bankinter.
Sin embargo, recurren una vez más a la importancia de ser selectivos. “Hay actores en el sector financiero de los que no nos gustaría ser accionistas (por mucho que hayan caído sus cotizaciones) y podemos decir que probablemente tampoco lo seremos, al menos, en unos cuantos años”, contextualizan. Como ejemplo citan a Deutsche Bank, que acumula perdidas en el año superiores al 45%. No descarta que pueda revalorizarse con más fuerza que los valores elegidos (ING o BNP Paribas), “pero el objetivo de evitar la posibilidad de una perdida permanente de capital es la línea roja que impide que pongamos capital a este riesgo, similar al que mostraban en su día algunas empresas de materias primas con exceso de deuda”, subraya.
Respecto a los próximos meses, apuntan que hay una extensa hoja de ruta de eventos políticos y monetarios con un desenlace imposible de predecir. “Pero sí podemos prepararnos, como lo hicimos de cara al Brexit”, resalta. Por el momento, han recogido beneficios en algunas posiciones tomadas y siguen preparándose para posibles episodios de volatilidad del mercado. En este sentido, cuentan con una liquidez del 17% en la cartera internacional y del 12% en la ibérica.
Según de la Lastra, este entorno es exigente pero no exento de buenas oportunidades. “Las distorsiones que están creando los bancos centrales no se han visto nunca en el mercado de renta fija desde la revolución tecnológica”, apunta y añade, “los precios estén manipulados por los bancos centrales y no reflejen el riesgo real”.
Esta distorsión está llegando a la renta variable, “lo que implica que compañías atractivas pasen a tener una valoración y precio mayor”, resume. “El riesgo está en el precio y no en la calidad de los activos”, concluye.