La política de tipos bajos y los programas de compra de deuda llevados a cabo por los bancos centrales dejan cada vez más deuda gubernamental en tasas cercanas al 0%. Lo explicamos en FundsPeople Learning.
La constante bajada de los tipos de interés que han llevado a cabo los bancos centrales los últimos años y que el COVID-19 se ha encargado de prorrogar, unido a los programas de compras de deuda, ha provocado en los últimos años una alta demanda de deuda de Gobiernos que no ha hecho otra cosa que impulsar su precio y hacer caer su rentabilidad a niveles mínimos históricos.
Por ejemplo, la deuda pública a diez años de países como Alemania, Francia, Holanda o Suiza, lleva ya varios meses cotizando con rentabilidades negativas y la de países como España o Portugal está en niveles cercanos al 0%. Y estas bajas cifras no solo se ven en Europa, también afectan a la mayor parte de los mercados desarrollados. Esta alta demanda de la deuda por parte de unos inversores que buscan protección en tiempos complicados para los mercados ha dejado a muy pocos bonos gubernamentales de países desarrollados con rentabilidades superiores a un 1%. En concreto, según apunta J.P.Morgan AM en su último Guide to the markets, más del 80% de los bonos gubernamentales de países desarrollados cotizan con rentabilidades inferiores al 1%, el doble de los que así lo hacían en 2014.
Ante semejante cifra y teniendo en cuenta que las herramientas de los bancos centrales no son ya tan boyantes como lo eran en el pasado y que las tasas de inflación, aunque aún muy moderadas, tienden al alza, cabe preguntarse qué sentido puede tener seguir teniendo bonos de gobiernos en cartera. Es una pregunta que se han hecho por ejemplo gestoras como BLackRock, quien ya reconocía en el mes de julio la necesidad de replantearse el papel de este tipo de activos en la cartera. “No hablamos de reducir al 0 la exposición, sino de darle un papel más secundario”,afirmaba Manuel Gutiérrez-Mellado, responsable del Negocio Institucional de BlackRock para España en este artículo publicado en FundsPeople.
Al fin y al cabo, la expectativa es que este tipo de activos siga dando rentabilidades negativas durante al menos los próximos cuatro años. O al menos eso es lo que baraja Robeco en su informe de expectativas 2021-2025. “Esto supone que los inversores en deuda pública van a obtener rentabilidades nominales negativas en todos los grandes mercados. Una cartera de deuda pública global podría generar una rentabilidad media, en euros, del -0,75%”, apuntan en el mismo.
¿Quiere eso decir que es momento de deshacerse de todas las posiciones? La respuesta es no ya que en un contexto de mercado de clara incertidumbre y con el apoyo de los bancos centrales hacia este tipo de activos in crescendo es de esperar que estos activos sigan contando con esa función de descorrelación con los activos de riesgo que casi siempre han demostrado, pandemia incluida. “En medio de la dramática venta de activos de riesgo a principios de este año cuando la pandemia mundial se afianzó, y nuevamente en septiembre cuando los mercados de valores se retiraron, los bonos del gobierno sirvieron como una de las pocas compensaciones verdaderas a la volatilidad del mercado de valores”, recuerdan en Alliance Berstein.